The Mitchells vs The Machines, al fin una película para toda la familia
¡Saludos mis valientes! Por fin pude ver esta entretenida pieza de animación que ha estado causando mucho ruido en las redes sociales y Netflix ahora se pasea como pavo real en época de celo presumiendo como sus esfuerzos por volverse una potencia en la animación empiezan a rendir frutos, mientras que las otras casas de animación andan un poco perdidas.
Una cosa que ha sabido hacer esta plataforma de streaming es cazar el éxito: ven un director que sabe sabe adaptar una serie de libros, ten hijo, un cheque en blanco para que hagas lo que se te ocurra pero que diga Netflix abajo. A veces funciona, a veces no, y en esta ocasión podemos decir sin duda que fue todo un acierto recurrir al equipo que nos trajo la divertida Lego Movie y si eso no los convence, pues también fueron responsables de la increíble Spiderman: Into the SpiderVerse. Así es, me refiero nada más y nada menos que a Phil Lord y Christopher Miller quienes ahora fungen como productores y le dan entrada a los jóvenes directores Michael Rianda y Jeff Rowe quienes tienen en su currículum haber trabajado en una de las mejores series animadas de estos años, me refiero a la genial Gravity Falls; y por esi esto no fuera suficiente, contaron con el creador de esta serie, Alex Hirsch, como un asesor.
Con esto como historial, es más sencillo explicarles que tan alocada y colorida es esta animación, la cual debo admitir tiene un arranque un poco flojo, se nos presentan los clásicos estereotipos de la familia disfuncional que a pesar de los cambios tecnológicos y sociales que hemos tenido, siguen siendo los mismos con los que todos podemos identificarnos, ya saben: papá amoroso pero atrapado en el pasado, mamá luchona pero un poco extravagante, hijo raro con alguna obsesión y nuestra heroína que es única y diferente y nadie la comprende. Por suerte para todos nosotros, todo esto está aderezado con personajes que tienen actitudes positivas y no le pegan mucho al drama medio depresivo, así que no se sufre mucho en esto.
¿Pero de que va esta historia?
Pues de nuestra heroína y futura directora de cine Katie Mitchell (Abbi Jacobson), que al fin fue admitida en una escuela de arte cinematográfico en California y cuando ella cree que que al fin se va a librar del ambiente opresor de su aburrido pueblo y su padre, este último (Danny McBride) decide que en lugar de mandarla por avión, sería más divertido llevarla en un viaje con toda la familia atravesando casi la mitad del país. Mientras este mini drama familiar se desarrolla, el mundo está al borde de la emoción por la introducción de un nuevo producto del Facebook/Google/Tesla de esta historia, un robot con inteligencia artificial que sería nuestro nuevo sirviente electrónico. El detalle es que Mark Bowman (Eric André), su creador, decide darle avión a su antigua inteligencia artificial la cual no ve esto nada bien y decide que los humanos solo traen el mal a la humanidad y decide deshacerse de ellos. Así de huevos la perra rencorosa.
Ya con las bases para el conflicto bien asentadas, este da inicio y es cuando la diversión se deja caer con todo a lo largo del resto de la animación. Aquí es donde explico el título que le di a esta reseña y es que llamo esta película como algo familiar ya que no importa la edad que tengas, vas a soltar una carcajada en algún punto de la aventura. La hábil mezcla de chistes propios con el lenguaje cinematográfico y los chistes propios del lenguaje de la red hacen que la película se pase rápido y miren que dura más de hora y media, pero nunca te sientes fatigado o con ganas de saber cuanto falta para que se termine porque siempre hay una nueva amenaza de peligro que desencadena más situaciones ridículas cargadas de muy buen humor.
Pero nada de esto funcionaría si el conflicto familiar no estuviese bien desarrollado y es aquí donde la película hace gala de la comprensión de lo que su público busca ver en esta cinta. El epicentro del drama gira en como el papá Mitchell y su hija tratan de limar sus diferencias, pero son incapaces de dejar de lado su punto vista para poder entender el de su prójimo y eso es lo que me gusta de este relato; que ambos personajes tienen sus fallas y son tan culpables al momento de querer comprender el uno al otro. Claro que la catarsis está presente, pero de manera estrambótica y muy colorida para no perder el ritmo y ambiente de la película.
Claro que como buena animación familiar cuenta con algunas divertidas moralejas como nuestra dependencia al wifi y las redes sociales, nuestra estupidez al pedir que no nos espíen ni roben nuestros datos mientras que damos toda nuestra información a todas esas apps apócrifas que te dicen a que personaje de Game of Thrones te pareces y el siempre latente terror a que las máquinas y la inteligencia artificial decidan que ya no somos compatibles con la vida en la Tierra.
En resumidas cuentas…
The Mitchells vs The Machines es una muy entretenida cinta animada que garantiza carcajadas, se los digo porque una referencia que hacen a cierto peluche de los 90´s – 2000´s casi hace que me ahogue de la risa, pero ese soy yo y a veces me paso de simplón. No es la mejor animación ni siquiera del año, pero cumple con su labor sin pretensiones de más.
¡Hasta la próxima!
1 Comment
Arqui, creo que tu reseña se descarrila justo en el primer parrafo, esta pelicula no es en si de Netflix, sino de Sony Animation que tuvo que distribuir en Netflix, asi que el pavo real es realmente Sony… 😉