The Order: La Policía anti nazi

Con seis largometrajes y variados altibajos, Justin Kurzel se ha distinguido por explorar la maldad desde una perspectiva muy intimista, buscando en lo profundo no solo de la psique humana, sino también dentro de los elementos de la sociedad que influyen a dichos individuos. Si con Snowtown, Macbeth y Nitram ya había manifestado su interés por personajes emocional y psiquiátricamente muy jodidos, su entorno se había limitado solo a ese cierto individuo y/o unidad, sin una contraparte que pareciera detener los consecuentes y predecibles actos a ejecutar. Este desarrollo narrativo no había terminado por convencer a la crítica debido a que sus retratos se asemejaban más a una especie de “biopic” (sin llegar a serlo del todo), cuando su cámara pareciera más un acompañante documental del “trágico demente” en turno, que una ficción en donde la construcción de su entorno lo volviera más comprensible y dinámico (incluso su versión de Macbeth irónicamente brilla por dicha ejecución).

Con The Order, Kurzel parece dar un nuevo paso en su maduración narrativa, pues a pesar de que toma otro relato y personajes basados en un hecho real, por primera vez ejecuta con sofisticación y mucha tensión dos ejes, el del cazador y su presa, pero sin que estos dejen de ser dos seres “trágicos”, violentos y dementes con un pasado y una estructura oscuramente profunda.

The Order está basada en las acciones del grupo terrorista neonazi que operó de 1983 a 1984, cometiendo varios atracos y asesinatos mientras formaba una comuna con el objetivo de armarse con adeptos y armamento para emprender una guerra a favor de la supremacía blanca. Aunque el origen histórico y ciertas acciones son reales, al ser una adaptación del libro de Kevin Flynn, Kurzel obtiene esa libertad narrativa para operar, tal y como sus personajes, desde dos vertientes: la operación del grupo racista, y el origen de la unidad especial policíaca para dar y acabar con sus acciones

Yendo más allá de un relato de “buenos” y “malos”, los claroscuros en ambos ejes son evidentes, y es que aunque en ningún momento pretende humanizar a los terroristas blancos, Kurzel inyecta cierta coralidad para que el retrato sea más siniestramente cercano y palpable, ofreciendo así un acercamiento íntimo no solo a la operación de la llamada “The Order”, sino a sus propias familias, redes e ideologías, que se ven coronados por otra actuación de gran nivel de Nicholas Hoult, que logra capturar y externar de manera terrorífica el racismo extremista de su secta. Por otro lado, el policía principal a cargo del caso no es el típico “Good boy”, sino un ex gánster movido por sus propios demonios y culpas, y que usará los métodos necesarios para dar y acabar con la amenaza que se cierne sobre aquella región antes de que se expanda. El encargado de extirpar dicho tumor será un Jude Law fastuoso, ofreciendo un papel de misterioso y oscuro origen que causa tanta empatía como repulsión.

Increíble el año 2024 para Hoult y Law, pues además de The Order, el primero daría grandiosas actuaciones en Nosferatu y Juror #2, mientras que el segundo se despacharía con Firebrand y Skeleton Crew, siendo aquí uno de los mejores personajes del universo de Star Wars en mucho, mucho tiempo.

Aunque el relato no es ajeno al característico estancamiento que sufre Kurzel cinta con cinta, y en el cual más que avanzar, retrocede con momentos reiterativos y vacuos, su astucia parece también haberse incrementado con “The Order”, pues el cineasta imprime grandes escenas de acción que servirán de nexo entre sus actos y clímax. Por ejemplo, tenemos una de las mejores y más trágicas persecuciones a pie de los últimos años, un robo que se convierte en una cátedra de timing y tensión, y un clímax – final que de nuevo usa el “fuego” y esa atmósfera repleta de ceniza que siempre gusta al cineasta para dar punto final a la desgracia.

Así como en sus anteriores obras, el pesimismo narrativo también se encuentra constante e inerte en The Order, pues aquí no hay ningún momento para la condescendencia, la moralidad o la ética, siendo incluso estos dos últimos factores de cierta manera “exterminados” por una narrativa de cazador – presa que no guarda lugar para jugar a las escondidas o para la misericordia. El retrato de esta cacería es cruel y lo más realista posible, sin que se pierda en esta ocasión esa tensión dinámica que emerge de ciertos elementos que regala la ficción.

The Order, así como la carrera de Justin Kurzel, de nuevo quedará enterrada en el valeroso peo trágico terreno de la infravaloración, un thriller policíaco incomodo y que aborda un tema – crimen que aún sigue vivo, pero escondido en esas comunidades que guardan una biblia supremacista bajo su almohada. Kurzel, en compañía de dos grandes actuaciones de Hoult y Law, quizá dicen más de lo que muchos americanos quisieran escuchar o ver aún en día, retratando con mucha crueldad otro de los episodios más vergonzosos y ocultos de la historia estadounidense

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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