The Rover: Cría un Robert Pattinson y obtendrás un perro de pelea
Apenas van dos largometrajes y el cineasta promesa David Michod ya ha dejado dos cosas en claro: la primera, que sus historias se enfocarán en la auto destrucción humana frente a un conflicto más que real, grotesco; y la segunda, que su tono estético y ritmo semi-lento serán elementos primordiales para proyectar y desmenuzar la deconstrucción de sus personajes. Michod puede estar seguro de algo, con apenas 2 films su marca puede comenzar a posicionarse dentro de un mercado infestado de copias de estilos, sin embargo, si quiere sobrevivir para su siguiente proyecto tendrá que esforzarse más que en The Rover, cinta por demás extraña en su concepción pero sencilla en su desenvolvimiento, tan sencilla pero tan sencilla, que peca de pretenciosa al incluir 80 minutos más en algo que se pudo haber narrado solo en 30.
The Rover, una extraña mezcla entre western y ficción especulativa, tiene finta a un cortometraje alargado, aburrido por muchos momentos, pero que en otros cuantos mantiene un interés inexplicable por algo que no conocemos y nunca vemos sino hasta los últimos segundos de su metraje; un elemento y recurso narrativo que parece incluso contradecir en su totalidad al macguffin y en el cual Michod se mantiene pese a las consecuencias somnolientas de muchos parajes, pero que al final dan ese toque que la liberan de ser una cinta de montón con una conclusión que a muchos pueda tomar por idiotas, a otros sencillamente les sorprenderá por atrevida e irónica y finalmente a otros tantos les pueda parecer tan onírica que quizá logren comprender el simbolismo o la metáfora que el director quiso transmitir.
Intrigante tanto narrativa como estéticamente, Michod somete al espectador a una especie de tortura amigable, donde el respetable acepta soportar que no pase absolutamente ni un carajo durante ¾ de metraje, con sus personajes unidimensionales y los motivos de estos plenamente automáticos: unos animales salvajes en la búsqueda por sobrevivir en un paraje desolado australiano (Que recuerda en muchos aspectos a la trilogía Mad Max) después de un colapso económico global.
Pero ¿Es suficiente ese supuesto elemento de misterio que ni siquiera podemos estar seguros de que exista para la apenas notoria solvencia de la cinta? La respuesta es un NO rotundo, por lo tanto la producción guarda bajo la manga dos ases de cuestionable procedencia pero justificada sorpresa: Guy Pearce y Robert Pattinson… aunque ustedes no lo crean
Bienvenidos al mundo de la nada donde quizá pase algo
El libreto corre a cargo del actor Joel Edgerton (Quizá lo recuerden por Warrior a lado de Tom Hardy o por The Great Gatsby), y debemos aceptar que Michod le salvó todo el trasero A su nada promisoria futura carrera como guionista. Este es un perfecto ejemplo de un guion salvado del infierno por la dirección, pues mientras Edgerton no dice nada, Michod hace todo lo posible por contar algo.
Estamos ante un relato totalmente plano incluso dentro de la exposición de su conflicto y su consecuente desarrollo. A la historia no le interesa una mierda quienes, de donde o como son realmente sus personajes, centrándose solamente en la química entre estos: Un marginado ultra violento que quiere de vuelta su carro robado por un trio de criminales en las carreteras australianas y su rehén, un joven de cierto retraso mental y muy inestable que fue abandonado y dejado por muerto por los mencionados tres criminales que desatan la furia de este incierto vengador.
La película transcurre con los ojos entreabiertos bajo el contexto de un típico western y los dos principales inmiscuidos irán progresivamente revoleándose hacia con el espectador. Aunque la estructura no llega a ser compleja y ni siquiera comprobable como verdadera, Michod tensa el libreto para poder otorgar 20 últimos minutos en verdad excepcionales, que hacen que para algunos de nosotros haya valido la pena tanto y largo camino recorrido.
El final es un “Michod”, no hay duda de eso, cruel y brutal, sin concesión, sin esperanza, sin esbozo de algún porvenir, pero la escena última es una oasis en el desierto, pues el giro de tuerca es tan idiota, tan inverosímil y estúpido que resulta hasta magnifico y por si fuera poco, adepto a cierta tendencia social y comercial actual que a la fecha ha evolucionado hasta en los productos más ridículos que uno pueda encontrar en el mercado (Los que la vieron entienden y los que la verán lo comprenderán).
Robert Pattinson ¡Un perro de Pearce!
Es sorprendente, pero Pattinson se ha logrado sacudir esa etapa vampírica tan vergonzosa; ya lo había intentado a la orden de Cronenberg y ahora con Michod lo confirma: Pattinson como un actor de valía, solvente y dueño de un registro aceptable que lo pueda catapultar a personajes más versátiles y complicados ¡Oh sí! Hasta yo me quedo sorprendido de lo que estoy escribiendo.
Más allá de construir al personaje “patiño” adecuado para un Guy Pearce (Que con Michod demuestra el saber actuar mientras en sus otros papeles se dedica a ser un completo idiota), Pattinson logra conectar una química que ya de paso se convierte no solo en lo más relevante del film, sino también en el hilo argumental del mismo y en la metáfora a explotar hacia su final. No podríamos decir que Michod ni Edgerton construyen una amistad, ni mucho menos una hermandad, sino más bien una asociación sumamente grotesca que verá sus consecuencias en su misma naturaleza de malditos y salvajes animales sin nada que perder.
Así mismo, cabe resaltar que el personaje de Pattinson refiere ya desde hoy a un cliché del mismo director, un joven trastornado que tomará la venganza en sus manos (Tal y como lo hace en la extraordinaria Animal Kingdom), pero que aquí retoma un poco de más fuerza al ser foco simbolista de su narración. De los demás inmiscuidos no hay mucho que resaltar, más que hacer referencia en el que todos funcionan como elementos oníricos en un tratamiento western – road movie donde su participación se sitúa en lago más mágico que real
¿Hay que verla?
Proyectada en Cannes fuera de la competición oficial, The Rover solo es una cinta para 3 especies de cinéfilos: Los que quieran ver como progresa (O se debilita en este caso) el cine de la aún promesa David Michod; aquellos que quieran comprobar que Pattinson ya no es un vampiro gay con mucha brillantina en el pecho; y por último, aquellos amantes aguerridos del género western que encontrarán aquí un relato contemporáneo muy sencillo y muy atropellado, cierto, pero que al final obtendrán su recompensa con los últimos y geniales 20 minutos.
Con la secuencia cierre del film pueden hacer lo que quieran, insultar a la televisión o aceptar que caímos en el truco de The Rover, podrían maldecir a Michod de por vida o bien reírse junto con él ¿O lo mejor? Tratar de comprender de qué trató todo al último, pues créanme, en el análisis de su metáfora existencial y de corriente expresionista reposa la poca o mediana valía de esta película.
7 Comments
Muy buena critica Estimado Fett. Yo tambien me sorprendí muchisimo on la calidad que nos enseño el Pattinson, y creo que soy de los pocos a los que nos pareen exelentes esos ultimos segundos, una revelacion que nos enseña cuan fuerte nos aferramos, o aferrariamos a esas ultimas fuentes de cariño, tibieza y compañia en un mundo de aislamiento. Pienso que con media hora menos, habria quedado excelente.
Totalmnte mi estimado, sabe que me intrigo, la revelación del personaje de Guy Pearce ffrente al oficial, uno no lopuede dar por sentado o confirmado pero la espina queda de conocer que su personaje es sumamente oscuro y arrepentido, situación que se contrapone con esos últimos segundos y te deja pensando si fue un bluff no cree?
Saludos estimado, muchas gracias
La vi recien ayer, y de entrada me cautivo, el viaje se me hizo extremadamente aburrido, quizas eso me afecto para mi apreciacion de los ultimos minutos, no entendi la metafora del perro, yo habia imaginado una escena asi, en un momento de mi vida
Se refiere estimado a la metáfora del perro pattinson? Bueno, como ud vio, toda la motivación del.personaje era por recuperar el cuerpo de su perro en el auto, mientras Pattinson funge como la.compañía tanto de este como el animal abandonado por el otro bando, un animal que actúa por instinto y agradecimiento, su servidor lo percibe de esa manera
Saludos estimado y gracias por comentar