The Seed of Sacred Fig: El cine como elemento de protesta social

La historia alrededor de The Seed of Sacred Fig es casi tan impactante como la misma trama que narra. El director Mohammad Rasoulof ha estado en conflicto con su país de origen, Irán, durante años, especialmente por las críticas que ha realizado tanto en público como en sus películas contra los métodos de justicia represivos del gobierno. Desde 2020, Rasoulof ha enfrentado censuras y sentencias impuestas por el régimen, y “The Seed of Sacred Fig” ha sido la gota que derramó el vaso, obligándolo incluso a huir hacia Alemania durante 28 días.

Estos problemas han generado limitaciones de producción, siendo “The Seed of Sacred Fig” filmada de manera clandestina. Con gran habilidad, este trabajo no solo refleja a un artista en toda la extensión de la palabra, sino también la valentía por parte de sus creadores. Ante tales restricciones, tanto el director como los guionistas decidieron contar la historia desde el núcleo de la sociedad: la familia, un microcosmos que representa todas las ideologías, movimientos y contra movimientos del mismo.

La historia de “The Seed of Sacred Fig” se centra en Iman, un juez recientemente ascendido en el Tribunal Revolucionario, un organismo judicial especial en Irán diseñado para juzgar a sospechosos de delitos como contrabando, blasfemia, incitación a la violencia, insultos al Líder Supremo e intentos de derrocar al gobierno islámico. Su ascenso coincide con el inicio de las protestas contra el gobierno autoritario tras la muerte de Mahsa Amini, una mujer iraní arrestada y torturada por no usar el hiyab (velo que cubre la cabeza). Su caso generó preguntas en la sociedad sobre la violencia contra las mujeres, el control de los medios de comunicación (ya que medios iraníes afirmaron que había muerto por un “derrame cerebral”) y el uso ilegítimo de la fuerza por parte de las autoridades en Irán.

Iman descubre poco a poco que su ascenso no se debe a sus capacidades, sino a que sus superiores esperan que apruebe sentencias sin evaluar pruebas, exigiéndole mantener completo anonimato. A pesar de este amplio contexto, el director se las arregla para narrarlo con pocas locaciones, siendo el departamento donde vive la familia de Imán el escenario principal. Este espacio será el centro de todos los acontecimientos

En el primer acto de The Seed of Sacred Fig, a través de la cotidianidad y la cercanía con sus amigos, se adquiere conciencia de la situación social del país, especialmente tras vivirla en carne propia, lo que las lleva a cuestionar el sistema de creencias impuesto. Por otro lado, Ima es retratado como un padre devoto e incluso como un juez justo que cuestiona las pruebas antes de dictar sentencia, pero comienza a caer en una espiral de devoción al régimen, volviéndose paranoico derivado del riesgo reputacional de su trabajo (al punto de que le terminan asignando una pistola) creyendo ciegamente la propaganda estatal. Todo este contexto lo aleja de su familia y disminuyendo los momentos de convivencia.

El personaje quizás más complejo y con mayor conflicto en este núcleo familiar es Najmeh, la matriarca. A pesar de ser devota a su marido, al Estado y a su religión, se ve atrapada entre esta lealtad y el amor incondicional hacia sus hijas, lo que la lleva a tomar decisiones en contra de sus propios principios para apoyarlas.

Una vez establecido el contexto sociopolítico y los personajes, The Seed of Sacred Fig avanza hacia un conflicto intenso y que genera la tensión digna de un thriller político, mientras se marca la desintegración del vínculo entre el patriarca y su familia. Este suspenso se convierte en el hilo conductor para mostrar principalmente cómo los vínculos personales se degradan bajo un régimen totalitario, que, anclado en una propaganda férrea y una paranoia constante, puede destruir incluso un núcleo tan íntimo gracias al carácter casi sectario que se impone. Si a esto se le añade un contexto machista donde la mujer carece de voz y voto, el resultado es aún más catastrófico.

En una segunda lectura, los cuatro personajes en The Seed of Sacred Fig representan a la sociedad iraní: Iman simboliza el gobierno totalitario y paranoico; Rezvan, la nueva generación consciente; Sana, llena de dudas; y Najmeh, debatida entre su lealtad al statu quo y el amor maternal hacia sus hijas. Rasoulof sigue su estilo y, a través de este microcosmos, construye una historia sólida y representativa de los problemas sociales que aquejan a su país.

Visualmente, el departamento se convierte en una “jaula de oro”: estéticamente bonito, pero filmado de manera cerrada. El montaje y la edición añaden tensión y se convierten en los pilares de The Seed of Sacred Fig, sin olvidar que su núcleo es la denuncia social. Rasoulof utiliza fragmentos de videos grabados desde celulares en las protestas contra el gobierno, no solo para enriquecer el hilo narrativo, sino para resaltar su mensaje: el video doméstico como una herramienta de verdad ante la manipulación de un régimen totalitario. Este equilibrio entre la ficción y la realidad se integra de manera natural y digna de mención.

Calificación:

Dirección: 3.3

Guion: 3.2

Actuaciones: 1.8

Extras: 0.5

Calificación total: 8.8

The Seed of Sacred Fig es un reflejo del cine como protesta social. A diferencia de otros cineastas, Mohammad Rasoulof no convierte la proclama en panfleto, sino que se enfoca en su propuesta visual, en el desarrollo de sus personajes y en la desintegración de las relaciones personales debido al totalitarismo, creando una de las mejores cintas de 2024. Inevitablemente nos recuerda a la asombrosa hazaña de Jorge Fons en Rojo Amanecer, una cinta que también utilizó a la familia como contexto social para abordar la problemática de 1968 y que se ha grabado en la memoria colectiva cinematográfica. Probablemente, ambas cintas tengan un destino similar como críticas y declaraciones visuales sobre los caminos destructivos de la violencia, el uso ilegítimo de la fuerza y el autoritarismo.

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Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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