The Villainess: Madre Luchona nivel Súper Saiyajin

Cuando ves una película surcoreana cuya primera escena es un largo pasillo, ya sabes que lo que viene es una carnicería en donde puede o no, incluirse un martillo como arma mortal. Pero no se vaya, siga leyendo, que martillo fue justamente el arma que no figuró en The Villainess (La Villana).

De qué va: Sook-hee (Kim Ok-bin), aprendió desde temprana a matar de todas las maneras posibles. Por razones que ya se enterará cuando la vea, esta joven se convierte en un agente durmiente de la agencia de inteligencia de Corea del Sur, que promete su libertad después de 10 años de servicio; sin embargo, no contaba con que el amor por su hija y su oscuro pasado la condenarían.

Jung Byung-gil (Confession of Murder), quien se inició en el mundo del cine como doble de películas de acción, quedó enganchado de este género  del que ahora escribe y dirige. The Villaniness se presentó fuera de competencia en Cannes en donde fue ovacionada, hace unos días se proyectó en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges recibiendo buenas críticas. En general la corta carrera como director de este proclamado amante de los videojuegos ha ido muy bien.

Debo aclarar que este tipo de cine no es santo de mi devoción y me es difícil hacer una crítica imparcial de esta película, así que trataré de irme con cautela. En ninguna parte encontré alguna referencia a la película de Luc Besson, Nikita (Nikita, dura de matar), que después tuvo su versión americana con Point of No Return (La asesina) y más tarde las series de televisión La Femme Nikita (1997-2001) y Nikita (2010-2013), pero como si no tuviéramos suficiente con tanta Nikita, Byung-gil tenía que hacer la versión coreana de ella y reconozco que la llevó a límites que no se habían visto.

No solo es extremadamente violenta y cuenta con escenas de acción en donde no te explicas cómo fue que ningún doble salió herido de ellas. La mayoría de estas escenas están filmadas como si en verdad fuera un videojuego y el espectador se siente estar inmerso en una realidad virtual (en serio que hasta grité mis golpes de karate).

¿Cómo es que logra este surcoreano tal aclamación con un tema tan repetido? Bueno, pues porque le dio a su historia el toque más llegador de la actualidad, su protagonista Sook-hee (que debe ser como Nikita en coreano) no es solo una implacable asesina, cruel sicaria sanguinaria, sino que además es una chica linda, tierna y vulnerable, madre soltera y padre a la vez, una mamá luchona nivel Súper Saiyajin. ¡Ah verdad! No cualquiera se echa ese trompo a la uña.

El alto grado de complejidad de sus escenas de acción merece un aplauso, con todo y que su cámara se la pasó chorreando sangre. Lo verdaderamente malo para los que la vemos en México, o en cualquier país de habla hispana, es que la tendremos que digerir doblada al español, porque la versión original solo tiene subtítulos en inglés.

Lo más sensato que puedo decir de esta cinta, es que sin duda, es solo para fans de este tipo de cine, aunque también califican todas las feministas radicales ansiosas de ver la sangre masculina correr a borbotones, así que usted decide si le entra a los catorrazos.

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