The Way Back: Affleck rehabilitado, resucitado, reanimado
Si usted se había preguntado donde andaba Ben Affleck después de ganar más fama por su meme de cara triste que por sus desafortunados intentos para levantar el nuevo proyecto de Batman, pues déjeme decirle que el ex murciélago se encontraba en rehabilitación debido a sus vicios y episodios de depresión, de los cuáles se dice, salió avante gracias a terapia y apoyo de sus amigos. Pero ¿por qué empezar esta crítica a modo de chisme de revista de farándula? Porque dicho episodio sin duda fue el elemento primordial para poder levantar la nueva cinta del director Gavin O’Connor, el cual nuevamente lleva a cabo un drama deportivo ajeno a los elementos clichés de su tipo y que permiten a Affleck demostrar una vez más que no es tan malo ni tan pobre histrión como por lo regular él mismo nos lo hace parecer.
Pero antes de echarle porras a Ben, hay que hablar del principal valor de este film, el cual no se centra en la justa deportiva (el basquetbol colegial en esta ocasión) para encausar su relato, sino en la psicología y desarrollo de su protagónico, dejando que el “deporte” solo sea un elemento de trasfondo y de la progresiva estructura de su trágico héroe.
Así mismo resalta el hecho que, como en Warrior, O’Connor no respeta el manual del “drama deportivo”; si bien deja que la competencia avance y el equipo de parias mejore gracias a la intervención de su “coachaffleck”, esta predecible evolución se ve contrastada con la debacle del protagónico en una historia que no va de menos a más, sino de más a menos en cuanto a su estabilidad física y emocional, algo fresco y ajeno a toda condescendencia en este tipo de relato, haciéndolo más honesto y creíble.
Ahora bien, ese tono veraz y muy empático se logra en gran parte gracias a que Ben Affleck actúa precisamente como él mismo, encontrando “ese papel” acorde a una situación actual y experimentada en carne propia. A manera de auto terapia, expiación y resurrección de su carrera, Ben ofrece un desempeño tan loable como preciso como un famoso ex jugador de basquetbol colegial sumido en la depresión y el alcoholismo por factores que el propio libreto irá desmenuzando a lo largo del film.
Por otro lado, son varios los puntos negativos de film, concentrados de manera resumida en toda la estela de personajes planos y sin un trasfondo que los haga interesantes o necesarios, en la mayoría de casos, ni para la trama, ni para la interacción con el protagónico. Esto principalmente afecta en los lazos emocionales directos con Affleck, donde su ex esposa, sus ex amigos y hermana son meros adornos que no tienen el impacto necesario para encausar el tono dramático que se requiere para plantear los delicados temas que propone el guion. En cuanto al equipo deportivo, solo será uno el que cuente con el apoyo del libreto, pero su tangente es tan pobre y ajena a la historia que ni como metáfora o símbolo juvenil sirven para los resultados finales.
Gavin O’Connor se confirma como un cineasta adoc para los ramas deportivos, y aunque dista del nivel alcanzado por Warrior (con la que comparte el tema del alcoholismo), es con buenos diálogos, una dirección muy correcta y sin alardes de las justas deportivas, pero sobre todo con una excelente actuación de Ben Affleck en un papel construido solo para él, que The Way Back es una mediana pero entretenida opción para esta cuarentena ya disponible en varios canales online.