The Wedding Banquet: Otro remake a la pila de descarte

De cierta manera había esperanzas de que esta nueva versión de la aclamada película de Ang Lee, The Wedding Banquet, pudiera actualizar el material original considerando que los tiempos han cambiado, pero el resultado es muy diferente a lo esperado, y no porque sea exactamente igual, sino todo lo contrario: cambiaron la historia sin saber por qué era buena. Antes de que lluevan los comentarios, es necesario aclararlo: No es que lo viejo sea mejor o que nos resistamos al cambio, sino preguntarse: ¿Hay alguna ganancia con modernizar un clásico?

Empezando por lo bueno de The Wedding Banquet, el director Andrew Ahn hace un buen trabajo captando la vida suburbana de una forma actualizada, pero sin olvidar el amor como núcleo principal. Representa a las familias unidas que se han formado en busca de comunidad y alquileres asequibles, como si dijera que la única manera de sobrevivir en esta economía es ser parte de un grupo de 4 ingresos que deben trabajar juntos para llegar a fin de mes. De aquí parten algunas bromas que van muy acorde al tono tragicómico al que quiere apegarse. A destacar también la banda sonora de Jay Wadley, que logra acoplarse al ambiente propuesto.

El principal problema de “The Wedding Banquet” es que parece que Ahn no entendió de qué trataba la original. Es cierto que la historia fue una de las que puso a la homosexualidad de forma directa en primer plano, sin ocultarla ni victimizarla, sólo mostrando a las personas de esta comunidad en una situación normal como la presentación de la pareja previa al matrimonio. Pero la mezclaba con otras temáticas como la inmigración, el choque generacional y el olvido a la cultura en la que se nace, lo que ayudó a que Ang Lee alcanzara la internacionalización. Ahora la orientación sexual es el enfoque principal, lo cual no estaría mal sino fuera porque el ritmo no es tan dinámico, llegándose a sentir plano y por momentos lento en todo el metraje y no tener tantos chistes genuinamente graciosos.

Parte de la razón de que el humor no sea tan efectivo en esta The Wedding Banquet es porque se ha reducido a hacer chistes sobre la sexualidad, además que ser más complaciente con la temática. Al agregar más personajes y hacer que la historia sea más amigable y abierta con la orientación sexual (algo que la original no hizo, ya que los personajes eran gays, pero sus vidas no giraban alrededor de ese hecho), se convierte en una comedia de errores dulce, pero esquemática y más sentimentalista al forzar el drama. El desarrollo vuelve a la antes fábula contemporánea en un panfleto pro-vida que vota a favor del derecho de las parejas gays a tener hijos, pero el sermón se prioriza sobre el propósito narrativo. Por si fuera poco, Ahn a veces opta por hacer encuadres a los rostros de los actores, lo que restringe sus interpretaciones.

La idea de tener a 2 parejas homosexuales era buena, pero en mayor o menor medida, todos son estereotipos que rayan en la caricaturización. Y no hay mayor ejemplo que la pareja de Bowen Yang y Han Gi-chan, es innegable que tienen química, pero recurren a características como la voz amanerada y algunos movimientos corporales que eran comunes cuando apenas se daba visibilidad al tema (para empeorar el asunto, Yang no transmite bien emociones fuertes). En cuanto a la pareja lésbica, la relación está un poco mejor trabajada, con la actuación de Kelly Marie Tran siendo la más sobresaliente y demostrando que le ha sentado muy bien salir de Star Wars. Sin embargo, y pese a estar en un rol más contenido que funciona, Lily Gladstone está muy desperdiciada porque no tiene mucho que hacer y ya empieza a repetir matices. De hecho, gran parte del efecto conmovedor que evoca yace en el excelente trabajo de Joan Chen y Youn Yuh-jung, quienes realmente transmiten el tema del amor postergado con una emotividad. Además, de ellas vienen los cambios que mejor funcionan y que son bienvenidos.

Es mejor en comparación con otros remakes por las intenciones directivas y narrativas, pero al igual que otras copias similares, el producto final termina siendo desnutrido porque se desmorona bajo una sensación de volumen y algunas actuaciones principales que no alcanzan la profundidad necesaria a la hora de tocar emociones fuertes porque las actuaciones llegan a ser tiesas. The Wedding Banquet tiene sus momentos cómicos, pero son contados, y aunque actualiza el material, lo hace sin saber por qué funcionaba en primer lugar.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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