The Whale: El ascenso de Fraser y el descenso de Aronosfky
En una de las secuencias más emocionantes de la película, el protagonista de la cinta, un profesor de inglés con obesidad severa, anima a sus alumnos ser auténticos y honestos en su escritura, así como a su hija.
Es curiosa esta parte, ya que Darren Aronosfky hace una década atrás era considerado uno los cineastas más auténticos; sus películas se sentían tan originales como honestas, pero por desgracia, quizás desde The Wrestler no ha vuelto a recuperar el techo y de a poco se siente como una cineasta repetitivo, cansado y cada vez más limitado.
El foco central de la trama ronda alrededor de la relación de Charlie y su hija, una adolescente malvada, la cual nuestro protagonista abandonó por casarse con un alumno, el cual años después murió, evento que causó un trauma a Charlie relacionado con la comida.
En la búsqueda de Charlie por tratar de demostrarle a su hija las cualidades que ella posee intentando redimir sus errores como padre, la cinta tocará temas alrededor de la salvación de un individuo como manera de redención personal (Charlie) o del cuidado del primogénito para curar heridas del pasado (Liz), estableciendo paralelismos entre personajes (Charlie y Thomas) y algunas alegorías bíblicas.
Y a pesar de que hay ciertas lecturas interesantes, el mayor problema viene de la estructura del guion. The Whale es una adaptación de una obra teatral de Samuel D.Hunter, quien ¡sorpresa! también es el escritor de esta película, lo cual se nota a leguas, pues la cinta tiene un estilo teatral unidimensional que no solamente limita la parte técnica al restringir a la fotografía y edición, sino también las interacciones entre sus personajes
Imaginación vs Interactivo, Exterior vs Interior
Dos lenguajes distintos; la primera diferencia es que en el séptimo arte hay que interiorizar y en el teatro exteriorizar, la otra es que uno tiene un carácter interactiva y otro imaginativo, por lo que al ser prácticamente una calca del material original, hay dinámicas entre personajes que no van a funcionar igual porque en el escenario del cine se plantean pocos elementos para que el espectador compre este drama. El cine, al no tener este carácter de “en vivo” o de interacción con el público, tiene que ser concreto con las ideas, y dotar de un contexto a los personajes. Por desgracia, el guion trata de basarse más en la exteriorización emocional, y por consecuencia se siente manipuladora y superficial en la forma de ejecutar el tratamiento de sus temas, dándole este carácter justificado de “torture porn” (pues parece que más que mostrarnos el aspecto psicológico de Charlie y su enfermedad, el director y el guionista gozan de darle una tortura psicológica al personaje).
Si el guionista y director querían quedarse en estilismo, el trabajo de guion y de actuación pasaban a ser de suma importancia, por lo que el primero tenía que buscar como objetivo desarrollar casi a lujo de detalle las relaciones de sus personajes y su trasfondo, a la par que desarrolla el contexto de la trama con el fin de sentir auténtico ese escenario unilateral (Mass y The Father son un ejemplo), pero la escritura se queda corta.
Quizás el menos culpable de todo es Aronosfky, pues prácticamente está tratando de jugar en este entorno teatral, aunque lo que sorprende es que un hombre que era propositivo en la parte técnica se vea tan atado de manos y tan complaciente con este estilismo cuando si algo lo distinguía era su dinamismo.
A Aronosfky le está comenzando a pasar lo mismo que algunos directores, y su discurso comienza a sentirse repetitivo, combinando el tema de la redención (vista en The Wrestler) con el de los tópicos religiosos (Noah, Mother).
Fraser para el Oscar
Por supuesto, esta forma de hacer cine también se distingue por el peso que los actores cargan al ser prácticamente una experiencia basada en la manifestación de emociones. En ese sentido los intérpretes terminan siendo los salvadores de esta propuesta irregular; desde Sadie Sink, Hong Chai, Ty Simpkins, y por supuesto el conductor de esta trama y quién sostiene toda la cinta: Brendan Fraser (la mejor actuación del año 2022). El trabajo de Brendan no solamente alcanza el rango del desgaste físico, sino también en las gesticulaciones de dolor o alegría; cada paso, cada respiración, cada expresión de cansancio es la llave que nos sumerge en esta historia y que hace que las dos horas de la película se pasen prácticamente volando. Quizás la empatía que Brendan tuvo con su personaje ayudó a que su desarrollo para con el mismo fuera autóctono.
Calificaciones
Guion: 1.8 – A pesar de sus conceptos interesantes, su estilo teatral termina por hacer poco auténtico su mensaje
Dirección: 2.2 – Duele ver a un Aronosfky limitado
Actuaciones: 2.0 – Denle un Oscar a Fraser y mínimo se merecía una nominación por elenco a todo el equipo.
Extras: 0.4 – Falta un poco más de Diseño de Producción.
Calificación 6.4 – Irregular tirando a decente
Entre un guion mediocre, una dirección limitada y unos niveles de actuación impecables, The Whale termina siendo una propuesta que irónicamente intenta llevarse a la boca más de lo que puede comer, y que con tal de no perder la esencia de su material de original, termina por engordarse de escenas exteriorizadas que tienden a ser más un circo morboso al estilo reality show (no en balde muchos la comparan con kilos mortales) a una reflexión profunda sobre los aspectos psicológicos de la obesidad. Así como su protagonista, se queda a la orilla de un mar de ideas interesantes para conformarse con solo sentir el agua en los pies, y está ballena nunca da el salto a liberarse de este mar de potencial y creatividad.
Lo siento Aronosfky pero una vez más te has quedado corto. Felicidades por este regreso Brendan. Te extrañábamos.