The Whale: Un análisis médico.
Sin duda The Whale (Darren Aronofsky, 2022) es una obra divisiva. Por una parte, es el regreso triunfal de Brendan Fraser a las grandes ligas de Hollywood. Por otra, un filme que ha generado opiniones encontradas. Finalmente, envuelto en polémica debido a su supuesta “gordofobia”, estos son puntos ya abordados y discutidos ampliamente.
Pero ¿qué tan realista es su retrato de un hombre que padece obesidad morbida? Tratándose de un producto que ha ganado notoriedad en los medios y al abordar una temática real y de relevancia, es necesario analizar si lo hace de una forma fidedigna. Veamos.
El padecimiento es real
Charlie (un magnífico Brendan Fraser) sufre insuficiencia cardíaca congestiva en asociación a su grave obesidad. Para fines prácticos, todos los órganos sufren al estar encapsulados bajo semejante masa de grasa corporal. El corazón, en este caso, se ve incapaz de bombear la sangre desde los pulmones hacia el resto del cuerpo, lo que provoca que los pulmones se congestionen como su fueran esponjas absorbiendo agua. Sin tratamiento, la persona fallece asfixiada conforme sus pulmones literalmente se inundan. El retrato del declive progresivo en la salud de Charlie hasta su presumible muerte resulta acertado en este sentido. Un buen muestrario de un padecimiento real en una película de ficción.
¿Era un caso tratable? ¿Debía ir Charlie a un hospital?
Por motivos económicos y posiblemente ideológicos, Charlie se niega a acudir a un hospital. Ante semejante deterioro de su salud, su pronóstico vital era desfavorable. Su enorme tamaño hubiese hecho casi imposible ser conectado a un ventilador mecánico y acceder a sus venas para colocar catéteres. Su corazón, ya dañado e insuficiente, colapsaría de cualquier manera. Básicamente, el suyo era ya un caso terminal en el que lo mejor era ofrecer cuidados paliativos.
¿Y la “gordofobia”?
Las críticas a los supuestos estereotipos negativos sobre las personas que padecen obesidad, sin embargo, han obviado el hecho más alarmante y el origen de todo el conflicto de la trama: La Depresión.
El personaje de Charlie no fue estructurado como una mofa hacia las personas con obesidad, sino que es un caso específico de un paciente con una grave depresión que no fue tratada y resultó en el llamado Trastorno Por Atracón (“Binge-eating”, en inglés), un trastorno de la conducta alimentaria en el que el paciente busca aliviar su ansiedad mediante el consumo de abundantes alimentos.
Es evidente que Charlie lo padece, pues fue tras el duelo por perder a su pareja que comenzó con la ganancia de peso y en momentos de tensión consume alimentos de alto contenido calórico de forma compulsiva.
Por otra parte, aunque es obvio que la obesidad de Charlie es el punto más llamativo del filme, es pertinente señalar que los demás personajes igualmente padecen depresión sin tratamiento y ésta los llevó a otro tipo de conductas auto destructivas. Alan, su novio, sufrió anorexia nerviosa y eventualmente cometió suicidio. Marie, su ex esposa, se volvió alcohólica, y Elli, su hija, que es adicta a la marihuana, desarrolló tendencias sociopaticas.
El filme, por lo tanto, de una manera sutil llama la atención sobre la salud mental y las consecuencias de no ponerle la debida atención.
Conclusión.