Tom Cruise reclama el verano con Misión: Imposible – Repercusión

Antes de leer esta reseña, consideren que 1) no soy fan en particular de las de Misión: Imposible, 2) pienso que Tom Cruise tiene muy buenas películas pero jamás comprendí por qué el furor por él durante los años 90 e inicios de siglo, 3) quedé tan en shock con Mission: Impossible – Fallout que cité un tuit de Bad Bunny para expresar cómo me sentía al terminar la película.

La serie de películas sobre espionaje y contra-terrorismo consolidaron la carrera de Tom Cruise como estrella, más que nada por las impresionantes secuencias de acción y porque Cruise insiste en hacer sus propias escenas de acción, sin doble. Si las primeras películas eran diversión pura y con secuencias exageradísimas, en años recientes se han enfocado mucho más en el guión para crear amenazas plausibles, de modo que no fueran películas de acción completamente vacías. Después de todo, deben competir con otras películas sobre espías, con la eterna lista de películas de superhéroes, secuelas, y una que otra propuesta original de cine de acción. La sexta entrega de la saga marca un antes y después de lo que se podría esperar de las futuras secuelas y, francamente, de cualquier película de acción.

La amenaza de una nueva célula terrorista, con objetivos de unificación global a través del sufrimiento, pone en movimiento a Ethan Hunt y su equipo para detenerlos, desatando una misión contrarreloj para salvar a la humanidad. La existencia de Los Discípulos nos plantea un dilema ético interesante, tomando en cuenta el estado de nuestro presente. ¿Vale más la vida de un individuo que la de un colectivo? ¿De verdad sería necesario reinventar el orden mundial para lograr la paz? ¿Es válido usar el terror colectivo para lograr el bien común a largo plazo? Estas preguntas complejas no son resueltas en la cinta, pero tampoco argumenta en contra de ellas. Después de todo, el IMF es prácticamente una organización secreta para proteger al mundo. La solidez de la trama es lo de menos, pero la presencia de villanos con ecos de la Vida Real juega con la posibilidad de darle mayor seriedad a la saga. Lo que sí es que Fallout está ligada directa e indirectamente a eventos y personajes que aparecieron tanto en Rouge Nation como en Ghost Protocol en lugar de ser otra misión aislada. La edición, a cargo de Eddie Hamilton, es ágil y mantiene el suspenso a muy buen ritmo, mientras que los efectos visuales son increíbles.

Las actuaciones cumplen con lo esperado para el mayor blockbuster del año, y es Tom Cruise quien brilla y nos demuestra que es el rey indiscutible del género. Por otro lado, Henry Cavill deslumbra, con todo y bigote, como el agente de la CIA August Walker, mientras que Angela Basset es una genial adición al reparto. Ving Rhames y Simon Pegg son maravillosos, y Rebecca Ferguson nos demuestra, una vez más, que tiene todo el potencial para ser la nueva reina del cine de acción.

Lo que comenzó con la adaptación al cine de una serie de televisión de los años 60 nos ha dado una de las franquicias más longevas del cine, con secuencias de acción explosivas que reinventan la definición de impresionante e increíble. Fallout no se queda atrás, con las secuencias de acción más memorables del año, y es, sin duda, la película del verano.

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