Toni y su Familia: La Crisis de los 40 a la francesa
En el marco del 28º Tour de Cine Francés, se presenta una vasta oferta de películas galas, que abarcan una amplia variedad de historias y que son una muestra representativa del gran espectro de películas que año con año se producen en Francia, que cuenta con una de las industrias cinematográficas más sólidas del orbe. Entre los meses de septiembre y octubre, estarán en cartelera del país siete largometrajes, todos ellos interesantes.
Una de estas propuestas es la deliciosa “Toni y su familia”, dirigida y editada por Nathan Ambrosioni (Les drapeaux de papier), quien ha hecho una gran transición entre ser el “enfant terrible” del cine francés, dirigiendo a sus 14 años cine de terror (Hostile), a entregarnos películas sobrias, como han sido sus dos últimas.
“Toni y su familia” cuenta la historia de Toni, una mujer de 42 años, madre soltera a cargo de cinco hijos adolescentes, trabaja por las noches cantando en un bar, aprovechándose de la fama que aún le deja el haber sido ganadora de un reality show a inicios de los años 2000 y de su One Hit Wonder que aún suena en la radio. Su tiempo se dedica casi por completo a sus hijos, quienes tienen sus propios conflictos, propios de la edad. Los dos mayores están a punto de dejar la casa para irse a la Universidad, lo cual aviva las inquietudes en Toni sobre ¿qué ha hecho de su vida? ¿Está aún a tiempo de hacer un alto y replantearse lo que quiere? ¿Cuál sería el impacto de esto en su familia? ¿Qué sigue para ella? Estas preguntas resultan trascendentales para poder incluso seguir con su día a día.
Con esta premisa, que bien podría derivar en un drama potente, inicia esta maravillosa película que, con una permanente atmósfera de comedia, nos plantea cuestionamientos interesantes. La historia de “Toni y su familia” es abordada de forma sencilla, dando seguimiento a situaciones cotidianas, pero siempre con una carga interesante de emociones. La dirección de Ambrosioni es impecable, con costuras invisibles, pero que denotan un manejo actoral interesante. El director (de 24 años) captura de manera excelente el sentir de alguien que atraviesa una crisis de los 40, mientras que a la par sabe capturar la complejidad del sentir de los hijos adolescentes, creando secuencias perfectamente niveladas entre la carga emocional y la comedia pertinente, quizás el mejor ejemplo de esto es una escena a forma de blog en la cual se da una “salida del clóset”.
El reparto de “Toni y su familia” está también a la nota, comenzando por su protagonista, una Camille Cottin que ofrece una gran actuación y los cinco jóvenes, cada uno al mismo buen nivel del anterior, pero destacando a Léa López como una joven aspirante a bailarina, quien desea más que nada lograr ser aceptada por una compañía Húngara de Danza y Oscar Pauleau, quien entrega las escenas más dramáticas de la película. Todos ellos dotan a la trama de momentos lo mismo conmovedores que divertidos, siempre con una naturalidad digna de ser resaltada.
La experiencia de disfrutar “Toni y su familia” es totalmente positiva. Muchas veces nos quejamos de lo vacío que resulta el cine comercial y, en esta ocasión, tenemos una película que une el cine de arte, inteligente y propositivo, con el pleno disfrute del entretenimiento.