TOP 12: Judíos versus el mundo (2 de 2)
Es cierto que el tema holocaustico domina la personalidad del judío en la escena cinematográfica, pero así como este es bien reconocido cuando se plasma de una manera fresca y original sin dejar de lado su tema de crudeza, también es justo sacar a relucir otras producciones que nos muestran al mencionado pueblo en la época contemporánea pese a que también esta esté englobada por la sangre y el conflicto.
4 dramas y 2 documentales, 3 realidades y 3 ficciones basadas en hechos reales, son las que complementan este TOP del cual Mel Gibson no estaría nada orgulloso. Mis estimados cinéfilos, los dejo con las producciones que a mi parecer, son los films de cabecera cuando se quiera establecer un perfil judío en el cine.
6. The Schindler’s List (Steven Spielberg, 1993)
Muchos puristas independientes en este momento quizá estén denunciándome ante sus dioses, sin embargo, no me importa defender este producto sentimental y emocional de Spielberg, el cual le significó por fin su credibilidad como director dramático y sus primeros premios importantes en la industria. Si bien es cierto que el director judío basó el elemento visual en Kapó de Pontecorvo (así como también parte de su argumento al representar los campos de concentración femeninos), la historia del alemán redimido frente al genocidio de todo un pueblo, es una cátedra de oficio cinematográfico no solo por su excelsa fotografía en blanco y negro, su mística banda sonora por parte de John Williams y un libreto inteligente y con grandes diálogos apoyados por un perfecto montaje, sino también y principalmente por el alma que pone Spielberg en cada toma, en cada plano y secuencia, que nunca anulan la agilidad de relato en poco más de 3 horas.
Mención aparte para el reparto, el cual a través de un creíble Liam Neeson, un desalmadamente maravilloso Ralph Fiennes y un cautivador Ben Kingsley alcanzan estándares sobresaliente solo para complementar el desolado ambiente que el director logra comunicarle a la audiencia a cada segundo. Un excelente film hecho con alma y corazón que merece ser reconocido como tal.
5. Au Revoir les enfants (Louis Malle, 1987)
Conocida latinamente como Adiós Muchachos, esta cinta francesa autobiográfica es también uno de esos casos en donde el maldito y nazi Oscar ha actuado con total injusticia. Después de que el realizador pasara un exilio con algunas producciones americanas, regresó a su pueblo natal para llevar a cabo uno de esos films que deben ser catalogados como un pedazo de obra maestra. La historia de amistad y lealtad de dos niños judíos albergados, educados y recluidos en un convento “carmelita” durante el genocidio de su pueblo es sin duda uno de los relatos más conmovedores dentro del rubro que si bien acude a la sensibilidad y a unos cuantos clichés ya vistos en films con escuincles incluidos, la virtud del film de Malle radica en el tono y ritmo de su historia, la cual encierra un secreto en dicha relación mientras la pareja protagonista se enfrenta a un mundo y a estándares ajenos a los que han albergado aún en su corta vida.
El antisemitismo, la pedofilia y el conflicto bélico son algunos temas implícitos que de haberse profundizado quizá hubieran restado calidad a la cinta, otro punto para el desarrollo de tan solemne y cautivador argumento. Ganadora en el Festival de Cannes, este film es un must para todo aquel que guste conocer otro punto de vista sobre la desgracia del pueblo judío en aquella época.
4. Munich (Steven Spielberg, 2005)
Salgamos del holocausto y volteemos la cara de nuevo hacia Spielberg y hacia la que sin temor a equivocarme, es su obra más incomprendida, infravalorada e injustamente olvidada, una maravilla fílmica que no pide asilo de empatía hacia con ningún espectador o crítico, un relato crudo sobre la moral y la venganza, sobre la demostración de orgullo y de vida de un pueblo asfixiado por su guerra y, que en manos de los juegos olímpicos de Munich, se vale para dar a conocer a su enemigo que su palabra se escuchará al último.
El gobierno israelí se hace de un grupo de agentes del Mossad para que, bajo una operación secreta, cacen y exterminen a todos los responsables por la matanza de sus atletas en Munich. Spielberg al igual, se hace de un reparto bárbaro (Eric Bana no llegue a convencer a muchos) para esta misión que, en manos del celuloide y de un realizador que en esta ocasión ha dejado de lado su alma judía, alcanza una madurez narrativa e interpretativa muy compleja y de gran calidad, sanguinaria y exquisitamente realista. La edición y la alternación de los sucesos en Munich no tienen precio, y solo demuestran que Spielberg tal vez haya producido su más grande y última pizca de genialidad. Para la posteridad, ese último diálogo que resume el contexto espiritual por el que pasa su protagonista. Mazel tov Steven, mazel tov.
3. Waltz with Bashir (Ari Folman, 2008)
Revolucionaria, es el perfecto adjetivo para definir el documental – ficción del realizador ex militante del ejército israelí que por medio de la animación y de una narrativa anacrónica, logra captar sus recuerdos que van más allá de la insípida trifulca de naciones para plasmar que su pueblo no solo ha sido víctima, sino también un serio victimario.
Más allá de su originalidad, el film de Folman se compromete con la verdad, al demandar la atrocidad bélica y moral israelí y la parte que jugó en la invasión a Líbano; bajo un extraordinario libreto que poco a poco va trenzando los hilos de su historia (como una verdadera mente recordando sus oscuros recuerdos) , el realizador y ex soldado construye un ejercicio cinematográfico pionero e invaluable que desnudan su propio horror y culpabilidad frente a los hechos. Si los bastardos de Tarantino y los agentes de Spielberg eran vengativos, esta cinta nos demuestra que la realidad es mucha más poderosa que la ficción, y que si de judíos cabrones hablamos, pues que mejor que las caricaturas de los recuerdos de Ari Folman
2. The Pianist (Roman Polanski, 2002)
Una oda a la soledad, a la tensión e incertidumbre, pero sobre todo, un logro del séptimo arte que refleja el film más personal de Roman Polanski y que recae puramente en el más simple significado de la palabra arte: el medio por el cual se expresa una emoción, sentimiento y/o una visión del mundo. Esa visión es la de un artista – cineasta castigado por el mundo que, en imagen de Wladyslaw Szpilman (un fastuoso Adrien Brody) refleja su sentimiento e ideología de entendimiento, perdón y lealtad hacia el mismo, aún cuando este se presente como algo vil e inmisericorde.
Ningún otro cineasta podría haber adaptado esta obra, pues la magnificencia de la misma se debe a la extensión de sufrimiento interno del cineasta reflejada no solo en el protagónico, sino en toda circunstancia que lo rodea, ya sea la exterminación de su familia, la reclusión en un cuarto, en la sala de un hospital, entre paisajes destruidos y apocalípticos o simplemente queriendo abrir una lata de pepinillos; sin embargo, siempre existirán momentos bellos que opacan el oscuro camino y que significan la esperanza y redención. Si una imagen vale más que 1000 palabras, esa imagen es Szpilman tocando el piano frente al oficial alemán en aquella mansión de resguardo nazi… qué bello es el séptimo arte.
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Shoah (Claude Lanzmann, 1985)
Estamos ante el relato mas estremecedor acerca de la barbarie humana, contada por los mismos participes de este cuatro décadas antes y, que gracias al francés Lanzmann y sus casi 10 años de trabajo e investigación, pudo revelar a través de este imprescindible documental que, a pesar de sus más de 9 horas de duración, no termina por sentirse cansado ni redundante, consecuencia de un montaje maestro y de la impresión de un ritmo incomparable para dicho formato.
Innovador, desgarrador e inolvidable, Lanzmann prescinde de cualquier archivo visual y/o auditivo de aquella época y se centra solamente en contar las historias personales tanto de supervivientes y testigos, como también de ex partidarios nazis (con su identidad protegida). El estilo de entrevista no solo es desgarrador y detallado, sino que también el realizador trasciende hacia explicar los porqués del genocidio, la mirada de antisemitismo y sus consecuencias tanto de aquella época cono en aquel 1985.
Un horroroso y solemne retrato de la realidad sobre el holocausto que vale la pena no solo observar, sino sentir y hacer propio.
Y damos fin a esta odisea del judío a través de la cinematografía. Estimados lectores les invitó a externar su opinión, comentario o sugerencia o simplemente mencionar algunas olvidadas que ustedes guarden en su corazón y mente cinéfila.
4 Comments
Munich me dejo sin palabras, en lo personal me parecio muy fuerte en especial porque no sabia a lo que hiba cuando la vi.
The Schindler’s List, la vi y me gusto, pero por esas fecha ya habia visto “La Vida es Bella” que me gusto mas.
Me intereso mucho la de Waltz with Bashir y Shoah vere si es cierto que puedo soportar 9 horas de sufirmiento ajeno.
Lo podra soportar estimado se lo aseguro. Saludos!
Yo lo estoy denunciando ante mis dioses pero por dejar la Lista en un miserable sexto lugar, una de las obras más perfectas y hermosas de la historia del cine se merece estar siempre a la cabeza. Una maravilla inolvidable que hace que me derrumbe emocionalmente cada vez que la veo, a mí gusto superior a El Pianista. Un saludo.