Trailer de Snow White, un futuro Oscuro

Qué puede decirse de esta película que no se haya dicho ya? Desde el polémico casting de Rachel Zegler, bella actriz de piel canela como una princesa “blanca como la nieve” y sus disparatas declaraciones, los aparentes cambios en la historia para “adaptarla a audiencias modernas” hasta la infeliz ocurrencia de reemplazar a los icónicos enanos, primero por supuestas “criaturas mágicas ” (que más bien lucían como drogadictos), y luego por el más burdo CGI, privando con ello de una gran oportunidad laboral a actores de baja estatura gracias al berrinche de Peter Dinklage, Snow White (2025) ha sido la comidilla de internet durante prácticamente dos años y ha puesto en entredicho el futuro de la otrora invencible Disney.

Wish, obra que celebraría el centenario del venerado estudio fue un fracaso tanto en crítica como en taquilla debido a su baja calidad y cuestionable moraleja, y ahora la Casa Del Ratón está aún más sumergida en aceite hirviendo pues ha dado divertidos tumbos con la adaptación en “Live Action” de su primera película animada y que hizo a Disney lo que es ahora, fundando con ella la era de las películas animadas, ni más ni menos. Lo que debía ser un evento esperado con ansias positivas se perfila para ser un desastre monumental y la reacción al último trailer liberado no hace sino reafirmar la debacle en ciernes.

Sabemos que el coste de producción de Snow White ha alcanzado, por lo menos, $300 millones USD (hay quienes afirman que ha llegado a $500 millones…) Por regla general, para que un filme sea rentable debe ganar en taquilla por lo menos el doble de su costo de producción , meta que se antoja imposible ante la reacción extremadamente negativa del público, que ha sugerido que la película vaya directo a Disney+ o incluso que sea cancelada totalmente al estilo de Batgirl.

¿Qué ha sucedido? Este verdadero desastre mediático tiene diversas explicaciones más allá de lo ya mencionado y ahora que tenemos un nuevo trailer no podríamos dejar pasar la oportunidad de estudiar este increíble caso de indecisión artística y corporativa. Veamos.

El principal problema de Snow White es, obviamente, su actriz protagonista. El asunto de su color de piel es, llegados a este punto, intrascendente. Y es que no contenta con su creciente impopularidad, Rachel Zegler insistió en auto restarse puntos al reaccionar violentamente a los resultados de la reciente elección presidencial en Estados Unidos y agredir tanto al ganador de la misma como a sus 75 millones de votantes. La tibia y obviamente prefabricada disculpa de la actriz no evitará que buena parte del público decida no gastar en un boleto para una película suya. El que no tenga proyectos cinematográficos en puerta es prueba fehaciente.

Luego viene el argumento, tomando con reservas lo visto en el tráiler. Zegler declaró inicialmente que tendríamos a una Snow White guerrera lista para liderar al reino en contra de la Reina Malvada sin ser rescatada por un príncipe o necesitar en lo absoluto de su ayuda. El “backlash” resultante llevó, al parecer, a regrabaciones en las que el supuesto príncipe tendría una mayor participación, además del desastre con la eliminación y luego re inserción de los enanos, ahora con un pésimo CGI.

Pero entonces, ¿qué de malo hay en una Blancanieves “fuerte e independiente”, malditos machistas? El problema no es el concepto de una princesa guerrera; el problema es que ya se ha hecho varias veces. Snow White And The Huntsman, Mirror Mirror y hasta la misma Disney con la serie Once Upon A Time ya se han adelantado a mostrar a Blancanieves con armadura y espada. Así que el auto plagio estaba de más: el público esperaba ver en acción real a la hermosa, casi etérea, y muy dulce princesa de cuento original pues el asunto de una Blancanieves “rompemadres” ya está desgastado.

Tocaba a la misma Disney ser fiel a su película de 1937 como un homenaje a la Snow White que la llevó a la grandeza, ya que la vía de la princesa guerrera no es original en lo absoluto. Y esto, a juzgar por lo visto en el tráiler, plantea otro problema: se nota un tímido acercamiento de Blancanieves a lo que parece ser una rebelión dirigida por ella misma. Por lo visto, en las regrabaciones se mantuvo el tema de una Blancanieves “fuerte” pero fue notablemente diluido para aminorar el descontento del público conservador. Según parece, tendremos a un personaje que no se decide entre encarnar la dulzura y romance de su contraparte animada o en ser “la líder que sabe que puede ser”. Ni puristas ni wokes quedarán satisfechos ante las medias tintas y la repetición de un tópico ya cansino.

Por supuesto, tampoco ayuda la ínfima calidad visual mostrada. Al margen de los espeluznantes enanos vemos un mundo opaco, triste, a medio camino entre el colorido de la cinta de 1937 y el ambiente oscuro y tenebroso de Snow White Y El Cazador. De nuevo se nota la indecisión artística.

En cuanto al casting humano de Snow White, el talento de Rachel Zegler para el canto es innegable, pero será insuficiente para llevar a la gente a las salas de cine. Gal Gadot luce increíblemente hermosa y amenazadora a la vez como la Reina Malvada, pero es poco probable que los niños pidan a sus padres llevarlos al cine para ver a la villana de la historia.

Y ¿qué sucede con la próxima versión de Snow White de The Daily Wire protagonizada por la bellísima Brett Cooper? No hay más noticias de momento y sinceramente creemos que no pasará de un chiste en internet, pues hasta ahora los intentos del consorcio de medios conservador no han prosperado en taquilla más allá de los polémicos documentales de Matt Walsh. Aún así, la comparación de Cooper caracterizada como la adorable princesa con el look barato de Zegler fue un feo golpe a la reputación de la cinta de Disney.

En resumen, todo apunta que La Casa Del Ratón recibirá un durísimo golpe a su economía y estatus como estudio casi infalible con esta calamitosa Snow White. Es obvio que no podemos juzgar a una película que ni siquiera se ha estrenado pero claramente tiene demasiado en contra, siendo sus principales enemigos un guión aparentemente indeciso en su tono, una muy baja calidad visual y una actriz principal obsesionada con el auto sabotaje.

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Acerca del autor

Dr. Dark    

Médico de profesión y cinéfilo de corazón. Amante del buen cine y destructor del que no lo es.


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