En esta nueva edición del Tour de Cine Francés, se presenta al dúo de directores Olivier Nakache y Eric Toledano, conocidos mayormente por la entrañable Intouchables; en esta ocasión, juegan con las problemáticas medioambientales y de consumismo, en una comedia romántica desigual pero divertida, disfrutable, pero apresurada.
Un Año Difícil relata la complicada vida del empleado de un aeropuerto que se ha quedado sin casa y que contrabandea objetos retenidos en los pasos de inspección, para poder pagar todas sus deudas. Sus planes cambian cuándo conoce un grupo ambientalista y anti-consumo, que vive de repartir bienes de gente que regala pertenencias que ya no quiere.
¿Qué funciona?
La secuencia inicial es lo más efectivo, desde los discursos repetidos y pesimistas de los presidentes en años pasados, hasta la escena de la protesta contra el Black Friday y su posterior fracaso, dejando en claro el conflicto y tono satírico de la cinta.
La representación del modo de vida de aquellos que poco a poco van perdiendo su hogar, debido a un sistema económico ineficiente y contradictorio, es interesante, tema, que lamentablemente se deja de tomar en serio hacia el final.
La fotografía y el diseño de arte casi siempre brilla dentro del cine francés, con esta comedia no es la excepción, pues pese a tratarse de una historia convencional, se nota un esfuerzo por entregar algo visualmente disfrutable.
Hay momentos cómicos bien llevados, que sin duda alguna hicieron pasar a la audiencia un buen momento.
¿Qué no funciona?
El tema medioambiental lamentablemente es lo más pobre de la película, fungiendo más como una excusa para llevar la historia por momentos cómicos y románticos que realmente carecen de profundidad, volviéndose más, una distracción visual.
El tono satírico se vuelve demasiado recurrente, entorpeciendo los momentos de peso que se habían planteado al inicio, evitando que puedas tomarte en serio lo que sucede en los últimos actos de la cinta.
El talento de Noémie Merlant, está muy desperdiciado, su personaje muy mal escrito; sus motivaciones son poco claras, sus intenciones poco sustentadas y sus acciones similares a las de una adolescente. Además se le ve envuelta en un romance forzado que tiende a sentirse incómodo.
La escena final es inconclusa y confusa, intenta sumergirnos en una fantasía, mientras representa lo vivido en la pandemia del COVID, analogía que si se hubiese tratado desde el inicio con distintos guiños y advertencias, la película sería algo distinto y más interesante.
¿Qué nos deja?
Si bien, es una muestra disfrutable, preocupa que cada año, el Tour de Cine Francés, lleve propuestas cada vez más convencionales al territorio mexicano; propuestas poco arriesgadas que no ofrecen visiones, contextos ni representaciones enriquecedoras de su país, uno, que no es ni más ni menos que la cuna del cine, un cine lleno de grandes historias, profundas reflexiones e imágenes icónicas que queremos seguir descubriendo, antes de que por esta misma razón, este Tour que solía ser un gran evento, termine perdiendo la magia, fuerza y relevancia que lo caracterizaban.