Una oferta italiana imposible de resistir
Qué tal mis queridos lectores, los saludo con el placer de siempre y las ganas de siempre por llevarles a ustedes un poco de lo mejor del séptimo arte; sí, son tiempos mundialistas, de apoyar al equipo tricolor, de sorprendernos con las caídas de los grandes y la escalada a la cúspide de aquellos que siempre han sido minimizados… ayer precisamente, la escuadra italiana dijo adiós de manera un tanto prematura a Brasil 2014 luego de ser vencida por los uruguayos… qué le digo, a mí me dio tristeza porque siempre ver a esos modelitos desfilar por la alfombra verde que es la cancha de futbol, la motivan a una, ni hablar, este mundial comienza a tomar forma con el lema de que América es para los americanos ¿verdad que sí? Veremos qué pueden hacer al respecto los franceses, alemanes y la temida naranja mecánica que será el próximo rival a vencer nada más y nada menos que por el tricolor azteca, esperemos que así sea, que los dioses sean bondadosos con nosotros y que esos, nuestros pequeños sacrificios, elevaciones de plegarias y todo aquello que pueda ser usado a nuestro favor, ayuden, envíen buenas vibras y logren el milagro del tan ansiado quinto partido.
En fin, pasando a lo que nos compete, que es el cine, le diré que el día de ayer tuve la grata oportunidad de contemplar una grata, muy grata película que me quitó el mal sabor de boca que me dejó el equipo italiano en el futbol para confirmarme que en cuanto a la gran pantalla se refiere, Giuseppe Tornatore nunca podrá quedarme mal. Así fue, le hablo a usted del último trabajo que realizó el director italiano, titulado “La migliore offerta” estrenada en el verano del año pasado y por razones que usted y yo desconocemos y nunca sabremos, apenas proyectada hace un par de semanas en nuestro país.
Con un maravilloso Geoffrey Rush interpretando a un meticuloso experto en arte y famoso agente de subastas, la historia es el reflejo de este personaje de nombre Virgil Oldman, un impoluto ser cuya pasión y miedo, son las mujeres, por lo que su admiración por ellas lo llevan a convertirse en un coleccionista de pinturas en donde son reflejadas múltiples y variadas féminas pintadas por grandes pintores de distintas épocas. El cambio vendrá cuando Oldman se encuentre con una mujer de carne y hueso Sylvia Hoeks , Claire Ibbetson, que al igual que él, sufre (a su manera) del miedo a acercarse a los demás, una rara agorafobia que no le permite quedar al descubierto y mostrar su fragilidad, poniendo dichas similitudes como el hilo conductor que los llevará a que finalmente se descubran, se sientan valorados y “ellos mismos”.
Sin embargo, hay algo turbio en esta relación que el espectador tendrá que ver venir para darse cuenta que no todo es lo que parece y que la confianza muchas veces termina por hacernos madurar de un solo golpe o dejarnos en la lona por siempre.
La cinta cuenta con otras actuaciones como la de Jim Sturgess y un brillante Donald Sutherland, ambos haciendo de amigos del protagonista, amigos que dejarán un claro mensaje, cada uno a su estilo y su manera, en la vida del afamado subastador.
Un thriller que, muy al estilo de Tornatore, nos lleva más a regodearnos en el cómo que el por qué de las cosas, algo que quizá, solo quienes entendemos y gustamos del cine del italiano podemos entender y tomar en cuenta para no adolecer de ese algo que por momentos, podríamos pensar que le falta a la cinta. La trama es buena, el desarrollo pausado, para saborearse y la identificación de los problemas comienza a tornarse obvia, un tanto absurda si usted lo quiere, pero, siempre con ese sello tan peculiar que quizá, solo el cine italiano nos puede regalar y que, a su vez, quizá sea ese componente el que no le permita competir de tú a tú con el cine de Hollywood.
Leyendo un poco lo que se dijo en su momento al estrenar la cinta, Tornatore aseguraba que ésta era una de sus cintas más completas, en donde más a gusto se había quedado con el resultado, y sabe qué, me atrevería a decir que es verdad. Una estupenda fotografía hecha por Fabio Zamarion y la estupenda música como siempre, de la mano del maestro Ennio Morricone a quienes no se les puede reprochar absolutamente nada.
“La mejor oferta” es pues, un film que si bien no llegará a convertirse en un clásico, sí que se puede considerarse uno de los trabajos en donde su director apuesta por un género que no es precisamente el suyo, sale francamente airoso. La pintura, la música, el arte, el amor, la amistad, la vida misma… ingredientes que hay que saber mezclar para poder lograr el objetivo que en ocasiones como ésta, va mucho más allá del entretenimiento. Una cinta llena de metáforas, homenajes y mensajes que toca al espectador poder descifrar, como siempre, Tornatore logra ser como esos niños que casi al término del ciclo escolar ya estaba exento, listo para disfrutar del verano y no tener que preocuparse por estudiar y hacer exámenes.
4/5 Muy buena.
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