Underworld: Blood Wars ¡Alguien que nos libre de más secuelas por piedad!
Por allá de 2003 nos llegaba la historia de Selene, la sexy vampira (¿cuándo una vampira no es sexy?) después esposa del director Len Wiseman. Un personaje fuerte, badass y letal que en ese entonces no lo sabíamos pero venía a empoderar a las mujeres y a presentarnos un cuento moderno de Romeo y Julieta.
Con ella venía Scott Speedman, el hombre lobo sexy (solo él era sexy, los demás se veían guarros) que se enamora Selene y ella de él. Son perseguidos por ambos bandos porque en aquellos tiempos era impensable una unión tan impura pues los hombres lobo eran considerados esclavos por los vampiros… Los vampiros siempre de elitistas. Nuestros vampiros tenían un mundo de tecnología y los hombres lobo eran más rústicos en ese sentido, eran por así decirlo, el músculo. No eran tan pensantes. PERO teníamos a un excelente Lucien encarnado por el camaleónico Michael Sheen que tenía un plan y ese era tener la sangre del primer inmortal, cuyo genoma había pasado por siglos a sus descendientes.
Hasta ahí todo bien, la historia funcionaba, teníamos bandos definidos y una historia de amor fuerte.
Hasta ahora.
Esta nueva cinta dirigida por Anna Foerster es más bien feminazi. Aquí las mujeres son las que mandan. El meollo es el mismo que desde 2003, dos bandos todos buscando a la misma persona y una historia tipo Romeo y Julieta con la diferencia que estos tórtolos son villanos.
Para empezar tenemos a lo largo de la película 5 personajes femeninos que son los que llevan el pandero. Hay uno que parece de relleno, pero no se dejen engañar. Lo que me molesta demasiado es en primer lugar que los efectos se ven de pantalla verde, super chafitas. En segundo lugar el giro en la historia, atrás (hasta la tercera película con Rhona Mitra) tenías una historia coherente más o menos, pero como ahora hay que ser incluyentes, los híbridos, que eran la peste años atrás ahora están de moda.
Ahora todos quieren ser híbridos, ya no es un estigma. Válgame la rebuznancia, las primeras tres películas valieron para un carajo. Y para ser más específicos todos buscan la sangre de la hija de Michael y Selena.
Esa búsqueda nos explicará que ha pasado con Michael y esa muchachita que se vió en la película anterior.
Nuestro villano principal, Marius, encarnado por Tobias Menzies, es el lycan más poderoso que ha habido pero los motivos de este personaje son tan vagos como el guión mismo lo es. Hay tanta incoherencia que de verdad da hasta coraje que nos quieran vender este producto. Yo no sé si sea porque Wiseman no dirige o que el guión ciertamente es pésimo pero no hay hacia donde voltear.
Lo mismo tenemos momentos en que vampiros se pulverizan con la luz del sol como otros en que se les olvida que la luz los mata y ahí los tiene enfrascados en tremenda batalla con el sol bronceándolos, a lo mejor se deba a que llevaban bloqueador, puede ser.
Tenemos también un clan de vampiros, que yo llamo los White Walkers, y ya que usted los vea entenderá porqué. Ahora bien, estos vampiros, si usted recuerda de la primera película los vampiros no pueden tener hijos, es por eso que la hija de Michael y Selene es considerada una aberración, bueno pues estos White Walkers tienen chamaquitos. No me crea a mí, hay escenas en las que están escapando y podemos ver a niños pequeños siendo alejados de la pelea.
Así que mi teoría es, o estos vampiros pudieron tener hijos o los muy infelicies convirtieron en vampiros a niños pequeños, vaya usted a saber.
Luego tenemos el lado macho, ese donde los tipos se tienen que enfrentar a puñetazo limpio porque no se es hombre realmente si no se enfrentan a puñetazo limpio. El Lobo mutante (si, es un mutante asqueroso) puede sacar las garras en cualquier momento y destripar al vampiro pero no… es mejor agarrarse a golpe limpio. Y si eso no es suficiente siempre pueden seguirse disparando metralletas enteritas a un metro de distancia… siiii un metro de distancia.
Yo no sé que es lo que pretenden con esta secuela pero ciertamente no es agregar nada que enriquezca a la franquicia. En lugar de ser emocionante es hilarante. Y no era solo yo, la mitad de la sala estaba acompañándome en mis carcajadas de incredulidad.
Se lo juro que al final es taaaan horrenda que uno piensa que está viendo Depredador y no una película de vampiros. El hecho de ‘tunear’ a Selene no ayuda ni tantito, es hasta super irrisorio que de pronto la tengamos con superpoderes y con cabello teñido… No hay nada que pueda decirse bueno de este nefasto intento de secuela que de verdad está hecho solo para empoderar a las feminazis.
Aquí las mujeres son las heroínas y villanas, las de los milagros, las dadoras de vida, las que la quitan también, las sabias. Todo es acerca de las mujeres. Y Dios nos libre que Wiseman ya amenazó con que la sexta película está en desarrollo.
Al final esto solo parece el exámen de fin de curso en las manos de la señora Foerster, quien dicho sea de paso hace su debut como directora. Probablemente no debieron dejarla sola o tal vez sea que el guión no le ayudó mucho. Porque lo cierto es que los cambios en la historia principal se notan, son malos y tiran por la borda lo que nos había encantado de esta historia de amor entre Michael y Selene, el lycan y la princesa vampira.
Yo no se ustedes pero para mí, esta saga murió hace muchísimos años y ahí es donde debió quedarse, en el olvido.
¡Ni se le ocurra pagar por ver esta porquería!
3 Comments
En efecto la saga tuvo que haber terninado cuando todavía estaba en la cima,,, ahora creo que ya no vale la pena seguir con ella.
Lo peor de todo es el final; mientras kate descuartiza a sus enemigos, su compañero mata de una sola clavada a la vampireza villana, ni siquiera se ve cuando la atraviesa con la espada, claro como es mujer, no debe haber saña contra ellas, solo Kate pjede hacerlo pero a los villanos, es decir desmembrarlos, eso si es feminazi