Velma de HBO MAX: Auto parodia sin gracia.
No esperaba cosa alguna de esta serie, y no obstante, logró decepcionarme. Y créanme que el asunto del cambio de raza y orientación sexual de algunos personajes, así como la ausencia del gran danés parlante son los menores males de esta serie.
Y es que seamos realistas. A diferencia de otras obras clásicas recientemente aniquiladas por showruners totalmente ignorantes del tema o que sencillamente lo desprecian, Scooby -Doo no cuenta con un “lore” totalmente establecido, al cual puedan faltarle al respeto y hacer enfadar a los fans. Con numerosas versiones y spin-offs, no existe una versión oficial de la cual los fans puristas puedan aferrarse para quejarse de una nueva versión solo por el cambio de color en la piel de los personajes. Los fachos como yo, pues, no tenían material para lanzar “hate”.
De allí que yo, acérrimo némesis de todo lo “progre”, haya decidido dar una oportunidad a esta serie sin importarme en lo más mínimo los cambios “Woke”. Esperaba una comedia desenfadada, escatológica y algo de misterio…y ni eso lograron darme.
¿De qué va?
Supuesta precuela que narra los orígenes de la pandilla de detectives adolescentes “Mistery Inc.” desde el punto de vista de Velma, el cerebro del grupo, quien deberá retomar su afición por resolver misterios cuando terribles asesinatos ocurren en su preparatoria, a la vez que lidia con fantasmas de su pasado.
Produce y estelariza Mindy Kaling. Con guión de Charly Grandy y con voces adicionales de Vivian Wu (Daphne), Glen Howerton (Fred) y Sam Richardson (Norville, aún no apodado “Shaggy”).
El tiro por la culata.
No sabemos si fue intencional, pero las referencias y chistes sobre el sexo y la raza, lejos de empoderar a las minorías, como exclamó a los cuatro vientos la creadora de la serie, las ridiculiza.
La Inclusión de temas LGBTQ, drogas ,estereotipos raciales y enfermedades mentales aquí es tan forzada que cae en la auto parodia. El facherio gozaría en grande ver cómo los wokes que crearon esta serie refuerzan los estereotipos negativos que supuestamente buscan combatir.
Humor de pastelazo…y malo.
Y digo “disfrutaría” si la serie fuese por lo menos divertida y con un mínimo de ingenio, pero los chistes son aún más básicos que los de la animación original dirigida entonces para niños. El misterio es predecible, y el humor sexual, con albures de escuela primaría. Los personajes están carentes de cualquier cualidad que los redima o nos haga interesarnos por ellos.
Velma es insufrible. Es marginada pues se lo merece. Daphne, una parodia de la “sexy Redhead” insoportable hecha por un adolescente. Norville, un “simp” tan estereotipado que se siente un plagio, y Fred es la ya tan cansina representación del hombre blanco “privilegiado” como un perfecto inútil que resulta totalmente predecible.
Pero ¿entretiene?
Sencillamente hace lamentar cada minuto invertido en ella. Desperdicio total.
¿Hay que verla?
Fans y no fans, evitenla a toda costa. No vale la pena siquiera como una curiosidad o una versión alternativa. Insisto, el asunto Woke es lo de menos. Simplemente es mala.
Conclusión
Es aquí donde los Woke meten la pata hasta el fondo. El problema no es cambiar la etnia o sexo de un personaje conocido, sino el hacer que toda su vida gire en torno a ello. El negro siempre será presa del racismo, el homosexual pasará el 90% de su tiempo en pantalla buscando sexo, la mujer invariablemente se quejará del machismo alguna vez y si es hermosa ha de ser una “bitch” descerebrada. La verdadera inclusión sería tratarlos como iguales ¿no es así?