Venecia 2018: Entre un Van Gogh desdibujado y atardeceres tibios
Lo mejor de este Festival de Venecia sin duda, sigue siendo esa imparcialidad y buen ojo crítico para abuchear la basura y aplaudir las glorias.
En esta 6ª jornada, el director húngaro, László Nemes nos entregó Atardecer la historia de una joven en la Budapest de 1913 que llega a trabajar en una tienda de sombreros con sus padres biológicos, pero es rechazada por el nuevo propietario de ésta y a partir de esto, descubrirá que tiene un hermano que nunca ha conocido y se dedicará a buscarlo.
¿La acogida? No ha sido para nada la mejor, pues el público critica que Names, vuelve a utilizar los recursos con los que enamoró a todos y lo llevó a lo más alto con El hijo de Saúl.
Será estrenada en Estados Unidos bajo el brazo de Sony Pictues Classics. Ya veremos cómo la recibe el público gringo. Al inglés le gustó, pero ya sabemos que entre británicos y yankies hay un mundo de diferencia.
Por otra parte, Julian Schnabel se aventó otra película (sí, una más) de la vida del gran Vincent Van Gogh en su cinta At Eternity’s Game. ¿Lo bueno? Y único, es la gran actuación de Willem Dafoe, quien entrega una interpretación digan de premiarse, pero lo que es la historia en sí, dejó bastante qué desear… algo así como lo que le pasó a Jaenada en Cantinflas ¿se acuerda?
Pues eso fue lo que permitió que no la abuchearan del todo.
Mañana llega Clone de Florian Henckel von Donnersmarck, Vox Lux de Brady Corbet y Acusada, de Gonzalo Tobal, donde podremos ver al charolastra, Gael García Bernal.