Venecia 2018: Greengrass aburre y Reygadas divide a la mostra
A unos días de que termine el Festival de Venecia en su 75ª edición, los que saben siguen poniendo como amplio favorito a llevarse el palmarés al mexicano Alfonso Cuarón ¿Será? Ya casi lo sabremos.
Hoy podría darle competencia otro connacional, Carlos Reygadas, con su Nuestro tiempo. Pero primero hablemos del caso menos afortunado con Paul Greengrass, quien nos mostró una cochinada llamada 22 de julio.
La cinta de Greengrass nos presenta una especie de recreación de aquello que fue la masacre en la isla Utoya y en Oslo, aquel demente llamado Andres Breivik. La película cuenta con todo el apoyo de Netflix, pero al parecer, no con el del jurado de la mostra. Dicen que tiene un tono muy moralista, demasiado robotizada y finalmente, insustancial. O sea, que no tiene nada qué hacer en la competencia.
Por su parte, Carlos Reygadas, quien mostró a su esposa Natalia, sus hijos y a él mismo, en Nuestro tiempo. Dividió tanto al jurado como al público, pues mientras a unos les encantó, a otros les pareció tremendamente malo y aburrido.
La historia se centra en un matrimonio que, tras 15 años, comienza a desmoronarse a partir de que sale a la luz el engaño de uno de ellos.
Luego de 3 horas, a muchos les pareció una pérdida de tiempo y un churro infumable que parece reflejar una baratísima terapia de parejas. La otra mitad le aplaudió y reconoció en su historia las dificultades de grabarse y dirigirse a sí mismo y a su familia, algo que no cualquiera pude lograr.
Mañana se presenta Capri- revolution, de Mario Martone y The Nightingale de Jennifer Kent.