Venecia 2018: Puros suspiros, abucheos y decepciones en la Biennale
El ritmo con el que se están presentando a las candidatas por el León de Oro es trepidante en La Biennale, y es que al cuarto día de competición ya rebasamos la mitad de las competidoras en un panorama no tan esclarecedor y de mucha oportunidad para las que aún vienen, destacando solo Lanthimos y Cuarón dentro de la prensa y crítica generalizada.
La ventaja de estas dos se acentúo en la cuarta jornada del día de ayer cuando las 3 cintas en turno causaron más vacío y decepción que aplausos y arrebatos emocionales.
La primera en turno fue la británica Peterloo de Mike Leigh, cineasta que ya se hizo del León de Oro por Vera Drake y que ni tarde ni perezoso aprovechó los micrófonos y las cámaras de Venecia para despotricar contra Cannes, festividad que le ha cerrado las puertas ya en dos ocasiones, convirtiéndose en una especie de refugiado en la Biennale. Con Peterloo Leigh se nos puso tosco, y es que la historia de la trágica y famosa masacre de Manchester en el año 1819, en donde las fuerzas gubernamentales dieron cacería a variados manifestantes a favor la democracia sindical, se tornó en una aburrida lección y metáfora histórica de la actualidad donde el veterano director expone sus discursos socio políticos con torpeza. La cinta auspiciada por Amazon ha sido solo defendida por sus compatriotas, obviamente por la carga nostálgica del tema.
La segunda en pasar al paredón fue el thriller policíaco y/o criminal de David Oelhoffen, Frères ennemis, que relata como dos amigos de la infancia se encuentran nuevamente de adultos pero bajo muy distintas circunstancias, siendo uno policía y otro el criminal inmiscuido en el caso mas reciente de la ley. La crítica la vapuleó no considerándola ni siquiera digna de estar en la selección oficial, mencionando que es una historia “americanizada” vista mil veces, que no aporta nada nuevo y que no genera interés o suspenso ¡Knock Out!
Pero los focos de la jornada de ayer se postraron ante el esperado remake del clásico de horror Suspiria, en esta ocasión dirigido por Luca Guadagnino. No se los quería decir ¡pero se los dije! Y es que el sobrevalorado italiano responsable de la vacía, aburrida e infladísima Call Me By Your Name, ha hecho que los primeros abucheos y abandonos de sala ocurran en la Biennale, con una versión que quiere abarcar mucho pero ahondar poco, en lo que sus defensores (porque si los hubo incluso con tímidos aplausos tras la función) defienden como un ejercicio estético elegante y de mucho estilo por parte del cineasta ¿Acaso el terror se forma solamente de la parte visual? NO lo creo. En términos generales, el clásico de Dario Argento queda como único tras una generalizada decepción.
A ver si en la jornada de hoy se arreglan un poquito las cosas cuando Jacques Audiard presente su western The Sisters Brothers , o bien el otro local Roberto Minervini, borre el papelito de Luca con What You Gonna Do When the World’s Son Fire?