Venecia 2024: The Brutalist ¿la joya que esperábamos en 2024?
Ya se divirtieron los niños, y ahora si toca el turno para los adultos. Tras unos cuantos días más que cuestionables, se han hecho sentir desde ayer varios pesos pesados en la competencia por el León de Oro, haciendo que Venecia se sienta por fin un poco… interesante
Desde Brasil, el esperado regreso de Walter Salles con “I’m Still Here”. Basada en las memorias de Marcelo Rubens Paiva, en las que narra cómo su madre se vio obligada al activismo político cuando su marido, el diputado izquierdista Rubens Paiva, fue capturado por el régimen durante la Dictadura militar de Brasil, en 1971, Salles se destaca por el respeto y la dignidad con el que trata el tema de los desaparecidos, pero su mayor problema es que por momentos parece ser contada como una exposición muy rígida y estática, lo que le puede restar fuerza a su mensaje. Sin duda un regreso muy tibio del brasileño que deja más decepción que gozo.
Un poco más tarde en la noche se proyecto Leurs enfants après eux, un coming age sobre amor de verano que a pesar de tener un mensaje interesante alrededor de la influencia paterna, su mayor defecto es la parte técnica que se ancla a lo simple. La ambientación noventera es particularmente buena, pero esta cinta de Francia junto a Tros Amies presentada hace un par de días, se han convertido en el par apestado de la competencia, y que seguramente tendrán algo de distribución comercial en una de esas corridas de cine francés del montón.
El plato fuerte del día (que irónicamente se proyecto a la 1 PM de Italia) fue The Brutalist, cinta dirigida por el muy joven y antes actor, Brady Corbet. Su trama gira alrededor del visionario arquitecto judío húngaro, László Toth, y su esposa Erzsébet, y sobre como huyen de la Europa de posguerra en 1947 para reconstruir su legado y ser testigos del nacimiento de la América moderna. Sin embargom un cliente misterioso y rico cambia sus vidas para siempre. Descrita como una epoyeya de la experiencia del inmigrante, la película destaca por tener un tono épico y clásico del Hollywood de los 70’s (muchos críticos la discuten en estilismo y mensaje entre The Godfather y There Will Be Blood), la manufactura tiene el sello de vintage pues fue rodada en 70mm y formato VistaVision.
La película hasta ahora mejor ponderada del Festival entre la crítica, hay que ponerle mucha atención a “The Brutalist” en su carrera a la temporada de premios (seguramente hará parada también en Toronto), pues podría ser una serie candidata incluso a llevar a Adrien Brody a su segundo Oscar a Mejor Actor.
Nos vemos mañana cuando “El Manchego” de Almodóvar entre a escena con The Room Next Door.