Vergüenza: Ópera prima con sello de experiencia
Hacer una ópera prima en el cine mexicano no es tarea fácil. Entre temas de presupuesto, oportunidades y demás mareas burocráticas, muchas veces se necesita algo más que talento: una pizca de suerte, intervención divina, apoyo mediático, etc. Por esa razón, es meritorio que un realizador llegue a filmar su primera película, y es aún más plausible cuando no solo se alcanza la meta final, sino que también se construye una carrera destacable, merecedora de reconocimiento.
Vergüenza, la ópera prima de Miguel Salgado (conocido editor dentro del cine mexicano actual), cuenta la historia de Pedro y Lucio, dos muchachos que, tras realizar una prueba en una academia de béisbol, son secuestrados por un grupo criminal que los obliga a pelear hasta que uno muera para reclutar al otro. Pedro vence y escapa, viviendo con la culpa moral no solo de haber acabado con la vida de su amigo, sino también de la desesperación de la familia por su desaparición.
Narrativamente, Vergüenza es una cinta que construye de manera efectiva la parte medular de su historia, enfocándose en el desarrollo de sus personajes principales y dibujando un paralelismo en sus contextos desde los primeros minutos: Pedro viene de un ambiente familiar caótico, mientras que Lucio proviene de un lugar más estable. Estos perfiles permiten que el impacto emocional sea fuerte, y que se mantenga la tensión durante todo el filme. En ese tramo, no solo son golpes emocionales al espectador, sino que se resalta el sentimiento de culpa del protagonista, especialmente por el acercamiento gradual que tiene a la familia de su amigo, sin que ellos sepan nada de lo ocurrido con Lucio. En este punto, la historia se eleva al introducir un subtexto sobre la sustitución del rol familiar que se genera indirectamente entre la culpa y el dolor de los involucrados.
Es importante destacar que en “Vergüenza” la parte técnica y visual juega un papel crucial, ya que recrea de manera sensorial el conflicto de Pedro. Desde close-ups que reflejan su rostro de angustia, hasta ángulos dorsales que nos colocan en la perspectiva de Pedro y en cómo él observa los hechos. Además, los planos secuencia dan continuidad a la acción, y el sonido distorsionado resalta la condición mental del personaje (especialmente en una escena de béisbol). Todo esto está ejecutado con una técnica impecable, convirtiendo a Vergüenza en una de las películas más pulcras en este terreno dentro del cine mexicano de los últimos años. Felicitaciones a la fotografía, edición y sonido.
De esta manera, “Vergüenza” logra un equilibrio entre la narrativa y lo técnico, lo cual, acompañado de una excelente dirección, genera una sensación claustrofóbica con tendencia al thriller psicológico, siendo uno de los aspectos más destacables. En el terreno de las actuaciones, todo el elenco está a la altura, destacando el papel de Fernando Cuautle como Lucio, quien poco a poco se está convirtiendo en uno de los actores más reconocidos del cine mexicano. Myriam Bravo y Juan Ramón López también sobresalen en sus respectivos roles.
Calificación
Guion: 2.8
Dirección: 3.1
Actuaciones: 1.7
Extras: 0.5
Calificación total: 8.1
Ganadora de la Mejor Película, mejor actor y premio de la crítica en el Festival Internacional de Moscú, Vergüenza es una obra interesante que, con paso firme, consolida a Miguel Salgado como un director del cual, desde ahora, predecimos que tendrá una carrera sólida. Su película merece, como mínimo, una distribución decente. Sabemos que las condiciones para colocar un filme en pantallas comerciales son difíciles, pero si tuviera que apostar por una cinta que vale la pena el esfuerzo, sería Vergüenza.
A las distribuidoras, que no les dé vergüenza darle impulso a la cinta de Miguel Salgado. Citando a Anton Ego en Ratatouille:
“El mundo es a menudo cruel con los talentos nuevos, las nuevas creaciones; lo nuevo necesita amigos.”