Voy a pasármelo bien: Nostalgia en un Ford Fiesta Blanco

En los últimos años, hay algunas cintas o series referentes a cierto grupo musical o artista (con contadas excepciones) que fracasan rotundamente porque victimizan al icono que representan o porque lo glorifican tanto, que se les olvida contar una narrativa.

Por otro lado, hemos tenido varios retratos de la nostalgia que en lugar de ubicar al pasado como una época del espacio-tiempo necesaria para el desarrollo del individuo, la evoca como un antidepresivo para validar un discurso autocomplaciente y destructivo de “Todo tiempo pasado fue mejor”.

Por fortuna es refrescante ver qué del otro lado del charco, el cine español entregue algo sumamente decente, y que en lugar de ser una “roca en el camino” de una banda tan icónica como Hombres G, sea un estupendo homenaje a este grupo y a una época culturalmente importante como lo fueron los años 80’s.

Ya no quiere arcas ni historias

La trama nos cuenta la historia de David y Layla, dos individuos que formaron lazos fraternales durante su pubertad y que se reencuentran ya en una etapa adulta; está reunión será el pretexto para evocar recuerdos de aquella época y sobretodo de una amistad y romance que comenzó con el simple gusto en común por los Hombres G. La película no solamente se enfoca en ellos, sino también en las travesuras y aventuras que tuvieron con su pandilla de amigos: Paco, Luis y Fernando, y en el reencuentro en su etapa adulta.

Aunque sea una cinta sumamente sencilla y que utilice demasiados clichés de las “feel good movies”, ahí radica el primer acierto, pues estos tópicos no son un relleno narrativo ante la falta de ideas, sino un medio de complicidad para poder empatizar con los personajes, así como generar cierta naturalidad o enfocar la empatía del público en “lugares comunes”, por lo que el estereotipo es el medio para llegar al resultado final, más no la consecuencia. Resultado de esta combinación, se da una gama de elementos cómicos interesantes apoyados por los momentos de inocencia de sus protagonistas.

Es a través de este truco que el enfoque principal de la cinta no son tanto las letras o música de Hombres G (incluso por momentos pasan a segundo plano), sino el desarrollo de las relaciones de sus protagonistas, esto permite que la historia se vaya construyendo por si sola y que las referencias hacia el grupo de rock español dependan de la trama (y no al revés), por lo que hace que sea más organica y permita una mejor conexión y empatía con el espectador.

Hablando de personajes, si bien no estamos hablando de un desarrollo complejo o de una lectura profunda, por lo menos han sido escritos de manera interesantes y con mucho carisma (especialmente en su etapa infantil) gracias al buen aprovechamiento de los clichés cómo vehículo de empatía (especialmente Luis, quien se roba la cinta tanto en su etapa de niño como adulto)

Otro aspecto positivo de la película es que está contada en dos líneas de tiempo diferentes; nuestros protagonistas de adultos y en su versión de niños, y aunque por obvias razones la parte infantil es más fuerte (tiene más vibra y se roba la cinta), los segmentos de la etapa madura tampoco no tienen desperdicio y están bien articulados con la otra línea (en esta reelectura entre la vida infantil y adulta las dos versiones de IT fallaron enormemente y aquí está más balanceado).

Dos imanes

Lo que hay que rescatar bastante de la cinta es su tesis.

Es interesante la manera en como mitifica a la figura romántica, siendo la representación de la nostalgia y de los mejores recuerdos, del lado de Layla. Por otro lado, David representa ese lugar seguro y un recuerdo de sus orígenes. Para David, Layla es la figura de la nostalgia encarnada, tan cálida pero tan lejana.

Al final, ellos están conscientes de que su amor es imposible (Dos imanes que nunca se unirán) principalmente por los rumbos tan diferentes que han llevado sus vidas y porque el cariño que se tuvieron en el pasado no garantiza que sea suficiente para el presente, sin embargo a diferencia de otra película que está misma disyuntiva la miraba como un tono de tragedia (La La Land), “Voy a pasármelo bien” le da un tono melancólico donde la nostalgia “de lo que fue y de lo que no pudo ser” es tratada como la herramienta de desarrollo de los individuos, y de la cual de vez en cuando se vale recordar, más no vivir anclado a manera de escapismo.

Es en este sentido donde el mensaje alrededor de la añoranza es más positivo, menos fatalista, y alejado del tono adictivo, esquizofrénico y utópico como el que manejan algunas producciones de este tipo. Se agradece.

El marcapasos (Dirección)

La dirección es excelente especialmente destacando en dos rubros:

El manejo de la cámara especialmente en las coreografías (la más destacada “Suéltate el pelo”)

La forma en que se intercalan las dos líneas temporales es correcta, lo cual habla de un excelente trabajo de edición.

Los planos secuencia de las escenas escolares permiten mayor inmersión e interés en las vivencias de este grupo de preadolescentes.

La cagaste…Burt Lancaster

Detalles de la película que hacen que no sea perfecta:

Su misma simplicidad limita a una lectura más profunda de sus personajes.

Es reiterativa y le sobran algunos minutos, especialmente las partes de los adultos.

La historia preadolescente termina por devorarse a la  etapa madura de los personajes existiendo un desequilibrio.

Siempre te ha gustado interpretar

Los niños terminan por llevarse la cinta y comiéndose toda la película, pero esto no solamente recae en una especie de carisma o porque el guion le da los mejores momentos a los chavales, sino también hay un trabajo histriónico interesante que les ayuda a capitalizar a los muchachos su travesura de robar cámara. (Literalmente sucede)

El elenco adulto está bien, quizás el único “pero” de la ecuación sea Karla Souza, quien demuestra que no se puede quitar “la papa de la boca” desde Nosotros los Nobles salvándose de que su personaje sea una especie de “fifi española-mexicana-gringa”.

Calificaciones

Guion 2.5 – Tiene un buen mensaje y desarrolla bien a sus personajes a pesar de las limitaciones

Dirección 2.9 – Buen manejo de edición

Actuaciones: 1.6 – Los niños terminan por salvar el trabajo nefasto de Karla Souza.

Extras: 0.5 – Las canciones están bien introducidas, incluso no necesitan de una coreografía excesiva para brillar (ejemplo “Visita nuestro bar”)

Calificación 7.5 – Buena

Con todo y las limitaciones propias del estilo “feel good movie “ “Voy a pasármelo bien” es una oda bien hecha a la nostalgia de los años 80’s, que fue un trancazo en España y que extrañamente ha sido promocionada poco en Latinoamérica (un lugar donde Hombres G tiene demasiado público), por lo que su amigo El Actuario, aunque no sea el guapo del barrio, les hace una invitación a este bar, para que se suelten el pelo y sino vienen “stronzos di mierda” les llenarán el cuello de polvos pica-pica. (Especialmente si dicen que Bohemian Rhapsody es mejor)

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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