Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl: La última arcilla
En un mundo donde la mayoría de las compañías animadas han abandonado las formas tradicionales para adoptar técnicas tridimensionales más modernas, Aardman se mantiene como uno de los pocos rebeldes, fiel a un stop-motion más tradicional. Su último trabajo no solo refleja la convicción en sus creencias a través de sus personajes más icónicos, sino que también representa una declaración de autenticidad y la esencia del espíritu con el cual fueron creados Wallace y Gromit.
Aunque “Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl” repite el esquema clásico de los anteriores metrajes (Wallace inventa o hace algo que le resulta contraproducente, y Gromit intenta salvarlo), hay un condimento especial que la convierte en la segunda mejor obra del dúo inglés después de “Los pantalones equivocados”. Su premisa central gira en torno a la obsesión y dependencia tecnológica de Wallace, quien, aunque siempre se ha mostrado como un inventor que busca hacer su vida más práctica mediante sus creaciones, ahora lleva esta característica al extremo: ya ni siquiera puede hacerse un sándwich sin la ayuda de una máquina. Esta obsesión lo lleva a inventar un gnomo robótico con el objetivo de ayudar a Gromit (quien desde el principio no está de acuerdo) en el mantenimiento de su jardín. El robot impresiona a todo el vecindario, lo que motiva a Wallace a abrir su propia compañía de jardinería, excluyendo a Gromit en el proceso.
La genialidad de “Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl” no reside únicamente en su temática principal, esa crítica punzante acompañada de una moraleja dirigida al público infantil sobre las posibles consecuencias del exceso de la tecnología (pero sin llegar a una satanización de su uso), sino que también destaca en cómo explora la relación entre los dos personajes principales, marcando más que nunca sus diferencias.
A lo largo de la saga, hemos observado que Wallace y Gromit son polos opuestos en su forma de ejecutar tareas y de percibir la vida: mientras el primero es un inventor obsesionado con los avances tecnológicos para hacer cualquier tarea más práctica, el segundo siempre busca métodos más tradicionales. En las narrativas clásicas, los conflictos suelen surgir entre personajes opuestos que terminan enemistados. Sin embargo, aquí se presenta una trama en la que, siendo amigos, sus diferencias se convierten en el conflicto principal. Aunque esta idea ya ha sido explorada en otras cintas, es menos común verla en una película animada, lo que eleva a “Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl” por encima de otras producciones
A este conflicto se suma un catalizador que genera aún más caos: el regreso de uno de los mejores villanos de la franquicia, Feathers McGraw. Este pingüino, conocido por disfrazarse de pollo con un guante de látex en la cabeza, busca venganza de Wallace y Gromit manipulando a los gnomos robóticos; gracias a su expresividad, su excentricidad (es un pingüino que hace barras al puro estilo de Max Cady) y su inteligencia, combinada con una maldad calculadora, se logra un equilibrio perfecto entre lo cómico y lo amenazante, generando una sensación de peligro constante. Sobra decir que sus escenas y las que tiene con Gromit, que recuerdan a las dinámicas del cine mudo, se roban la película.
Además, los guionistas decidieron sabiamente no introducir un arco romántico para Wallace, optando en su lugar por incluir a un dúo policiaco cómico, Mackintosh y Mukherjee. Este par, que recuerda al escuadrón del Jefe Gorgory o a Loca academia de policía, aporta dinamismo a la historia de “Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl” con sus métodos contrastantes de ejercer su trabajo, y termina jugando un papel importante en la trama.
Uno de los mayores méritos de “Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl” es que nada en ella está puesto al azar. Cada objeto y subtrama está perfectamente integrado para construir el misterio alrededor del plan de Feathers. Aunque es una comedia al puro estilo inglés, por momentos evoca el aire de las novelas de misterio y policiacas británicas sin olvidar que se trata de una cinta apta para toda la familia.
Calificación:
Guion: 3.1
Dirección: 3.2
Actuaciones: 1.7
Extras: 0.5
Calificación final: 8.5
Mantener vigentes durante más de 37 años a dos personajes icónicos en Inglaterra y relevantes en la animación no es tarea fácil. Más difícil aún es evitar el uso del CGI en tiempos de sobreexplotación tecnológica y resistirse a la americanización de sus personajes. En este sentido, “Wallace & Gromit Vengeance Most Fowl” es una de las pocas obras del siglo XXI que se mantiene fiel a la forma tradicional de ejecutar su producción. Su nueva aventura refleja un discurso lógico y crítico sobre los peligros del uso excesivo de la tecnología, combinado con comedia y misterio al puro estilo británico.
DATO CURIOSO
Tan tradicionales son en su enfoque, que Aardman siguen utilizando una arcilla especial llamada Newplast para crear a sus personajes. Este material, conocido por su facilidad de moldeado y durabilidad, está cada vez más escaso, ya que la fábrica que lo producía cerró sus puertas. Según los reportes, Aardman solo contaba con suficiente Newplast para realizar esta última película de Wallace y Gromit. La productora de animación ha declarado de manera pública solucionar este problema, incluso buscando fabricar sus propios materiales, pero en caso de no concretar esto, ¿Aardman tendrá que sucumbir a métodos más modernos o en un caso más extremo dejar de hacer cine? Por el bien de nuestros amigos Wallace y Gromit esperemos que esta no sea la última arcilla.