Waves: Maremoto de emociones
Tyler es un joven feliz sin mayores complicaciones en la vida que las de cualquier adolescente promedio, es un deportista y atleta de alto rendimiento enfocado en dar lo mejor de sí para cumplir las exigencias de su padre. No obstante, una dolencia física detonará una serie de reacciones emocionales que pondrán al descubierto los sentimientos de culpa, tristeza y frustración subyacentes en la aparente tranquilidad familiar, mismos que en el desarrollo de la trama se convierten en ira y desesperación, consiguiendo incomodar al más paciente de los espectadores debido a su realista e intensa carga dramática que, si bien resulta desgarradora, evita el recurso sensibilero, maniqueo y chantajista.
El realizador Trey Edwards Shultz cuya película de horror Viene de noche recibiera buenas críticas en 2017, regresa con Las olas, su obra más personal hasta la fecha; un drama dividido en dos episodios que analizan la conducta humana de manera profunda y sin complacencias, el primero marcado por la tragedia y el segundo siendo la representación de la esperanza y el perdón.
Las olas retrata la destrucción/autodestrucción de la sociedad partiendo desde la descomposición gradual de la psique de uno de sus miembros. Analiza los factores externos que lo deshumanizan hasta convertirlo en algo que nunca pretendió ser, situación de la que se sirve Trey Edwards para poner el dedo en la llaga, señalando la responsabilidad directa o indirecta de los padres sobre las acciones de los hijos cuando las intenciones genuinas se convierten en comportamientos tóxicos (manipulación, exigencia, incomunicación, desconfianza, etc).
Multipremiada en diversos festivales y aclamada en Toronto, la cinta mantiene un estilo trepidante en su primer tramo para luego continuar con un ritmo más pausado en el epílogo optimista. Transiciones con luces de colores traslúcidas dan paso a la siguiente escena teniendo como fondo la alucinante banda sonora de Trent Reznor y Atticus Russ (Watchmen), una pieza digna de viaje astral.
En el apartado actoral, sin duda Kelvin Harrison Jr. es quien destaca en el reparto por protagonizar la mejor parte de la película (adentrarse en su cabeza es todo un viaje) y es que, después del maremoto de emociones que como espectadores vivimos desde el principio hasta poco más de la mitad del metraje, el respiro que viene después muestra a personajes conmovedores pero no tan enérgicos.
Las olas tiene todo para seguir acumulando premios, pues pese a su dureza, transmite honestidad y buenas intenciones, no obstante, me siento con la obligación de advertirle que si su estado de ánimo es frágil, corre el riesgo de terminar ahogado en un mar de lágrimas. Tómelo en cuenta.