Wolfwalkers: Una hermosa e instantánea animación de culto
De entre todos los géneros, formatos o corrientes que forman al cine, en el que menos me considero apto para hablar es en el rubro animado, por lo que pueden considerar mi sorpresa al encontrarme escribiendo sobre dos producciones de esta índole en dos semanas consecutivas. Primero con Buñuel en el Laberinto de las Tortugas debido a la calidad y a la fe que le profeso al maestro fílmico del surrealismo, y ahora con Wolfwalkers, que sin temor a equivocarme, es hasta ahora no solo la animada, sino también la mejor película del 2020.
Cuarto largometraje de la productora Cartoon Saloon, Wolfwalkers significa también el clímax de la casa irlandesa al encontrar el punto exacto y la madurez para por fin nivelar su narrativa con la hermosa animación que la acompaña. Aludiendo como es de costumbre al folclor irlandés, directores y animadores logran concebir un espléndido e impresionista entorno que denota no solo una serie de bellos trazos para cada uno de sus planos y secuencias, sino también una dedicación artística que a pesar de su individual brillantez, funciona por y para el relato, y no viceversa, como suele pasar en muchas producciones animadas e incluso dentro del propio estudio con anterioridad.
Así pues cada ilustración, digna de enmarcar en cualquier museo, evoca a la perfección la época y da pie a una narración de ritmo perfecto. Tomm Moore y Ross Stewart, guionistas y directores, nunca se desvían de su motif principal, y aunque su relato pueda caer en lo predecible con varios elementos “deus ex machina” (que se multiplican hacía el clímax y final), esta fábula ecologista no solo logra con gran impresión dramática y emotiva su doble mensaje de cuidado al medio ambiente y de fraternidad, sino también apuntar un poco más alto con temas más complejos que enriquecen a la historia y agregan un poco de oscuridad, logrando una aventura perfectamente equilibrada, apta y entretenida tanto para niños y adultos.
Los personajes responden a la industrialización y expansión del reino inglés sobre Irlanda, tocando temas como la deforestación, la injustica social, el fanatismo religioso y hasta los protocolos gubernamentales de índole fascista. Dichos tópicos son delineados por la narración sin que estos desvíen la atención de su mensaje y núcleo familiar: dos chicas huérfanas (una de madre, otra de padre), una de la ciudad y una del bosque, que unen sus destinos y el de sus padres en una aventura que de manera avasallante estructura y proyecta la inocencia ante tan complejos y violentos cambios. Quizá aquí faltara que los guionistas – directores pusieran más atención en el vínculo de la naturaleza hacía con los llamados “Wolfwalkers”, pero dicha fragilidad es solventada hábilmente tanto por su ritmo como por su propio diseño artístico y animación, suficientes para dejarse llevar por sus preciosa imaginería y elementos fantásticos, principalmente en aquellos fenómenos folclóricos relacionados con los especímenes de su título y que destacan por su originalidad y magníficos destellos.
En la parte de las “actuaciones”, para aquellos(as) fanáticos(as) del género fantástico les será muy acogedor y familiar escuchar la voz del conocido Sean Bean, histrión ligado a otros proyectos de misma índole como Troya, El Señor de los Anillos y Juego de Tronos. La irlandesa Maria Doyle Kennedy y el inglés Simon McBurney complementan un excelente cast de voces y comunión hacía con sus personajes.
Disponible en Apple Tv+, es difícil que este nivel de cine animado sea alcanzado por al aún restante “Soul” de Pixar en este 2020. Una impactante alegoría animada a la amistad, la naturaleza y la monarquía británica, Wolfwalkers está destinada a convertirse en una pieza de culto y muy posiblemente en lo mejor y más bello, reconfortante y esperanzador de este fílmico y pandémico 2020.
2 Comments
Quiero que se deje en claro algo: si bien la calidad de la animación debe juzgarse y valorarse como se debe, muchas personas no entienden que a estas alturas eso ya no puede ser una virtud, un punto positivo o lo único rescatable de la obra, es una obligación (y esto es algo que hasta The Emoji Movie entendió), y lamentablemente esta preciosa animación sirve para esconder una historia predecible, lleno de conveniencias y personajes unidimensionales (con excepción de Robyn y Mebh).
¿La recomiendo? Por supuesto, pero tras verla un par de veces puedo afirmar que no pude conectar con ella, por lo que me apena llamarla la decepción del año para mí.
Fuertes, muy fuertes declaraciones estimado