World Cancer Day: 9 Películas que tratan sobre esta fatal enfermedad
En Cinescopia reseñamos ¡De todo! Sobre películas, actuaciones, directores, fotografía e incluso de alguno que otro monstruo, sin embargo, podemos ir a dormir después de escribir porque sabemos que esos monstruos que reseñamos son ficticios, falsos en todo el sentido de la palabra. ¡HOY NO! El día de hoy Cinescopia se une a la campaña mundial de La Lucha Contra el Cáncer.
Todos conocemos algún amigo, familiar y/o conocido que ha perdido la batalla o sigue dándole guerra al terrible monstruo que es el cáncer y aquí queremos rendirles tributo y animar a todos aquellos que se encuentran en esa plena lucha, así como congratular a aquellos que han salido victoriosos y de igual manera ofrecer nuestros respetos para aquellos que no lo hicieron.
Hoy Cinescopia se une a los hashtags #WeCanICan #WorldCancerDay y #TalkingHands y esperamos ayudar a hacer conciencia sobre este terrible mal que se ha llevado a tantos y tantos de nuestros actores y personas favoritas. Esperemos que un día el milagro suceda y la cura definitiva para este mal sea encontrada y podamos todos juntos gritar al unísono que ¡HEMOS VENCIDO! Por ahora no podemos más que apoyar y animar haciendo lo que mejor sabemos hacer.
¡Ánimo guerreros! Llegará un día en que tal vez la enfermedad gane… PERO NO EN ESTE DÍA. ¡Ánimo amigos! Hay legiones que los animan alrededor del mundo ¡Ánimo!
The Fault in Our Stars (Josh Boone, 2014)
Mrs. Punisher
Cáncer en la adolescencia
¿Cuál es la mejor edad para tener cáncer? No se me ocurre ninguna, tal vez la primera respuesta que se me ocurre es, en la vejez, pero ¿quién quiere morir en agonía a los ochenta años, a los noventa años? El cáncer es una lucha que nadie quiere pelear a ninguna edad, escuchar ese diagnóstico es sentir que el mundo se abre a nuestros pies, no pensamos en que existen posibilidades de cura, por lo general pensamos que estamos cerca de la muerte.
Para muchos críticos de cine, “The Fault in Our Stars” (Bajo la misma estrella), no fue una buena película, llegué a leer críticas que se referían a ella como “pornografía emocional”. Una película que busca la lágrima a cualquier precio durante más de dos horas. No la voy a defender, ni a condenar, hoy sólo haré referencia a eso que llaman: “drama exagerado”, porque ¿en qué película que hable de cáncer el drama no es exagerado?
Ser adolescente es, por mucho, uno de los mayores retos de la vida, esa lucha entre crecer y no crecer, entre integrarse a un mundo y ser único al mismo tiempo. Con ese sentimiento de supremacía que los lleva a querer comerse el mundo a mordidas. La rebeldía, la independencia, los padres, los amigos.
Los científicos aseguran que es a esa edad en la que más cambios bioquímicos pasan por el cerebro humano, una guerra de hormonas y emociones. Demasiadas cosas al mismo tiempo para quien se está descubriendo a sí mismo. Ahora, agregue usted una enfermedad terminal, que no sólo les va menguando la calidad de vida, sino que a su edad les permite entender que su vida no llegará muy lejos.
Tanto en el libro de Green como en el guion de la película se puede leer esta frase:
“Lo único peor que morir de cáncer
es que tu hijo esté muriendo de cáncer”
Estoy segura que Green la tomó de algún lugar, no existe un padre que no sea capaz de decir algo así. A muchas madres me ha tocado escuchar agradecer por su cáncer, porque mil veces ellas antes que sus hijos.
Un cáncer terminal unido a la rebeldía de la adolescencia es devastador. Los chicos están en la edad y en el derecho de ser insoportables. Sus voces son “No” a todo, sus voces son opinar exactamente lo contrario a lo que sus padres opinan, y sin embargo, el amor por ellos está ahí.
Una vida por delante, mil y una emociones por descubrir. El amor, el primero y más intenso de los amores. El abrir los ojos a un mundo que se promete libre, unos años más y serán libres de ser y hacer lo que les venga en gana, aunque para ello deban encarar las consecuencias de sus actos. Tener quince años es arañar la libertad de los dieciocho. Los pequeños y los grandes problemas. El deseo y el miedo. La importancia de pertenecer y la exigencia de ser original.
Cuando los adolescentes callan el silencio llega a ser ensordecedor. Cuando los adolescentes gritan lo hacen en un volumen que abre heridas, lo hacen con cinismo desbordado, con una tristeza que se convierte en ira incontenible, y lo hacen también con una pizca de razón.
*”Soy una granada, y en algún momento explotaré, así que me gustaría que hubiera el menor número de víctimas posibles”
*”La depresión no es un efecto colateral del cáncer, la depresión es un efecto colateral de estar muriéndose”
*“Si quieres que sea adolescente, no me mandes a un grupo de apoyo. Consígueme una identificación falsa para ir a bares beber vodka y tomar hierba”
– La hierba no se “toma”
– ¡Lo sabría si tuviera una identificación falsa!
Hazel Grace
*“Todos tus esfuerzos por salvarme de ti fracasarán”
*“Tengo la intención de vivir una vida extraordinaria. De ser recordado. Así que mi miedo sería no lograrlo”
*”Sería un privilegio que me rompieras el corazón”
Augustus Waters
En el Día Mundial Contra el Cáncer #WorldCancerDay me gustaría hacer un llamado a la importancia de prevenir y de llevar una vida saludable, pero también quiero hacer un llamado a la vida. A vivir intensamente cada momento, como si no hubiera un futuro que alcanzar; porque la vida la tenemos hoy.
50/50 (Jonathan Levine, 2011)
Kim Tobías
Una de las propuestas más interesantes y mejor realizadas de los últimos años sobre la temática del cáncer. 50/50 es la historia de Adam (Joseph Grodon-Levitt) un chico de tan solo 27 años que tras experimentar fuertes dolores de espalda se entera que padece cáncer en la columna vertebral. Trastornado por la noticia a tan temprana edad, Adam tendrá que lidiar con las sesiones de quimioterapia, una novia que lo engaña y su estresante madre, pero contando con el incondicional apoyo de su mejor amigo Kyle (Seth Rogen).
Lo atractivo de esta cinta reside en el tono cómico que maneja sin dejar de ser un drama que trata con seriedad los percances que conlleva una enfermedad de la magnitud del cáncer; como su nombre lo indica, hace un perfecto equilibrio 50/50 entre ambas escalas que la hace bastante digerible. Además, cuenta con la dosis acertada de sentimentalismo (ni más ni menos) que no empalaga ni busca la lagrimita fácil, pero que da esperanzas a luchar a pesar de una situación tan poco motivadora y a una edad poco común. Una alternativa muy recomendable si odias el melodrama innecesario pero buscas un filme “basado en una historia real”.
Ma Ma (2015) Julio Medem
Julieta del Toro
Penélope Cruz no había protagonizado una película en su natal España desde 2009, hasta que Julio Medem (Lucía y el sexo, Los amantes del círculo polar…) le presentó el guion de Ma Ma, un drama que recorre la terrible angustia de Magda, una maestra, separada y con un hijo loco por el futbol a quien la desgracia ya se le presenta haciéndola formar parte de la asquerosa estadística del paro; en palabras más mexicanas, está sin chamba y por si esto no fuera poco, la agudeza de la adversidad se ensaña con ella en una revisión de mamas, los temidos bultitos aparecen, el cáncer llega y nada vuelve a ser igual.
Dicen que las crisis son en realidad nuevas puertas que se abren hacia las oportunidades que la vida nos puede ofrecer, para Magda, esta terrible enfermedad sólo servirá para confirmar su fortaleza, su no rendirse y ponerle buena cara a la situación, esa cosa que los españoles tienen bien en llamar “echar pá alante”.
Amor, perdón y sorpresa serán tres conceptos que recobrarán su significado para esta entrañable mujer que una vez que se le conoce, no se le podrá olvidar para bien o para mal. Algunos criticaron la cinta por cursi y sin sentido en el planteamiento y desenlace de su historia, un final que de antemano se intuye sin caer en el spoiler; sin embargo, yo diría que habría que rescatar algo de esta cinta, esa idea (quizá no del todo bien llevada a puerto) de hacer menos doloroso lo que ya es de por sí, el entender que finalmente todos somos parte de ciclos que cierran y se vuelven a abrir y que lo más importante es que, sin importar el momento y la razón por la que tengamos que dejar este mundo, lo hagamos con la tranquilidad de que nuestra huella prevalecerá con el mejor de los frutos que podemos dejar aquí, nuestro amor.
Stepmon (Chris Columbus, 1998)
Mirna Galván
La cinta nos narra la historia de la fotógrafa Isabel Kelly (Julia Roberts) quien vive con su novio Luke Harrison (Ed Harris) y en ocasiones se encarga de cuidar a los hijos de este. Luke está divorciado de Jackie Harrison (Susan Sarandon) y ésta piensa que ella es una súper mamá y que sus hijos no pueden estar mejor con nadie que no sea ella. Constantemente poniendo a Isabel en ridículo frente a sus hijos, Jackie va intentando minar la relación de ésta con su exmarido y sus hijos pues considera culpable a Isabel de que su marido la dejase. Sin embargo la vida de Jackie recibe un golpe mortal al enterarse de que está muriendo de cáncer y de este modo, ahora hará todo lo posible por preparar a Isabel para que se convierta en la madre que sus hijos van a necesitar; comenzando por hacer las paces con ella, entabla una relación en que poco a poco Jackie va dándose cuenta de su total egoísmo pues se percata del gran cariño que Isabel le tiene a sus hijos y que ella nunca antes había visto.
Ambas mujeres comienzan una relación forzada de autodescubrimiento y preparación en el que al final ambas terminarán haciéndose amigas y comprendiendo que la vida se trata de ciclos y que hay que dejar ir para poder crecer.
Desgraciadamente no podemos decir que sea una súper producción con grandes actuaciones pues Julia Roberts como siempre está plana en su interpretación. Uno diría que ve una película de ella y las ha visto todas, pues actúa exactamente igual. Por mucho, es de las más sobre valoradas de Hollywood. De Susan Sarandon pues bueno, ella siempre está excelente en lo que haga. Su papel como la madre egoísta, enferma de cáncer va evolucionando poco a poco hasta llegar al momento en que parte llevándose consigo una gran lección aprendida y dejando una familia más unida que cuando ella aún no descubría su enfermedad.
El mensaje de la cinta está ahí. Solo tienes el HOY. Mañana pueden pasar una infinidad de cosas que han de cambiar tu vida para siempre y hoy puedes hacer algo que repercuta para el mañana. Hoy puedes seguir luchando e inspirar a millones, hoy puedes apoyar y permitir que alguien se vaya en paz y lleno de amor. Pero debes decidir hacerlo hoy.
Un abrazo enorme a todos esos guerreros maravillosos que día a día combaten al monstruo del milenio. Mi más profundo respeto para todos aquellos que por desgracia perdieron la batalla ante este mal.
Lo dicho NO ESTAN SOLOS. Ánimo.
Wit (Mike Nichols, 2001)
Dr. Dark
Filme para la televisión basado en la puesta teatral del mismo nombre, escrita por Margaret Edson. Nos cuenta la tragedia de Vivian Bearing (una excelente Emma Thompson), quien se encuentra padeciendo las etapas finales del cáncer de ovario (el cáncer ginecológico más letal). La película nos nuestra su sufrimiento físico al padecer los efectos de su enfermad y de su tratamiento, además de sus emociones, toda vez que ha descubierto el poco apego que tuvo para con sus seres queridos al concentrarse en su carrera como profesora de literatura. Cuando las posibilidades terapéuticas se ven reducidas, Vivian acepta someterse a dolorosos tratamientos experimentales, prescritos por su frío y mal encarado oncólogo (un irreconocible Christopher Lloyd) y su asistente, quien fue alumno de Vivian, quienes le tratan más como un conejillo de Indias, como un “número de expediente”, más que como un ser humano.
La película es un excelente relato sobre el sufrimiento propiciado por esta terrible enfermedad, ofreciendo diversos matices. Vivian rompe la “Cuarta Pared” para hacer al espectador participe de sus pensamientos. Destaca, además, el buen jalón de orejas para nosotros los médicos, que no pocas veces nos olvidamos del humanismo en nuestra profesión.
Las Invasiones Bárbaras (Denys Arcand, 2003)
Bedub
Remy es un profesor apasionado por el conocimiento, enseña historia en una universidad de prestigio hasta que le comunican que tiene un cáncer muy avanzado y que es mejor para su bienestar retirarse. Una fuerte caída en su condición lo lleva a un hospital público en el cual comparte habitación con mucha gente y el trato es igual para todos, Remy siente que eso está bien pues siempre ha creído en una ideología socialista en la que todos están en la cama o todos en el suelo. Esto lo ha llevado toda la vida a una confrontación con su hijo quien poco o nada le interesa la sabiduría, se encuentra ensimismado en su carrera económica y en establecer un ideal capitalista.
Los recursos económicos del hijo le proporcionan a Remy una comodidad que de otra manera no hubiese conseguido, incluso obtener heroína para paliar los fuertes dolores producidos por el cáncer. Poco a poco irá entendiendo que no existe sólo un concepto para la vida sino que las diferentes perspectivas son igualmente válidas.
Un espectacular guion forja una historia de redención y perdón, demuestra Arcand que no debería ser necesario llegar hasta el ultimátum de la vida para poder arreglar las diferencias, sin embargo somos seres humanos y la intransigencia es parte del diario vivir.
Me and Earl and the Dying Girl (Alfonso Gómez Rejón, 2015)
Arquicruz
El cáncer es una de las enfermedades más terribles que han asolado a los seres humanos en estos tiempos, ya que no sólo te lleva a una muerte segura, sino a todo el proceso degenerativo al que el afectado se ve sometido así como sus seres queridos al tener que presenciar este doloroso evento.
Por eso escogí esta cinta, ganadora del Festival de Sundance del 2015 bajo la dirección de Alfonso Gomez-Rejon, quien arranca este relato de manera fresca y muy divertida cuando nos muestra la vida de dos adolescentes muy diferentes al resto de sus compañeros, me refiero a Greg (Thomas Mann) y Earl (RJ Cyler). Ambos se las ingenian para escapar de todo tipo de roce social con el resto de su escuela gracias a que entablan amistad con un maestro de dicho instituto. Otro detalle importante es que este singular par de amigos se dedica a filmar películas de los clásicos pero con títeres de calcetines, lo cual es lo más genial de la cinta.
Todo marcha de acuerdo al plan hasta que la madre de nuestro protagonista lo obliga a hacerse amigo de una jovencita que ha sido diagnosticada con Leucemia. Dicha jovencita es Rachel (Oliva Cooke) quien al principio está renuente de esta relación, termina por aceptar a su inusual compañero al irse adentrando más y más en la vida de estos dos jóvenes. Contrario a lo que sospechan, no estamos hablando de un romance adolescente en toda la regla, aunque si mantiene mucho de esos elementos.
La razón principal por la que escogí esta cinta, es por la relación que crece entre estos dos jóvenes y como se ayudan para enfrentar un fin inevitable que a muchos no les gusta aceptar. El filme lejos de ser una historia rosa y muy dulce de un romance casi fatídico, es una bella muestra de como relacionarse con una persona que padece esta terrible enfermedad sin sentir lástima de su situación.
Así que en este día de lucha contra el cáncer solo me queda decir #FUCKCANCER
Planta 4° (Antonio Mercero, 2003)
Mr. Wolf
Película basada en la obra de teatro “Los Pelones” y autobiografía de su escritor Albert Espinosa, que padeció cáncer a muy temprana edad. Pasaría diez años viviendo literalmente en hospitales desde que a la edad de catorce años le fue diagnosticado un osteosarcoma (cáncer óseo) por el cual le tuvieron que amputar una pierna. Posteriormente sufriría metástasis y le tendrían que extirpar parte del hígado y un pulmón.
Dirigida por Antonio Mercero (“La Cabina”) e interpretada por Juanjo Ballesta (“El Bola”) fue candidata a mejor película en la 18° edición de los Premios Goya. En su haber tiene numerosos premios como:
Premio del Público a la Mejor Película en los Festivales de: Montreal, Valencia, Vitoria, Poznan (Polonia), República Checa, Giffoni (Italia), Bster (Copenhague), y Punta del Este (Uruguay), 2003
En la cuarta planta, sección de traumatología, nos encontramos con un grupo de chicos jóvenes que están pasando por diferentes estados de la enfermedad. Para sobrellevar lo tedioso de vivir las veinticuatro horas internados en un hospital, los muchachos se las ingenian para dar rienda suelta a sus travesuras, juegos, carreras de sillas de ruedas, etc. causando sensación entre todos los enfermos y facultativos que componen dicha planta. Diferentes sentimientos aflorarán en nuestros protagonistas, tales como el amor, el resentimiento, la ironía… pero sobre todo, a pesar de las adversidades, se nos presenta a una serie de personajes con unas enormes ansias de superación y con unas ganas de vivir fuera de lo común.
Una temática cruda, más cuando se trata de niños, pero vista desde unos ojos llenos de esperanza e ilusión.
Terms of Endearment (James L. Brooks, 1983)
El Fett
Nuevamente estamos un relieve actoral que sobre la misma narración dieron el suficiente empuje para que aquel año esta pequeña cinta se hiciera del Oscar a Mejor Película (Jack Nicholson en un entrañable rol secundario y Shirley MacLaine de la mejor actuación de su vida).
Un crudo retrato del cáncer retratado desde una manera de amenaza secundaria ¡Ojo! No es el vehículo del film, pero si el conflicto final en una serie de sucesos que narran esta progresión y evolución familiar. James L. Brooks sin reparos estructura uno de las tragicomedias más catárticas pero también cursis del cine hollywoodense. Si bien estamos ante una cinta casi narrada y hecha estrictamente para los ojos y apreciación de las cinéfilas jóvenes y adultas (Tal vez la chick-flick mas chick y más flick de la historia), es de destacar que el director y sus actores mantienen un balance cómico – dramático muy veraz en todas las situaciones narradas a partir de una relación madre – hija, núcleo de una estructura familiar tan tierna y entrañable como disfuncional.
Al final, entre juventud, sueños, romance, matrimonios, aventuras, amantes, divorcios, trabajos, retiros, hijos y segundas oportunidades, el monstruo del cáncer se hace presente para arrebatarle a una madre su compañera e hija. Esta enfermedad me ha tocado vivirla en piel ajena con personas adeptas a mi círculo social y familiar, personas muy jóvenes que en dicha y desgracia he visto ganar y perder. La cinta mantiene un respeto muy honorable por esta pérdida y retrato de la enfermedad incluso reestructurando esa narrativa cursi y ofreciendo un mensaje de esperanza y resignación alejad del melodrama y más centrado en la realidad y tristeza de las cosas
Altamente recomendada para las féminas, dudo que algún macho se atreva alguna vez a verla, sin embargo la presencia actoral bien pudiera justificar sentarse más de dos horas mientras el director pretende desenmascarar solo algunos secretos emocionales de ese extraño, hermoso, bizarro e inentendible ser llamado mujer.