You Hurt My Feelings: La amabilidad de las mentiras blancas.

Cuando somos niños o adolescentes, solemos creer que la adultez traerá consigo la madurez requerida para resolver nuestros problemas o poner nuestra vida en orden. Damos por hecho que es parte natural de crecer, y en ello recae la confianza hacia nuestros mayores. El cine de la directora estadounidense Nicole Holofcener está basado en gran medida en demostrar justamente lo opuesto: A lo largo de sus casi treinta años de carrera, nos ha regalado hechuras que ahondan en la psique de padres de familia, parejas, profesionistas y símiles para plasmar a través de ellos las variopintas (y a menudo nimias) inquietudes que nunca terminan por extinguirse en su totalidad.

Su más reciente película lleva por nombre ‘You Hurt My Feelings’, y tiene como protagonistas a Beth (Julia Louis-Dreyfus) y a Don (Tobias Menzies), un matrimonio de ya muchos años que sigue queriéndose y acompañándose con afecto en las vicisitudes de sus respectivos trabajos. Al estar a punto de publicar su segunda novela, Beth tiene ciertas dudas acerca de la misma, las cuales empeoran de forma significativa cuando escucha sin querer que su esposo, quien siempre le ha dado buenas críticas, confiesa que no es de su agrado este libro. Será entonces que Beth tendrá que lidiar con el peso de la honestidad y revalorar cuánta es realmente necesaria para convivir en armonía dentro de una unión.

Hay dos grandes cualidades que convergen para darle a ‘You Hurt My Feelings’ un ritmo agradable y astuto durante su desarrollo: la primera es el guion, escrito por la propia Holofcener, que, al igual que sus anteriores, vuelve a sentirse articulado e inteligente, con la dosis idónea de comicidad que se encarga de mantener el conflicto en un tono bajo, por lo que el drama se presenta sin exagerar ni caer en la inverosimilitud. La segunda tiene que ver con su muy bien elegido elenco, liderado por la icónica Julia Louis-Dreyfus, quien expone su descontento y sus ansiedades de manera tan orgánica como lo hace con sus momentos de felicidad. Tobias Menzies adecúa su seriedad para dejar ver sus temores y Michaela Watkins se muestra como una hermana empática que además lidia con cierto hartazgo laboral. No se quedan atrás Arian Moayed (el engreído Stewy de ‘Succession’) en su papel de actor de categoría b ni Jeannie Berlin como una madre necia y frustrante. Este cast logra en su conjunto que la audiencia se sienta reflejada con sus situaciones o emociones, todas perfectamente aterrizadas dentro de la trama.

Si bien el eje de ‘You Hurt My Feelings’ es, como su nombre lo indica, un sentimiento negativo, la realidad es que la cinta va más allá para cuestionarnos cuánto de lo que decimos o elegimos hacer en nuestras relaciones interpersonales tiene más que ver con lo que preferimos que el otro individuo sienta que con la verdad pura y dura. La famosa expresión de las “mentiras blancas” o “piadosas” aparece tácita para reiterarnos que en ocasiones, poniendo en una balanza las prioridades, pesa más lo que genera alegrías que lo apegado a la sinceridad. Lo observamos no sólo manifestado entre Beth y Don, también a la hora de elegir una lámpara, de ser despedidos de una obra, en un arreglo facial o en la entrega de una prenda de ropa: hay oportunidades que reclaman soluciones simples.

Filmada en Nueva York y estrenada en el Festival de Cine de Sundance 2023, ‘You Hurt My Feelings’ es un agridulce recordatorio de que la fragilidad del ego no tiene que ver con la edad, las responsabilidades, el género o el éxito. Aunque clamamos por la veracidad y la ausencia de secretos, muchas veces convendría comprender que eso que pedimos es difícil de recibir, y que es humano querer minimizarle las tristezas a los que amamos. Si todo esto puede hacerse entre risas, buena fe y genuino interés, ya estamos en inmejorable posición.

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Acerca del autor

Ale Vega    

Fan del cine, la lectura y el fútbol, y siempre a favor de las propuestas que incomoden y cuestionen. Fiel creyente de que el arte no debería calificarse con estrellitas ni medirse a través de la taquilla. Todo lo vivo como un tiro al travesaño.


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