Zack Snyder’s Justice League – Esta vez es Bíblico

En el 2017 corrí emocionado al cine, cual niño lleno de azúcar, para el estreno de Justice League. Recuerdo muy bien ese día: traía una playera de Superman, compré el vaso lenticular promocional de la película y el vato sentado junto a mí apestaba como a salón de clases en la secundaria después de deportes. Debí haber tomado aquella peste como un presagio de la excrementicia película que iba a ver en la pantalla durante las siguientes dos horas. Ya se sabía para entonces todo el escándalo de las nuevas escenas que filmó el cochinote Joss Whedon. La diferencia entre lo original y lo nuevo era notabe. Los bati-cachetes de Affleck engordaban y adelgazaban frecuentemente y ese maldito bigote borrado de Cavill, que se veía como el maquillaje del Doctor Chunga, causaba cierto desagrado cada que salía a cuadro. Pero no todo era malo, por fin estaba viendo a mis héroes en pantalla grande pero, irónicamente, no con la justicia que se merecían. Conforme pasaron los días, más notable iba siendo la diferencia visual y narrativa comparada con Man of Steel y Batman V Superman. Los fans lo notaron y por ello se comenzó un movimiento que durante 3 años se dedicó a pedir al estudio el lanzamiento de la versión original de Zack Snyder, porque básicamente nos habían estafado a todos al darnos un producto inferior con la ahora llamada Josstice League.

Aunque el movimiento Release the Snyder Cut fue el más mediático, no es la primera vez que sucede esto en el mundo del cine ni con el pobre Superman. En 1977, Richard Donner fue reemplazado de la silla de director por Richard Lester mientras grababa Superman II. Lester hizo un Whedon (¿o Whedon hizo un Lester?) y reescribió y grabó nuevas escenas para el corte final. Pasaron casi 30 años para que la versión original de este film fuera rescatada y terminada, resultando en el lanzamiento de Superman II: The Richard Donner Cut en el 2006. Esta versión resulta notablemente distinta a la original, teniendo también un tono más serio a lo que salió en cines. ¿Quién imaginaría que todo esto habría de repetirse a mayor escala décadas después? Con 4 horotas de duración y dividida en 6 capítulos, el ansiado Snyder Cut llegó finalmente para dejar satisfechos a todos los fans y limpiar el nombre del antaño equipo de superhéroes de los comics.

La trama sigue siendo la misma que nos habían prometido: tras el sacrificio de Superman, Bruce Wayne toma la misión de juntar un equipo de metahumanos para poder enfrentar la inminente invasión de poderosos y extraños enemigos que fueron convocados por Lex Luthor desde la nave kryptoniana. La manera en que en esta ocasión se entrega la historia resulta épica gracias al background extendido de cada personaje; al diseño superior y más escalofriante que el destilado family-friendly de los villanos y escenarios del 2017; a las mejoradas y no cortadas secuencias de acción y finalmente al rescate de la primer aparición en live action de personajes clásicos de DC, como Martian Manhunter y el Nuevo Dios Darkseid que es capaz de dar pesadillas con tan solo verlo.

Esta nueva versión de Justice League logra en su larga duración lo que a Avengers le tomó 9 películas: unir a un equipo de superhéroes y contar su historia, planteando de manera más clara y concisa sus motivaciones y personalidades sin que se sientan como un hueco agregado forzado por el guión. Brilla en particular Cyborg, cuyo origen había sido rebajado más que el de nadie y que ahora pasa a ser el alma del film. De manera relativamente breve lo vemos pasar por un arco muy similar al de Clark en Man of Steel: la pérdida de su madre, el rechazo inicial a sus poderes y su primer vuelo previo a responder al llamado de la aventura.

Algo similar sucede con Flash. Sin explicar su origen aún, Snyder comienza a plantear la realidad de Barry Allen introduciendo a su enamorada Iris West, a su padre y la razón por la cual quiere estudiar criminología. Pero sobre todo, ciertos diálogos de la escena cumbre del velocista (grandiosa secuencia por cierto) dejan entrever que hará lo que mejor hace en los cómics: arruinar el universo y la realidad por viajar en el tiempo. Si bien es ya sabido que su próxima película explorará la famosa historia Flashpoint y hasta conocerá al Batman de Keaton, lo que pudimos ver de él ahora genera más expectativa por ese proyecto.

Me estoy aguando a hablar de más y arrojar spoilers de las escenas nuevas que me hicieron gritar de emoción pero una que no entra en esa categoría, ya que la medio vimos previamente, es la batalla de la obligada history lesson. Ya sé que al Arqui le dará una embolia, pero es inevitable comparar toda esa trepidante secuencia con El Señor de los Anillos. La unión de los ejércitos de las Amazonas, Atlantes, humanos, dioses y un Green Lantern resulta impactante visualmente y hace resonar aún más la inspiración en la mitología de los héroes principales de DC. La cereza en el pastel de esta secuencia es Darkseid, entonces Uxas, liderando los ejércitos de Apokolips, su intimidante aspecto logra plantearlo en unos minutos como un villano al cual hay que temer. Esta history lesson fue toda una maldita epopeya.

También los arcos de la Trinidad de DC conformada por Wonder Woman, Superman y Batman reciben la justicia que merecen. Diana ni su trasero son ya sexualizados en cada escena que sale y hasta se me borró la insoportable Wonder Woman 1984 (te detesto, Geoff Johns). Aunque debo decir que me resultó molesto el abuso del canto de las Amazonas que sonaba cada vez que Gal aparecía, hasta suena cada que volteo a ver su Funko en mi escritorio.  Affleck demuestra porque, a mi parecer, es el mejor y más imponente Batman live action. ¡Parece arrancado de las páginas del cómic o de la serie animada de los 90s! Las escenas chuscas que Whedon agregó para quitarle lo darks y deprimido eran francamente vomitivas. Como se vio en su escena final en Batman V Superman, este Bruce Wayne ha recuperado la fe en la humanidad y tiene un camino claro, por lo que su carácter se nota un poco más ligero sin necesidad de hacerlo ver como un idiota. Brilla en la batalla final pero sobre todo en la secuencia Knightmare, en un intenso diálogo con el Joker de Leto que para un fan de los cómics termina en una tremenda euforia y apaga bastante el interrogatorio entre Bale y Ledger en The Dark Knight. But that’s like just my opinion, man!

Mención aparte merece el eternamente bulleado Superman. La trilogía de su arco crístico cierra, como debía ser, con su resurrección. Adiós a los chistes de zombies y de cómo revivir da cosquillas. Clark pasa por algo similar a los que resucitan en un Pozo de Lázaro y esa oscuridad se va de una forma más orgánica que en la versión original. La secuencia en que va por su esperado traje negro y emprende su segundo primer vuelo condensa toda su historia de una forma sumamente emotiva con los diálogos intercalados de sus dos padres Jonathan Kent y Jor-El. Ser hijo de dos Robin Hoods tiene sus ventajas. Esta película hasta resulta perfecta para las no tan lejanas épocas de Pascua.

¿Qué será del futuro de DC a partir del éxito de Zack Snyder’s Justice League? Quién sabe. Esta nueva versión dejó muchísimo potencial para diversos proyectos, que sería grandioso verlos desarrollarse a la par de la nueva faceta con películas como Joker y The Batman. Por mientras, tenemos hype y emoción para rato con este épico y bíblico largometraje. He is risen!

 

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Acerca del autor

El Markovich   @ChocolateBono  

Observador de la escena humana dentro y fuera de la pantalla. El cine y el chisme son de mis cosas favoritas, así que heme aquí. Yo sólo doy mi opinión, al final tú decides.


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