El Vaticano ¿enemigo del cine?

Es un hecho.  No hay institución más polémica que la Iglesia Católica. Siendo el cristianismo un conglomerado religioso inmenso y variado, es la Iglesica Católica Romana la que suele estar en el ojo del huracán.  Recordemos a cierto ex autor de este blog que solía llamarla la “rama más siniestra del cristianismo”…

En este mundo secularizado, los mandatos de la otrora todopoderosa institución han dejado de ser ley. Sin embargo, con billones de fieles alrededor del mundo  y siendo el Papa, su máximo jerarca, una figura de gran influencia a nivel mundial, no hay aspecto en la vida del hombre que no haya merecido el escrutinio y la opinión por parte de la Iglesia.  El cine, desde luego, no podría ser excepción.

Es de este modo que ciertas películas han incomodado a la feligresía católica o bien al mismo Vaticano. Determinados jerarcas en ciertos momentos han desde recomendado a los fieles abstenerse de ver alguna película hasta llamado a boicotearla.  Esto ha dado lugar a encendidos debates sobre la libertad de expresión.

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Sin duda, a la Iglesia se le ha cobrado factura de demasiadas cosas…

No es la única religión que lo hace, claro está, pero por alguna razón la Iglesia Católica es un enemigo popular a vencer en la lucha por la libertad y el progreso y, como dice el popular “meme”, siempre que El Vaticano o el Papa expresan su opinión sobre algún aspecto no religioso, todo el mundo “pierde la cabeza”. El caso más reciente, Star Wars: The Force Awakens (J.J. Abrahams, 2015), que recibió una crítica desfavorable en el períodico oficial del Vaticano, L´Osservatore Romano, hecho que  causó incomodidad entre los internautas.

Entonces, la Iglesia claramente no tiene derecho a censurar la libertad de expresión, pero al mismo tiempo al ser una agrupación religiosa tiene prohibido opinar sobre cine…¿No es eso coartar la libertad de expresión de La Iglesia?, digo.

Divertido, sin duda.  Así que vale la pena recordar los momentos en los que ciertas películas han incomodado a la Iglesia Católica, y analizaremos si la polémica era justificada.

 

Caso 1: The Last Temptation of Christ (Martin Scorcese, 1988)

 

Sin duda, el caso más conocido de censura de una película por temas religiosos.  Basada en la novela homónima del griego Nikos Kazantzakis (1954), la historia profundiza sobre la parte humana de Jesús de Nazareth, sus miedos, dudas y tentaciones cuando descubre su misión redentora.

Causó la excomunión del autor  por parte de la Iglesia Ortodoxa Griega.  En cuanto a la Iglesia Católica, no hubo una postura oficial al respecto.  No obstante,  países laicos limitaron o prohibieron su exhibición, entre ellos México. En Filipinas y Singapur, aun está prohibida.

Pese a que no existió un pronunciamiento papal, un colectivo radical católico inciendió la sala de cine Saint Michel en París por haber exhibido la película.

¿Por qué disgustó a los creyentes?

La historia muestra una versión alternativa de Jesucristo, totalmente alejada del canon cristiano.  Fue mostrado un Jesús temeroso, dubitativo, aterrorizado ante su  poder, pero a la vez parrandero y bailarín, lo que causó grima entre los creyentes.  Que Jesús dudase de su misión y desease profundamente formar una familia, además de mostrarle sosteniendo relaciones sexuales causó indignación entre diversos sectores.

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Jesús envejecido, casado y con hijos. No cabe duda que al menos durante un instante anheló esto para sí mismo.

¿Merecía el ataque?

Honestamente no.  Si bien muestra a un Jesús alejado de la fortaleza y sabiduría de los relatos habituales, representa un fascinante abordaje sobre el sufrimiento del Nazareno más allá de la crucifixión.  Sometido a todas las tentaciones de un hombre y deseoso de huir de tan cruel ejecución, finalmente se sobrepone a ello y consuma su misión, lo que hace compatible la trama con la fe.

El problema de esta película, ya lo he dicho, no es su desapego a los textos sagrados (esa era la idea, obvio), sino que es aburrida, lenta y confusa, con un guión atropellado y atestado de secuencias alucinantes.  Definitivamente, merece un remake.  Y es que inclusive críticos asociados a popular sitio web católico han dicho que la película falla en lo artístico y no por su temática.

 

Caso 2:  Harry Potter (saga literaria de J.K. Rowling, 1997-2007.  Adaptaciones cinematográficas, varios directores, 2001-2011).

La exitosísima saga del “querido maguito” tanto en el plano literario como cinematográfico generó opiniones divididas en la Curia Romana.    El papa Juan Pablo II no emitió juicio alguno, pero en 2003 la saga fue calificada como acertada en cuanto a la representación del bien y del mal y apegada a valores cristianos por parte del Consejo Pontificio de la Cultura.

¿Molestó a los creyentes?

Sin embargo, el padre Gabriele Amorth, connotado exorcista, indicó que la detrás de la saga del “maguito” se oculta “la marca del rey de las tinieblas, el diablo” y que la magia, sea “negra” o “blanca”, es cosa del demonio.  El Consejo Pontifico de la Cultura sostiene respetar la opinión del padre Amorth pero mantiene su postura positiva.

Se sabe de diversos grupos cristianos que realizaron quemas masivas de los libros por considerarlos inductores al ocultismo, pero esto sucedió en iglesias protestantes, no católicas.

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El luciferino Voldemort. Incluso tiene una fisonomía semejante a una serpiente. No hay lugar para la queja, insisto.

¿Merecía la polémica?

No gusto de esta saga  pero por motivos argumentales y no por causa religiosa  (Ya lo confesé: odio al maguito y a sus tetazos amiguitos) pero lo que es un hecho es que logró lo que parecía imposible: Que los niños volviesen a leer.  Urge otra saga que los aleje de los iPhone, iPad, iBook y la iMadre que los parió y los devuelva a la literatura, carajo…

Concuerdo con el Consejo Pontificio:  La saga es un acertado relato sobre la lucha en contra del mal. Y es que sin ser un libro de connotaciones religiosas Lord Voldemort es sumamente parecido al Demonio judeocristiano: un ser soberbio que en su lucha por el poder se convierte en el mal puro, seduciendo a otros para que le sigan en sus pecados.  Además, se trata de un relato fantástico, que en ningún momento pretende adoctrinar u ostentarse como real. No hay peligro en ello.

 

Caso 3.  The Da Vinci Code (Dan Brown, 2003.  Versión cinemagráfica homónima, Ron Howard, 2001)

Robert Langdon, historiador experto en simbología, se ve involucrado en la búsqueda de un secreto que, de llegar a descubrirse, acabaría con la noción de la divinidad de Jesucristo y con ello destruiría a la Iglesia Católica. Diversas pistas dirán de qué se trata tal objeto y donde se encuentra, concretamente en las obras más conocidas de Leonardo Da Vinci.

El éxito de la novela dió lugar a una gris adaptación cinematográfica que no obstante resultó un éxito de taquilla, asegurando que las aventuras de Langdon continuaran en cine.

Mucho se dijo que la llegada al cine de tan polémica obra causaría un éxodo masivo de creyentes, de proporciones no vistas desde la Reforma Protestante.   La novela y la película que le siguió fueron unánimemente destrozados por los colectivos católicos alrededor del mundo. No existieron pronunciamientos para su boicot o censura, sin embargo en México se recomendó no ver la película

¿Por qué incomodó a los creyentes?

Se trata de un relato de ficción plagado de inexactitudes históricas y errores en cuanto a su descripción de la Iglesia Católica en cuanto su historia, doctrina y agrupaciones, concretamente el Opus Dei.

Además de inexactitudes de hechos históricos y aspectos específicos, que han dado lugar a libros y documentales enteros refutando al autor Dan Brown, lo que más incomodó a la feligresía es el retrato severamente negativo que hace de la Iglesia, retratándola como una institución maligna dispuesta a destruir al mundo entero si con ello conservará su poder.

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Monjes siniestros y fantasmagóricos al servicio de la organización más maligna de la historia… Absurdo, pero divertidísimo.

¿Merecía la polémica?

Más allá de la publicidad gratuita otorgada por sus detractores, la realidad es que la novela es entretenidísima.  Haciendo de lado sus imprecisiones, es altamente disfrutable y  aunque la película no logró capturar la misma emoción igualmente se deja ver.

Lejos de causar un nuevo Gran Cisma, apenas generó bostezos entre la feligresía que luego de disfrutar la película o el libro fue a misa como si nada.  Cualquiera que posea cultura, amplio criterio y, en su caso, una fe firme podrá gozar de trabajos como éste sin sentir dudas sobre lo que sabe y cree.

Por otra parte, insisto, la Iglesia Católica es un villano que se vende bien. Y es que no sólo el catolicismo desaparecería si los postulados de The Da Vinci Code resultasen verídicos, sino las iglesias luteranas, calvinistas, mormona , anglicana y cuanta rama del cristianismo existe, pero para fines mercantilistas molestar a la Iglesia Católica es más divertido, por lo que veo.

 

Caso 4. El Evangelio Perdido de Judas (Documental, Sociedad National Geographic, 2006)

Texto bíblico aprócrifo descubierto en los años 70 del siglo XX.  En el año 2006 el canal NatGeo dió a conocer mediante un documental y dramatizaciones los resultados de su traducción del señalado texto y que fue anunciada con bombo y platillo.

En él nos enteramos que Judas Iscariote, arquetípico del traidor, en realidad era el discípulo preferido de Jesús y le entregó a los romanos para su crucifixión por órdenes expresas del mismo Mesías.

 

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Un intento fallido de crear polémica…

 

Una vez más, se esparaba la destrucción de la Iglesia Católica. El Vaticano se limitó a confirmar que consideradaba este texo como apócrifo y por lo tanto falso, pero no convocó a la prohibición de la exhibición de dicho documental.

Y al igual que con The Da Vinci Code, el documental se transmitió exitosamente pero nada extraordinario ocurrió entre los creyentes.  Fue visto como una mera curiosidad sin mayor trascendencia.

 

Caso 5.  Star Wars: The Foce Awakens (J.J. Abrahams, 2015)

Finalmente, el caso que motivo este post.  A través de su periódico oficial, el Vaticano publicó una crítica desfavorable a la nueva entrega de la bienamada saga de fantasía espacial.

No faltó, obvio, la furiosa orda ateo-laico-agnóstico-izquierdista-maoista-leninista-estalinista  que demandó al Vaticano abstenerse de opinar sobre una película y proclamó el ya clásico “que se callen los pederastas” y mi favorito personal: “La Fuerza es más real que el dios que nos quieren vender”… jocoso.

Cabe señalar que L’Osservatore Romano, si bien es el periódico oficial de la minúscula nación vaticana, no es un diario que exprese la postura oficial de la Iglesia.  Estas son dadas a conocer a través de las encíclicas papales, el Catecismo de la Iglesia o textos que explícitamente así lo indiquen.  En el caso de esta crítica cinematográfica, se trata de la postura personal de su autor y no de la opinión eclesiástica. No obstante, tratándose el Vaticano, “todos pierden la cabeza”.

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Falta mucho por ver, pero ¡hey!, no podían echar toda la carne al asador desde el principio ¿o sí?

El descomunal éxito de taquilla del séptimo episodio de Star Wars no ha impedido que genere opiniones divididas.  En este caso, se señaló que la película es aburrida, plana, “chabacana” y que su representación del mal es pobre y desdibujada.  Los villanos Kylo Ren y Snoke son, según la crítica, débiles y absurdos en comparación a los icónicos Emperador y Darth Vader. Una opinión que muchos comparten.

Se trata, pues, de la opinión de un crítico que casualmente labora para el Vaticano pero aquí no hay polémica religiosa que estudiar ni delito en contra de la libertad de expresión que perseguir.

Conclusión
En un mundo secularizado,  los mandatos papales han dejado de ser ley desde hace siglos.  No hay tal cosa como la “opresión de la Iglesia” pues ésta no tiene voto en las decisiones de las naciones aconfesionales.  Fuera de los muros del Vaticano, del cual es Jefe de Estado, el Papa no gobierna como soberano.

Del mismo modo que no está en manos del Papa la decisión de despenalizar el aborto, por ejemplo, tampoco tiene el Pontífice poder para prohibir la exhibición de tal o cual película fuera de los muros vaticanos. Recomendará a sus fieles, tal vez, no verla, y hacerlo o no es decisión del expectador.

 

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Templos lujosos pero escalofriantes, cantos intimidatorios, espeluznantes palabras en latín y macabros hábitos… No hay duda, la Iglesia se vende bien como villana del cuento.

 

A la inversa, es contradictorio que, en defensa de la libertad de expresión y de la tolerancia, se pretenda prohibir a cualquier entidad religiosa expresarse sobre una película o cualquier otra manifestación artística.

Así las cosas, El Vaticano no es enemigo del cine.

 

 

 

 

 

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Acerca del autor

Dr. Dark    

Médico de profesión y cinéfilo de corazón. Amante del buen cine y destructor del que no lo es.


6 Comments

  • Estupendo artículo sin duda, quizás la que mas tenga memoria colectiva México es con el Crimen del padre Amaro, que me parece que solo era un remake de una película de Mario Almada.
    Saludos.

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    • Me alegra que lo haya disfrutado, estimado. Por otra parte, no mencione El Crimen del Padre Amaro por que no la vi completa ( shame on me) y analizarla sería injusto, aunque sin duda es un muy acertado ejemplo de películas a las que se les dio publicidad gratuita por aquello de molestar a la Iglesia. Salidos y gracias por su comentario!

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  • El Crimen del Padre Amaro no requeria tanto de la polemica para venderse, tuvo buen material bibliografico y creo que si quitaramos lo del Padre Amaro seduciendo a una feligresa, hay muchas balas que le duelen a la Iglesia leer en esta pelicula, como la del padre que se monta en las armas o el padre que no hace nada por su comunidad… auch, ay… argh… En cuanto a La Ultima Tentacion de Cristo… yo intente verla… y la deje de ver… no por ser buen catolico, sino porque la pelicula es demasiada lenta.. me causo sueño… la escena donde Jesus visita a Magdalena se me hizo lentisima… y… zzzzzzzz…

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    • Saludos, apreciable amigo.

      El Crimen del Padre Amaro no aparece en este listado por dos razones: la primaera y más importante es que no la vi completa, jajajajajaja…. Y la otra es por que la polémica estaba dada por problemas mundanos y no dogmáticos, siendo esto últimos los que hipotéticamente destruiran a la Iglesia.

      En cuanto a La Utima tentación…siempre lo he dicho: su planteamiento es bueno, pero es tan lenta, confusa y aburrida que verla es un suplicio de la Inquisición. Saludos y gracias por su comentario!

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  • La Iglesia como autoridad moral ESTA EN TODO EL DERECHO DE DECIRNOS A LOS FIELES QUE AYUDA Y QUE PERJUDICA O NI VALE LA PENA VER!!!

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    • Concuerdo, estimada. Pero en un mundo en que ser cristiano en general y católico en particular resulta políticamente incorrecto y “represor” de cultos minoritarios El Vaticano es un villano que se vende bien. Y es tal la cristianofobia que aunque los mensajes papales sean para los fieles el resto del mundo se da por aludido y pierde la cabeza. Ya lo ve, miembros de cierta religión han exigido que Suiza retire la cruz de su bandera por que los “ofende”…

      Pero como dije antes, los fieles tenemos el derecho de escuchar a nuestros guías morales y espirituales y a quien no le cale que se ponga talco. ¡Saludos y gracias por su comentario!

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