25 Películas para entender el Autismo y el Asperger

“No me siento discapacitado, defectuoso o que necesite una cura. Me gusta ser un Aspie, sería como cambiar el color de mis ojos. Sin embargo, hay una cosa que desearía cambiar: desearía poder llorar apropiadamente”. Mary y Max.

El 18 de febrero se celebra el Día Mundial del Asperger, una variante del autismo de origen neurobiológico y alto funcionamiento. Es decir, el individuo en cuestión muestra interés en determinados intereses y actividades de su gusto, y a base de conductas y patrones repetitivos, fomenta la creatividad en cualquier área que se proponga: artística, científica, etc. Esto ha causado que estas personas sean percibidas, en el mejor de los casos, como genios con un nivel de inteligencia, lenguaje y estímulos más altos que el individuo promedio. Sin embargo, todo viene a un precio alto: les es difícil expresar sus emociones y mantener relaciones sociales porque su capacidad de socializar, convivir y empatizar con los demás es baja. No obstante, cabe aclarar que estos aspectos varían de paciente en paciente, de modo que no hay 2 personas iguales y muchas tienen este trastorno sin saberlo, por lo tanto, este trastorno es tan diverso como complicado de definir en un diagnóstico médico.

A diferencia de otros trastornos como la esquizofrenia, la demencia o la depresión, que han sido retratados en innumerables casos con buenos resultados, el Asperger y el autismo no han tenido mucha suerte en los medios de entretenimiento. No sólo por el hecho de que son pocos los proyectos que se han hecho alrededor del tema (siendo la novela de Mark Haddon “El curioso incidente del perro a medianoche” la obra más conocida), sino que la gran mayoría han sido de pobre calidad, rondando entre lo horrible y lo mediocre, debido a que la caracterización de muchos personajes autistas y Aspies, así como la forma de mostrar el trastorno, siempre ha sido vista como anticuada, homogénea, estereotipada y en algunos casos, hasta ofensiva y dañina. Aunque en los últimos años parecía que al fin se estaba avanzando a una mejor personificación de este trastorno, la realidad golpeó duro cuando el tema tocó fondo con la cinta “Music”, ya considerada como una de las peores películas de la historia.

Hay que añadir que incluso los propios artistas y autores no tienen creatividad a la hora de integrar personajes con este trastorno en sus historias, siempre se trata de las dificultades de la familia al criar a un hijo con estas características, quien suele presentarse como una carga o molestia de la que hay que librarse (y no niego que esto ocurra en la vida real, pero en serio, ¿no hay nada más importante o interesante que contar?). Por esta razón, en conmemoración de este día, he decidido recopilar las películas que mejor le han hecho justicia este trastorno, ya sea en un personaje relevante en la historia o como enfoque de la trama (a base de prueba y error, mucha investigación y siempre respetando la calidad fílmica).

Esto no es un Top, más bien es un listado para ampliar los horizontes sobre un tema que este servidor conoce a nivel personal. Y en otra instancia, un homenaje a aquellas personas que siempre tienen un pie en la realidad y otro en la imaginación, que dejan volar a su mente a terrenos inexplorados, que saben madurar manteniendo vivo al niño interior.

 

Amadeus (Forman, 1984)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Wolfgang Amadeus Mozart (Tom Hulce)

Estamos hablando de una de las mayores piezas fílmicas de todos los tiempos. Su puesta escena, reconstrucción de época,  sublimes actuaciones y quizá la mejor comunión musical – visual en la historia, escapan de los estándares de Hollywood con la construcción de un “ficticio” e inmaduro Mozart que en su momento afectó la visión de los puristas, pero que a la postre solventarían una narración perfectamente delimitada por los traumas paternalistas y esa responsabilidad hacía la perfección, dote que Forman se encarga de proyectar no solo de parte del genio, sino también por parte de la envidia del rival, dos vertientes que comulgan en un exquisito elemento emocional que hasta la fecha brindan secuencias complejas, grandilocuentes y catedráticas en lo que se refiere a la labor histriónica y al leguaje fílmico en general. Magnificencia pura.

 

Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001)

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Amélie Poulain (Audrey Tatou)

Inolvidable y muy imaginativa, Jean-Pierre Jeunet combina una estética asombrosa con una peculiar chispa de humor negro dentro de una historia que encapsula el amor y la inocencia de manera entrañable. La edición, fotografía y música y la maravillosa actuación de Tatou juegan con elementos de realismo mágico para entender esa misma fantasía tan introvertida de Amélie, una mezcla de humor, sensibilidad, excentricidad y dulzura con ciertas tendencias psicóticas, producto de los problemas psicológicos derivados de su educación y sus traumas infantiles. Una ensoñación tan graciosa como rara sobre el escape de la realidad y el significado de la felicidad.

 

Being There (Ashby, 1979)

POR EDGAR DEL VALLE

Paciente en cuestión: Chance (Peter Sellers)

Esta fue la penúltima película en la que participó el actor británico Peter Sellers antes de su muerte en 1980. En la cinta, el actor da vida a Chance, un hombre que toda su vida se la ha pasado cuidando el jardín de una mansión y viendo la televisión, al cuál le cambia la vida al morir su patrón y verse desempleado. A pesar de ser un hombre analfabeto e ingenuo, o quizás por eso, es capaz de convertirse en toda una personalidad. La actuación de Sellers es capaz de dar credibilidad a un personaje que en muchos sentidos pareciese increíble. Hashby aquí logra su más icónica cinta, repleta de humor negro y una (burla) crítica hacía el sistema político y la sociedad americana. Chance de Sellers es legendario

 

Ben X (Nic Balthazar, 2007) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Ben (Greg Timmermans)

Nic Balthazar conjuga los recuerdos de la infancia, los abusos en la escuela, los testimonios futuros de un evento próximo y el mundo de Archlord con una edición rápida que inmiscuye en el estado mental de Ben (un buen desempeño de Greg Timmermans), contrastando la valentía en el videojuego con el miedo del mundo real. Esta fusión crea un ambiente onírico e introspectivo dentro de un intercalo de escenas que interiorizan los problemas familiares y sociales que debe enfrentar. Hay veces en que la historia puede ser algo errática o confusa, pero consigue concretarse con un final impredecible y satisfactorio.

 

Cube (Vincenzo Natali, 1997)

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Kazan (Andrew Miller)

Todo un ejemplo de que el ingenio se antepone al poco presupuesto, creando tensión e incertidumbre con respecto al interior del cubo, sus trampas y todo aquel desafortunado que se encuentre dentro. Los personajes, si bien son arquetipos esquemáticos, proporcionan la dinámica necesaria de presión y locura para que el encierro vaya revelando lentamente sus sueños, crisis, frustraciones, obsesiones y manías, logrando un terror psicológico apegado a la desesperación de sobrevivir y que sirve como metáfora al comportamiento de nuestra sociedad. Un recordatorio de que quienes te utilizaron, los que te quitaron el último vaso de agua, el día de mañana caerán peor que tú.

 

Edward Scissorhands (Burton, 1990)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Edward (Johnny Depp)

No es que sea realmente buena, pero en su tiempo fue lo suficientemente adorable y adepta al repunte juvenil de la generación X para lograr su posicionamiento como “de culto” y dentro de la cultura pop. Lo que destaca además de su atmosfera (que es incluso ahora su único remanente de calidad producto-directiva), es la inclusión de ciertos elementos narrativos que rememoran el cine fantástico y/o de monstruos clásico (su referencia a Frankenstein es más que evidente), así como también una cierta crítica a la sociedad americana basada en el cinismo, la imagen y la hipocresía de los suburbios. Depp se encasillaría de por vida en este personaje y Vincent Price encontraría al menos una despedida conmovedora del cine, acorde a su arquetipo y leyenda

 

I’m Not There (Todd Haynes, 2007)

POR CLEMENTINE

Paciente en cuestión: Bob Dylan (Christian Bale, Cate Blanchett, Marcus Carl Franklin, Richard Gere, Heath Ledger, Ben Whishaw)

Ciertamente no es una biopic convencional, o en todo caso redefine el género por completo. Narrada de una manera particular, en ella se mezclan personalidades entrelazadas por historias que recogen diferentes aspectos de la densa vida que ha tenido Bob Dylan: cristiano rebelde, prófugo de la justicia, poeta, mártir del Rock n´Roll; 6 actores se dan a la tarea de interpretar al artista, premio Nobel de Literatura en 2016, retratándolo como una serie de personas cambiantes, entre los que destaca y lleva mención aparte Cate Blanchett como Jude, un joven andrógino, rebelde y excesivo, como lo fuera Dylan en sus primeros años. Por esta interpretación, Blanchett se llevó el Globo de Oro, y estuvo nominada al Oscar como Mejor Actriz de Reparto.

 

Life, Animated (Roger Ross Williams, 2016) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Owen Suskind

Por más que nos encante mentársela a Disney, no podemos olvidar que sigue siendo fuente de inspiración para muchas personas, ya sea en el arte o en este caso, como una opción para expresar las emociones y sentimientos de un niño. Lo mejor que ofrece es el papel primordial que juega la animación en la historia, ya que simboliza la fantasía en la que Owen vive y capta la esencia del poder de la imaginación que tienen estas personas. Deja muchos cabos sueltos, por momentos se siente apresurada y puede ser incómoda la forma en que refiere al autismo como una prisión, pero es un recordatorio de que la vida tiene sus momentos alegres, tranquilos, tristes y dolorosos.

 

Bonus TV 1 – The Grim Adventures of Billy and Mandy (Maxwell Attoms, 2003)

POR EL CINE ACTUARIO

Pacientes en cuestión: Billy (voz de Richard Steven Horvitz/Alan Fernando Velázquez/Alfredo Leal), Mandy (voz de Grey DeLisle/Rebeca Gómez), Puro Hueso (voz de Greg Eagles/Alejandro Vargas Lugo/Roberto Molina)

Serie cuya premisa principal son las aventuras de dos niños que se hacen amigos de la muerte. Lo que la hizo especial, fue la mezcla entre los conceptos del terror y ocultismo con la mala leche y humor negro que plasmaban sus personajes, aparte de trasladarlo a una animación PG, que denotaba mucho el ingenio de los creadores. El balance de personalidades funcionaba perfectamente, pues utilizaba la fórmula clásica del idiota (Billy), la oscura (Mandy) y el centrado atormentado (Puro Hueso). Imposible no pensar que la serie bebe mucho de las Casas del Horror de los Simpson. Curiosamente el bajón de calidad vino cuando dejaron de enfocarse en el terror para burlarse de sus patrones (Cartoon Network) y de hacer referencias de la cultura pop. Divertido giro, pero le costó un poco el alma a la animación.

 

Marathon (Jeong Yoon-cheol, 2005) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Cho-won (Cho Seung-woo)

Una tierna, graciosa y conmovedora historia de superación que premia el esfuerzo de un joven autista por correr un maratón y el amor de una madre por su hijo al nunca dejar de animarlo, pero también sirve como denuncia a la sociedad por no tener los medios necesarios ni correctos para que gente como Cho-won pueda integrarse debidamente. Aunque en ciertos momentos se echa en falta más emoción, la actuación de Cho Seung-woo apoya una fuerza de voluntad que permite ver el mundo desde su perspectiva, además de plantear cómo las personas “normales” a veces son tan ignorantes a los sentimientos de aquellos que considera diferentes.

 

Mary and Max (Adam Elliot,2009)

POR EL CINE ACTUARIO

Paciente en cuestión: Max Horowitz (voz de Philip Seymor Hoffman)

Película animada a través de la técnica stop-motion, sobre la amistad por correspondencia entre una chica solitaria australiana y un anciano neoyorquino con problemas de ansiedad. A pesar de su tono oscuro, logró ser conmovedora especialmente por su tema central acerca de la soledad de aquellas personas que por algún trastorno clínico-social les cuesta encajar. De ahí se levanta la importancia de la amistad como un bálsamo para salir de situaciones y condiciones angustiantes. Madura, por momentos extraña, pero donde de cierta manera su director se las arregla para llegar al corazón de la audiencia.

 

My Name is Khan (Karan Johar, 2010) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Rizwan Khan (Shah Rukh Khan)

A través de un protagonista carismático y entrañable, tiene un mensaje de paz y humanidad que necesita mucho este mundo hoy en día. Puede que el tono sea algo azucarado, pero está justificado porque Rizwan tiene una perspectiva sobre la vida tan inteligente como inocente. No obstante, sabe lidiar con un tema como la islamofobia con la delicadeza y sensibilidad que requiere. Gracias una fotografía excepcional, una viva paleta de colores, música pegadiza y un buen balance entre humor y tragedia, es una muestra de que el legado que dejó Forrest Gump, aunque pequeño, es muy poderoso.

 

Ocean Heaven (Xue Xiaolu, 2010) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Dafu (Wen Zhang)

La familia es quizás el único lugar donde el autista pueda ser aceptado y amado tal cual es, pero tarde o temprano llegará el día en que deba enfrentarse al mundo solo. Xiaolu Xue ahonda en esta premisa y le agrega emotividad a un relato que, aunque predecible y algo edulcorado, mezcla muchos sentimientos para crear una catarsis que abruma por la tristeza e incertidumbre de una pregunta inquietante para muchos padres: ¿Qué pasará con mi hijo cuando yo ya no esté? (en especial cuando él es muy dependiente de su familia). Posiblemente, aquí está la mejor actuación de Jet Li en toda su carrera.

 

 Pi: Faith in Caos (Aronofsky, 1998)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Maximillian “Max” Cohen (Sean Gullette)

Opera prima que institucionalizaría su estilo, Pi denota una pericia narrativa exquisita que convierte un tema muy complejo en algo alcanzable para el entendimiento en un contexto fílmico incluso comercial. A pesar de sus ligeras inconsistencias (principalmente su falta de ritmo), la cinta es una revolución entre su debate interno de ficción y realidad, donde un matemático busca la razón de la existencia a través de un elemento numérico que llevará al espectador a cuestionarse entre la demencia o el posible encuentro con una realidad alterna a nuestro burdo paso por la vida. Repleta de elementos que resaltan su crítica social y su conocimiento sobre el comportamiento humano al borde de la aniquilación emocional, Pi es una verdadera obra de autor

 

Poor Things (Yorgos Lanthimos, 2023) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Bella Baxter (Emma Stone)

Como si de un cuento de hadas se tratara, Lanthimos crea una historia sobre la liberación, exploración, emancipación y reivindicación de la mujer debido a la explotación a la que se ve sometida por un modelo patriarcal y machista. Entre un estilo victoriano lleno de imágenes oníricas y metáforas hilarantes que derrochan fantasía y provocación, revela un mundo sorprendente donde todo es posible, pero que también critica a la sociedad en la que vivimos. Pero su mayor virtud radica en que ni siquiera es una obra feminista, sino una que incita a cuestionarse por qué uno piensa y actúa de la forma en que lo hace, un fabuloso viaje que retrata la mundanidad de la vida y la necesidad de la curiosidad humana.

 

Rain Man (Barry Levinson, 1988)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Raymond “Ray” Babbitt (Dustin Hoffman)

Una película que siempre ha sido más de lo parece y/o aparenta, como por ejemplo, ser la única ganadora del Oscar y del Oso de Oro en la historia. A nivel general como film palidece ante varios de los de aquí, pero a nivel actoral Hoffman está ¡MOUNSTRUOSO!, desarrollando quizá una de las mejores interpretaciones sobre un personaje de estas condiciones y por ende desatando una química que convierte a este film en un testimonio dramático muy natural, sin emociones desbordadas y un final lejos de las convencionalidades “alegres” de Hollywood. También una de las mejores películas fraternales, debe estar incluida en este top solo por su muy particular y curioso caso – record.

 

Salmon fishing in the Yemen (Lasse Hallstrom, 2012)

POR CLEMENTINE

Paciente en cuestión: Dr. Alfred Jones (Ewan McGregor)

Adaptación de la novela de Paul Torday, cuenta la peculiar relación entre el funcionario del ministerio británico de Agricultura y Pesca, el Dr. Alfred Jones (McGregor) y el jeque yemení (Amr Waked), cuando este último revisa la viabilidad de llevar la pesca de salmón a su país. Las diferentes perspectivas y el choque de culturas de ambos los llevará a una encrucijada emocional que los hará a ambos replantearse su futuro y prioridades. Ewan retrata bien a este personaje tan apegado a sus costumbres, y con ciertos comportamientos antisociales, pero quien al aceptar ser parte de esa alocada idea, va descubriendo cosas de si mismo que lo van cambiando y “suavizando”. Bien recibida por la crítica, aunque muy tibiamente en taquilla, fue teniendo más reconocimiento con el paso del tiempo.

 

Bonus TV 2 – The Bridge (Meredith Stiehm y Elwood Reid, 2013-2014) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Sonya Cross (Diane Kruger)

Remake de la serie nórdica del mismo nombre, donde la tensión ocurrida en la frontera entre México y Estados Unidos se convierte en un reflejo de la degradación y precariedad de las almas que circularán por cada capítulo. Quizás se queda un tanto corta al dejar muchos cabos sueltos (debido a su prematura cancelación), pero se adentra en un espacio lleno de violencia, corrupción, drogas y muerte con toda la brutalidad que implica. Por supuesto, el principal enfoque radica en la relación entre Demián Bichir y Diane Kruger, formando un singular dúo tan disonante como entrañable.

 

Shine (Hicks, 1996) 

POR EL FETT

Paciente en cuestión: David Helfgott (Geoffrey Rush)

Basada en la vida del pianista prodigio, David Helfgott, el director Hicks y el Oscar a mejor actuación de Rush convierten a este drama paterno filial en una de las mejores biopcis de la historia, que a pesar de contener todos los trucos narrativos del manual, escapa de su amenaza artificial y melodramática gracias al soberbio crecimiento y desarrollo de su personaje, que combina con  mucha espontaneidad su intenso lado dramático y un humor natural, resultados de una personalidad inocente y entrañable. Así pues, a pesar de encausar una durísima historia sobre la opresión patriarcal, el director escapa de esas trampas moralinas para dejar que Rush crezca con su mismo personaje (el mismo venía saliendo de una depresión), logrando una actuación majestuosa

 

Snow Cake (Marc Evans, 2006) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Linda Freeman (Sigourney Weaver)

Marc Evans cuenta una historia inusual, pero sencilla y casi íntima que, aunque cae en algunos efectismos, muestra a personas que aceptan o rechazan sus diferencias, y dependiendo de quien lo haga, intentan aferrarse a cualquier esperanza que dé brillo a su existencia. La actuación de Sigourney Weaver eleva la cinta con su presencia como una madre con un comportamiento un tanto infantil, pero el discreto dolor de un prudente Alan Rickman es silenciosamente magnífico. La conjunción de humor y drama logra que incluso pueda vislumbrarse un equilibrio entre el frío de la nieve y el calor humano.

 

Temple Grandin (Mick Jackson, 2010) 

POR URIEL SALVADOR

Paciente en cuestión: Temple Grandin (Claire Danes)

La mayor virtud de esta película para televisión es que muestra el punto de vista de la zoóloga y etóloga Temple Grandin, intentando mostrar cómo funciona su mente, desde una curiosidad sin límites hasta una memoria fotográfica que le permite captar detalles como textos, estructuras e imágenes con exactitud. La historia pudo beneficiarse de ser más larga para ahondar en ciertos detalles que dejó sin profundizar, pero la actuación de Claire Danes, aunque cae en algunos clichés, representa magistralmente lo que significa ser un científico: tener inquietudes, mirar al mundo con asombro y preguntarse por qué funciona todo.

 

The Departed (2006)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Billy Costigan (Leonardo DiCaprio)

Uno de los mejores remakes de la historia, preciso y dinámico, con desempeños actorales sobresalientes y un cineasta sumergido en su lenguaje y ritmo que, al momento de su montaje final, se revela no solo como la genialidad, sino también  como el renovado clásico del género que es. Sin embargo, y  haciendo una analogía musical, Scorsese aquí optó por la perfección lírica en su ejecución dejando de lado el sentimiento y emoción del “maltrato” improvisado; dejó de ser su querido Keith Richards para convertirse en John Petrucci; dejó de lado un poco la sátira en la búsqueda por la perfección ¡Y lo consiguió! Pero cada alcance de Oscar requiere un gran sacrifico, y ese es asentarse en sus estándares y quedar lejos de lo enigmático.

 

The Girl with the Dragon Tattoo (Fincher, 2011)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Lisbeth Salander (Rooney Mara)

Mikael Blomkvist es uno de los dueños de la revista Millenium y es acusado de difamación, obligado a pagar una multa que lo lleva a la quiebra. Sabiendo que la película es un remake, y que las comparaciones son inevitables, la dirección de Fincher y la interpretación de Craig superarían las expectativas, realizando un adaptación al estilo americano pero sin la romantización típica del héroe de occidente. Todo lo que muestra, desde el dolor, la derrota, el terror que siente parecen naturales, sin mencionar la buena mancuerna actoral que completa Rooney Mara. Al igual que la película sueca, ésta está basada en el libro de Stieg Larsson Los hombres que no amaban a las mujeres.

 

The Imitation Game (Morten Tyldum, 2014)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Alan Turing (Benedict Cumberbatch)

Papel que le dio el reconocimiento dramático y de la crítica (y su primera nominación al Oscar). Con su particular timbre de voz y una presencia escatológica, Benedict da vida a un personaje muy afamado de la historia y víctima de las brutalidades sociales de un mundo ignorante por una distinta preferencia sexual. Su desempeño, aunque se quedaría corto en aquella ceremonia del Oscar debajo de dos favoritos, sería muy apreciado y recordado no solo por la tendencia mediática en la figura de Turing, sino también por la sensibilidad y credibilidad que le imprime a su personaje frente a dos conflictos, el bélico y el más complicado: el personal y emocional.

 

The Innocents (Vogt, 2021)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Anna (Alva Brynsmo Ramstad)

Una cinta de terror construida bajo un tema social bastante complejo, la ausencia de los padres y su afectación en los niños. La alegoría se complica cuando el director Eskil Vogt incrusta sutilmente en cada uno de sus personajes factores que física (vitíligo), neurológica (autismo) o socialmente (inmigración y abandono) afectan el desarrollo infante, haciendo que este grupo “especial” construya una comuna siniestra, perturbadora y que los llevará a trágicos desenlaces sin la guía de los padres. Destacar las actuaciones de los niños, que son capaces de manifestar las consecuencias emocionales de sus actos más allá que la de sus poderes. Eso sí, la secuencia final, clímax de una tensión creciente, es un deleite que ya quisieran muchas de las películas de los X-Men

 

To Kill a Mockingbird (Mulligan, 1962)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Arthur “Boo” Radley (Robert Duvall)

Gregory Peck en To Kill a Mockingbird (poster)

Doble injerencia histórica como una de las piezas “coming of age” más representativas tanto de la literatura como del cine. Interpretada de manera sublime por un Gregory Peck, la mayor virtud en el relato de Harper Lee es esa entrañable estructura narrativa, tan espontánea como emotiva, en donde la historia se desarrolla a través del sentir y percepción de su protagonista, una niña que ve a su padre como el símbolo social ideal en el entorno de la depresión estadounidense. Dicha visión es recalcada con la narración off de su adulta versión, pues esta se somete al recuerdo infantil, haciendo a ese flashback no solo visual, sino también puro e inocente desde la voz de su pasado. Legendaria fábula social.

 

What’s Eating Gilbert Grape (Hallstrom, 1993)

POR EL FETT

Paciente en cuestión: Arnie Grape (Leonardo DiCaprio)

Alabado por la crítica, dos años después de su debut en Critters 3, DiCaprio ganaría un casting al literalmente impresionar a su director y productores con su interpretación de un joven con retraso intelectual. Su compromiso hacía con el personaje fue tan profesional, que muchos de sus compañeros de reparto refieren que era complicado separar a Leonardo a Arnie, convirtiéndose este último en un integrante también fuera de la pantalla para muchos. Muy joven y con estas tablas en “el método” y más allá de referir a este como un culebrón de “Hallmark” de alto nivel, este film siempre me ha gustado para ejemplificar el origen de un buen y comprometido histrión (Leo), y el de un sobrevalorado, sobrado y perezoso actor… Johnny Depp

 

Bonus TV 3 – My Little Pony: Friendship is Magic (Lauren Faust, 2010-2019) 

POR URIEL SALVADOR

Pacientes en cuestión: Maud Pie (voz de Ingrid Nilson/Jessica Ortiz), Moon Dancer (voz de Kazumi Evans/Alondra Hidalgo)

Lo que hicieron Lauren Faust y su equipo es digno de admiración: tomaron un comercial para vender juguetes y lo convirtieron en un universo completamente nuevo con unos personajes carismáticos que se ganaron su lugar dentro de la cultura pop. Una oda educacional que analiza a detalle la amistad, las emociones y las interacciones sociales, explora sus beneficios, los diferentes desafíos que vienen con estos temas y cuándo usar cada uno de ellos. Pese a su declive en las últimas temporadas (así como su horrendo final), hizo tan bien su trabajo que obtuvo una legión de fans a los que originalmente no estaba enfocada. Por esto y mucho más, las Mane 6 ya son parte de la historia.

 

 

 

 

 

 

 

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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