30 Películas para celebrar el Día del Trabajo

Celebrando el día del trabajo con un buen descanso, a continuación repasaremos una exquisita selección de labores, Godínez, empresarios, sindicatos, oficinistas y/o empleados fílmicos que a nuestro gusto se han posicionado como las mejores y/o más recordadas piezas de dicho tópico.

 

La Huelga (Sergei E. Eisenstein, 1925)

POR EL FETT

Primera cinta de Eisenstein, un joven sin estudios fílmicos previos y con apenas el equipo suficiente para poder filmar lo que algunos incluso consideran su mejor y/o más honesta obra. La historia es un lienzo simple y de bagaje sociocultural universal (la huelga de unos trabajadores hacía la opresión laboral y política de su planta), que sirve al director para explotar los más fastuosos ejemplos de progresión emocional, dramática y de tensión humana, frente al suicidio de uno de los trabajadores, que acaba agravando la situación entre los huelguistas y la policía. Una historia propagandística, sí, pero también de fortaleza humana sin igual; su visionado (de 80 minutos) y estatus como una de las mejores películas mudas, es tan necesario como obligado para comprender el teórico encuadre del cineasta.

 

Metropolis (Fritz Lang, 1927)

POR EL FETT

Con respecto a sus aspectos técnicos y a su gran influencia tal vez ya todo este dicho, por tal razón centrémonos en la repercusión social y laboral que esta obra tuvo en la Alemania pre nazi al convertirse en una de las fuentes de inspiración para el régimen de Hitler. Si bien fue la puerta al género SF y la que finalmente lo divorció de la fantasía, desgraciadamente también fue una premonición (¿o causante?) de lo que estaba a punto de desatarse, al punto de ser condecorada con el fanatismo de todos los líderes del partido nazi; la remembranza de su historia a los acontecimientos históricos consecuencia del capitalismo y los sindicatos son más que obvios… son proféticos.

 

Modern Times (Charles Chaplin, 1936)

POR EL FETT

La mayor referencia fílmica al obrero, la industrialización y el nacimiento capitalista visto desde una ficción especulativa. La película más brillante de Chaplin, la cual marcó un parteaguas en la usanza de la tecnología y del formato fílmico, siendo la última blanco y negro del autor y también en cierto aspecto el cierre de su personaje “The Tramp”, que aquí es sometido a las labores de una época esclavista industrial mientras es ayudado por una muchacha sin hogar. Chaplin imprime su sello satírico y crítico en esta mirada brutal de la clase baja americana, que incluso fue tachada de anti capitalista y satanizada por muchos círculos del sector privado, lo cual solo marca que tuvo el éxito y la genialidad requerida. Imprescindible joya, pero sobre todo es divertidísima

 

The Grapes of Wrath (John Ford, 1940)

POR EL FETT

El más imponente relato sobre La Gran Depresión, es también una cátedra sobre ritmo, actuación y dirección de Ford. Aunque por la época no es considerada una road movie, su desarrollo y elementos son acordes a dicha categoría al plasmar con rigor y veracidad la desesperanza y supervivencia humana en un éxodo trágico y familiar, donde un grupo de desamparados, parte hacía la tierra prometida de California tras perder sus propiedades, trabajos y esperanza. Para hacer contrapeso a la tragedia, Ford sacrifica a Fonda, pero envuelve de un ambiente de esperanzadora aventura a la figura central de la cinta: la familia. Resaltar nuevamente por encima de Fonda el papel de la matriarca, principal vehículo de la narración

 

How Green Was My Valley (John Ford, 1941)

POR EL FETT

La razón del porqué Citizen Kane perdió el Oscar aquel año se puede resumir en dos lógicos argumentos: el primero se debe al potencial conmovedor de Ford, que en su pose dramática era capaz de mantener en todo momento de su metraje una emotividad clímax entre la tragedia y la comicidad, en este caso, de una familia de Gales a través de sus vicisitudes, labor minera y tradiciones; la segunda, su fantástico ensamble actoral, donde Maureen O’Hara, quizá el principal símbolo de su fuerza femenina, funge como la principal figura y en donde recae la fortaleza de aquella familia. Un tercer peldaño para afianzar su paso en dicho registro y demostrar que Ford era tan eficiente tanto en el salvaje oeste como en el reino de sus ancestros.

 

On the Waterfront (Elia Kazan, 1954)

POR BEDUB

En los muelles neoyorquinos se desarrolla una historia de trabajadores agobiados por un sindicato corrupto que decide quien trabaja, sueldos, horarios. Maloy es un vago, amigo del sindicato, por lo cual siempre tiene trabajo así no haga nada y aunque pareciera cómodo con su estilo de vida por dentro vive la frustración de no haber sido alguien mejor en la vida. Al conocer a una mujer quien le hace cambiar su perspectiva se da cuenta que todo el daño proviene de sus “amigos”, sus convicciones y su seguridad serán puestas a prueba. Todos los elementos de buen cine los encontramos en el film de Kazan: excelente dirección, guion y personajes legendarios, bellísima fotografía y escenas inolvidables.

 

Ladrón de Bicicletas (Vittorio de Sica, 1954)

POR EL CINE ACTUARIO

Obra maestra que retrata el robo de una bicicleta que sufre Antonio, la cual era su herramienta de trabajo para poder subsistir. La maestría es que ese hecho sirve como ancla para describir la idiosincrasia de una sociedad cuyas instituciones terminan por darle la espalda a los más pobres en sus menesteres, y que la frustración y sobre todo la necesidad terminan por hacerlos recurrir al robo como manera de supervivencia. Añadir que este asunto de la bicicleta termina por ser el elemento descriptivo de la relación hijo-padre desde una óptica de la admiración y la moralidad. Acompañado de un toque de neorrealismo italiano, con una fotografía preciosa, Vittorio demuestra su maestría al exprimir todo lo que puede de un hecho que a la vista puede parecer simple, pero que termina por ser un reflejo de una dinámica social nociva que acabará traspasando generaciones.

 

The Molly Maguires (Martin Ritt, 1970)

POR EDGAR DEL VALLE

En 1876, en Pennsylvania, un grupo de mineros decide crear una sociedad secreta que comete sabotajes para presionar a los patronos y conseguir así mejorar sus condiciones laborales. En esta cinta, Ritt da muestras nuevamente de su posición social en defensa de la lucha de la clase trabajadora. En su momento fue un fracaso de taquilla, y más teniendo en cuenta que la película tuvo un presupuesto considerable contando en su reparto con actores como Sean Connery, Richard Harris y Samantha Eggar. Mencionar que este sería uno de los primero papeles importantes para Sean Connery fuera de la sombra de James Bond (aunque el protagónico reace en un excelente Harris)

 

La Classe Operaia Va In Paradiso (Elio Petri, 1971) 

POR EDGAR DEL VALLE

La historia de un obrero (Volonté) que, obligado por las infames condiciones del lugar donde trabaja, y a pesar de no desearlo, se convierte en un sindicalista. Una obra y actuación de este magnifico actor que fue muy valorada en su momento, al grado de estar considerada con una de las grandes cintas del cine italiano, siendo premiada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes. La propaganda comunista del film es obvia, pero su sentido aleccionador no desmerita su valor narrativo, gracias en mucha parte a la pasional actuación de su protagonista y ala buena construcción de su personaje

 

Save the Tiger (John G. Avildsen, 1973)

POR EL FETT

En un guion en el que el mismo Jack Lemmon confió y apoyó por encima de la producción y el propio director, el ya veterano actor brinda uno de los antihéroes más empáticos y críticos de la sociedad americana en esta excelsa narración que abarca un día y medio en la vida de un hombre de 50 años que ve de manera literal como se derrumba su vida emocional, relacional, económica y laboral. Una espiral de tragedia, la crisis por la que pasa su personaje es perfectamente ejecutada psicológica y físicamente, logrando que toda la narración de Avildsen (el rey de los underdogs fílmicos) se enfoque sin reparos en su talento. Lemmon conseguiría con este impulso creativo y su excelente interpretación su segundo y último Oscar.

 

Network (Sidney Lumet, 1976)

POR EL FETT

Network - Sidney Lumet

Un sumario de terror televisivo en el que Lumet, gracias a su gran experiencia en el medio, proyecta toda la obsesión corporativa por la obtención del preciado rating. Dos diferenciaciones narrativas: en un primer plano estamos ante un apuesta neorrealista, mostrando la crueldad, casi a manera de testimonio o documental, de aquellos inmiscuidos en la manutención de la audiencia a través del cualquier medio; por otro lado, Lumet se sumerge en una ficción compleja a través de la deshumanización de sus personajes, resaltando claramente la demencia del inmerso e inmenso Peter Finch, vehículo para un discurso satírico – crítico que para el director habrá resultado un manjar de dialecto y comunicación de su estilo y discurso. Complementan reparto una competencia histriónica avasallante: Dunaway, Duvall y Holden

 

Novecento (Bernardo Bertolucci, 1976)

POR EL FETT

314 minutos. Si bien su visionario puede ser descartado por el espectador promedio, lo hecho por Bertolucci es un compendio fílmico – histórico sobre la Italia de comienzos del Siglo XX, abarcando 5 décadas (1900 – 1950) en donde el cineasta toma como excusa una historia de amistad y fraternidad para exponer no solo la ideología política y social de un país dividido y caracterizado en aquellos tiempos por su fascismo, sino también como un remanente de vital importancia de la revolución industrial europea. Una obra monumental, quizá para algunos diste de ser un baluarte fílmico, pero Bertolucci trasciende el arte para posicionar su pieza como un baluarte histórico. Como dato colateral, si bien ya había dado señales de coqueteo hacía con la industria hollywoodense, es aquí donde acepta la comunión de su lenguaje y el de su propia corriente

 

Norma Rae (Martin Ritt, 1979)

POR EDGAR DEL VALLE

Película basada en hechos reales, que quizá es la que mejor demuestra la ideología de este director, al contar la historia de una trabajadora fabril que lucha por lograr conformar un sindicato que defienda los derechos de su gremio (un tour de force magnífico por parte de Sally Field, que se llevaría el Oscar, el Globo y el premio del Festival de Cannes). Una de las grandes virtudes de la película es su guion (reconocido de manera internacional también con varios premios), que construye personajes atractivos, con los que el espectador puede sentirse, si no identificado, sí al menos solidario. La cinta también fue nominada a mejor película de ese año. La escena clímax en la fábrica es sencillamente legendaria

 

El Hombre de Hierro (Andrzej Wajda, 1981)

POR EL FETT

Cannes también ha sido tendencioso, mostrándose en algunas ocasiones más solidario que objetivo con ciertas causas políticas o sociales, siendo quizá el más sonado de los casos esta secuela de Wajda de El Hombre de Mármol, y que para bien de la cinematografía, coincide con ser uno de los documentos artísticos–históricos más sobresalientes de la historia gracias a que Wajda narra un acontecimiento en el instante de sus sucesos: el movimiento sindical–obrero en contra del régimen comunista en Polonia. Si bien es una combinación entre ficción y realidad (con varios pasajes de material documental), el experimentado cineasta no pierde su sentido dramático, filmando con mano de hierro una entrañable odisea de heroísmo y fraternidad, más madura y mejor afianzada que su antecesora.

 

Silkwood (Mike Nichols, 1983)

POR EL FETT

Silkwood 2

Un thriller muy bien ejecutado (y emppoderado) por parte de un Nichols  solventado mayormente por un libreto de excelente estructura responsabilidad de Nora Ephron. La historia biográfica trata sobre Karen Silkwood, una trabajadora metalúrgica que será torturada física y psicológicamente cuando esta revele secretos que pueden acabar con la corporación. La actuación de Meryl Streep le valió una de sus tantas nominaciones al Oscar, pero es Cher (si, la cantante) la que se roba la escena con su actuación de reparto. Al final Silkwood conseguiría 5 nominaciones al Oscar incluyendo película, director y guion, convirtiéndose en una de los estandartes fílmicos sobre la fuerza laboral femenina en los 80.

 

Working Girl (Mike Nichols, 1988)

POR CHIKILLA

Working girl (poster) - Sigourney WeaverAunque el excelente guion se centra en el personaje de Griffith, una trabajadora secretaria en el departamento de adquisiciones de un banco en Wall Street, la hipócrita, mandona, esclavista y méndiga de su jefa es interpretada por Sigourney Weaver, en un papel que daría rienda suelta a otra de sus facetas muy conocidas: la de villana. Una muy entretenida comedia que incluso sentaría muchas de las bases para el tópico de la (el) jefa (e) manipuladora, aunque Weaver solo aparece durante algunas pocas escenas, su pintoresca, odiosa pero funcional presencia fue suficiente para poner en jaque a los protagonistas, a la audiencia y hacerse de una nominación al Oscar y uno de los dos Globos de Oro que se llevó aquel mismo año, este como mejor actriz de reparto.

 

La chica de la fábrica de las cerillas (Aki Kaurismaki, 1990)

POR BEDUB

Iris es una mujer solitaria con un trabajo aburrido y rutinario en una fábrica de cerillas, vive con sus padres a quienes tiene que darles todo el dinero que gana, su único desfogue es un bar al que acude cuando puede. Allí conocerá a un hombre para pasar la noche y queda embarazada, en su mente encuentra una posibilidad de formar un hogar y ser como las otras personas, pero él padre no quiere el niño y la obliga a practicarse un aborto. Sin ninguna esperanza en su vida realizará un acto macabro.  Nuevamente el director finlandés lleva al límite a su protagonista, pero esta vez deja de un lado el humor para tornarse oscuramente serio.

 

Glengarry Glen Ross (James Foley, 1992)

POR EL CINE ACTUARIO

Con un elenco de lujo (Pacino, Harris, Lemmon) y un guion excelso de David Mamet, la historia de un grupo de vendedores de bienes raíces dispuestos a todo por cumplir con sus metas es una demostración de la deshumanización y el materialismo excesivo en un mundo salvajemente capitalista dónde la ganancia está por encima de todo. Con un guion ingenioso dónde la base principal son los diálogos, el ritmo permite generar remates de impacto entre cada participación. A pesar de que quizás su “stopper” sea una dirección más mesurada, la cinta no desmerece y termina por ser un retrato crudo de un mundo donde a veces maximizar una ganancia propia puede ser sinónimo de minimizar el bienestar de los demás.

 

Raining Stones (Ken Loach, 1993)

POR EL FETT

Ganadora del Premio del Jurado en Cannes y enmarcado su gran regreso noventero, creo que es esta no solo su mejor pieza, sino también la más cautivadora y personal. La historia de un trabajador que pese a su pobre situación económica, hará todo lo necesario para que su hija lleve un bonito y caro vestido en su primera comunión, es una carta de amor abierta para el obrero británico, que abraza la pobreza y su devoción religiosa como únicos dogmas de su inquebrantable esperanza. Concisa (90 minutos), desgarradora, esperanzadora y como siempre crítica hacía con el sistema y hacía con la discordancia ideológica del trabajador promedio, Loach demuestra aquí por qué es el rey del realismo social británico, con un discurso objetivo monumental.

 

Schindler’s List (Steven Spielberg, 1993)

POR EL FETT

La Lista como su título lo indica, es una categorización magistral del lenguaje cinematográfico; un desglose narrativo catedrático que construye a través del trabajo y el oficio una construcción empática centrada irónicamente en algo que se originó a partir de un movimiento social, sindical y político: el holocausto. Magia pura, la evolución de su personaje (extraordinario Neeson) y de su antagónico (excelso Fiennes) se baten en duelo entre la bondad y la maldad, casi como un cuento mitológico de antaño en la concepción más pura de la batalla de estos dos bandos por las almas, en esta ocasión, judías. El mejor de los Spielberg en una obra que bendice y preserva la vida a través del trabajo.

 

The Hudsucker Proxy (Hermanos Coen, 1994)

POR EL FETT

Sátira corporativa que desborda originalidad y una terrorífica y vigente realidad burocrática. Una de sus piezas más ágiles pero también más olvidadas, su valor radica en recrear dos panoramas muy distintos entre sí, pero unidos bajo el mismo concepto del consumismo; dentro de la empresa, plantean una  ambientación surrealista, jugando incluso con la ficción entre la corrupción capitalista y el sueño de un ingenuo nuevo inventor, mientras que afuera, representan una sociedad tétricamente consumidora. Los resultados de esa combinación desembocan en una de las secuencias más hilarantes de su filmografía, develando el misterio de aquel maldito y misterioso círculo dibujado en un papel y que se presume como el invento del siglo.

 

Los Lunes al sol (Fernando León de Aranoa, 2002)

POR MR. WOLF

La trama se centra en una ciudad portuaria sin nombre (rodada en la capital gallega de Vigo) en los años posteriores a la reconversión industrial. Un grupo de colegas que trabajan en los astilleros se han visto abocados al paro súbito, a unas edades maduras, debido a la arrebatadora recesión, letal verdugo en tiempo de vacas flacas. Dos de ellos encuentran una vía de escape, uno regentando un bar (La Naval) donde se reúne toda la pandilla y otro de guardia de seguridad.  Bardem  es el alma máter de este peculiar grupo de proletarios donde los diálogos están plagados de naturalidad, como si de improvisación se tratase en algunos pasajes, generando, así, emociones fáciles pero con una fuerza arrolladora.

 

The Pursuit of Happyness (Gabriele Muccino, 2006)

El desempleo sin duda alguna es uno de los principales causantes de la depresión y de un sinfín de emociones tan tortuosas y estresantes por parte del humano, que en consecuencia motivan y ensalzan la búsqueda y final obtención del tan añorado trabajo como uno de los picos de felicidad más memorables. Con un ritmo dramático ágil que, aunque un poco truqueado, luce tan real como desgarrador, Will Smith logra empatizar con ambas situaciones, primero en la desesperanza por la ausencia, y después por la catarsis emocional por la contratación, sin duda esta odisea quedará marcada como uno de los ejercicios fílmicos más recordables sobre la importancia del empleo.

 

The Devil Wears Prada (David Frankel,2006)

POR EL CINE ACTUARIO

En una vista superficial podría ser una comedia básica alrededor del mundo de la moda, sin embargo, el desarrollo del personaje principal y de algunos secundarios es un reflejo del sacrificio de la vida personal y la integridad por conservar un estatus o ascender dentro de una estructura corporativa demandante, pero cotizada. Complementando, tenemos la representación de la frialdad en Miranda, quien juega un papel importante de ser la cúpula de esta estructura y el “poseedor de almas” que le ofrecerá a los que se encuentren alrededor está jugosa tentación de sacrificar su esencia a cambio de un empleo. Guion audaz que adquirió un estatus de culto y que al día de hoy sigue generando conversación

 

The Social Network (David Fincher, 2010)

POR EL FETT

Una joya (si, lo dije, y de aquí en adelante las tres lo serán) totalmente incomprendida, y que quizá deba su infravaloración al tiempo en el que Facebook comenzaba a crecer como el monstruo social y comercial que ahora conocemos y que nos escucha en todo momento. La base operacional del millennial ve en su relato de origen fílmico una historia perfectamente encuadrada en captar la desadaptación social de sus creadores dentro de una burbuja de traiciones y juicios que a la larga solo se convierte en una deconstrucción excelsa a su complejo antihéroe. Un thriller corporativo que también es dotado de una fabulosa edición y banda sonora, La Red Social es irónicamente un relato de inadaptabilidad, un escape de la realidad que define a muchos de esa generación

 

Dos Días, Una Noche (Hermanos Dardenne, 2014)

POR EL FETT

Un drama incisivo, de una actuación formidable por parte de Cotillard y una dirección impecable que hacen de una historia convencional un relato sumamente complejo y de intensas emociones. Los Dardenne  despliegan con cruenta naturalidad la odisea de una mujer por conservar su trabajo y apenas suficiente estabilidad económica, convenciendo a sus compañeros de rechazar un bono para así recuperar su empleo. Por supuesto que la clase media baja que los Dardenne siempre han abordado en su obra aquí sirve como vehículo para evidenciar cuestionables y denigrantes tácticas laborales a un nivel internacional, dando como resultado una de las obras más profundas y vanguardistas  en cuanto a la necesidad y satisfacción por el trabajo se refiere.

 

The Wolf of Wall Street (Martin Scorsese, 2013)

POR EL FETT

Retorcidamente ingeniosa, su más reciente clásico le significó también su obra más siniestra y accidentalmente divertida ¡Pero ojo! Esto no es una comedia, sino el Scorsese en su estado más puro, lleno de ironía, sarcasmo y humor negro del más fino para algunos y más repugnante para otros. Pero la confusión es aceptable, el cineasta pugna por una historia cruel de excesos y autodestrucción dentro de un contexto cómico debido a la gracia y la naturalidad con la que se desenvuelve tanto la historia como sus histriones. Es aquí donde DiCaprio también llegará al punto y clímax de su maduración actoral, y en donde Scorsese se aprovecha de dicho talento para proveer la mejor química actoral de su carrera desde Goodfellas, pero en esta ocasión desde una naturaleza más fraternal.

 

I, Daniel Blake (Ken Loach, 2016)

POR EL FETT

La segunda Palma llegaría de uno de los dramas más desgarradores, anti sindicales y sociales de su filmografía, un doble retrato sobre la pobreza y las condiciones laborales precarias a los que son sometidos gran parte de la población británica. Casi documental, Loach explora los barrios bajos de esta medio – bajo estrato para de construir la esperanza de un mejor mañana, viendo en Blake un héroe callejero que frente a la desesperación, saldrá a las calles a gritar y clamar por sus derechos. De un tono muy personal, la figura de Blake y de la contra parte femenina en una madre soltera que debe mantener a sus dos hijos, son precisamente las perfectas extensiones de su símbolos trágicos heroicos, alcanzando aquí una catarsis social de tremenda empatía.

 

Sorry We Missed You (Ken Loach,2019)

POR EL CINE ACTUARIO

El entorno económico ha cambiado, así como las formas de laborar dentro del mercado. Bajo esa óptica, Ken Loach ofrece una crítica hacía “formas” más modernas de precariedad: “el autoempleo”, a través de la historia de un padre de familia agobiado por las deudas, y convencido de que bajo el trabajo de repartidor autónomo saldrá del hoyo en el que se encuentra. Para Loach la trampa de estos empleos radica en esa falsa libertad intercambiada por la falta de derechos, generando trabajadores autónomos que, engañados, laboraran sin parar. Una película dura, que actualiza el discurso pro-obrero de Loach a tiempos más modernos (o quizás en esencia en 30 años casi nada ha cambiado). Para discutir.

 

El Buen Patrón (Fernando León de Aranoa,2021)

POR EL CINE ACTUARIO

Comedia ácida acerca de las vicisitudes laborales que sigue la historia de Blanco, el dueño de una fábrica de balanzas que, con el objetivo de intentar ser “un buen patrón” vela por el bienestar de sus empleados hasta el punto de inmiscuirse en su vida privada. En tono satírico la cinta es una revisión interesante de la dicotomía de Kant sobre el amo y esclavo trasladadas al plano laboral, añadiendo a un Bardem en una de las mejores actuaciones. La película es una mezcla deliciosa entre lo filosófico y lo cómico que no deja títere sin cabeza, burlándose de toda la estructura empresarial. Para Fernando todos tienen parte de responsabilidad en estas relaciones codependientes.

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