8 Personajes Inadaptados del Cine para celebrar a Ernesto en su ¿? Aniversario
En realidad hoy no es su cumpleaños, pero como nadie sabe cuándo es (Es verídico), el equipo de Cinescopia ha decidido instaurar el 13 de Octubre como el día Internacional de la no popularidad y por ende, el día en que nuestro querido weon Ernesto cumple años. Se han manejado varias versiones, desde la clásica teoría del viajero en el tiempo atrapado por siempre en el cuerpo de un adolescente mundano y sin chiste, hasta que en realidad dicha fachada es solo el alter ego de un superhéroe atemporal que defiende a Chile de las fuerzas malévolas de la naturaleza; todas ellas muy viables e incluso analizadas en los últimos 20 años, pero ninguna tan absurda e imposible como en la que se piensa que Ernesto es Carlos MuLec, también conocido como Carlos Matías ¡Por favor! ¿Ernesto es un chileno adicto a la wea y al Colo Colo? Esta teoría tan pobremente infundada por Dr. Dark es tan ridícula como pensar que el Atlas de México algunas vez será campeón de la liga.
Entonces, cambiando las leyes de la historia y de los días festivos y de esas weas, Cinescopia y sus autores han decidido felicitar a Ernesto no solo con la pintura renacentista del weon del Arquicruz que siempre anda de adulador con el Ernesto, sino también recordando a 7 personajes inadaptados del cine tal como nuestro querido corresponsal chileno.
Les dejamos al último también con todas las aventuras de Ernesto deseándole a él y a Carlos Matías (Pobre Dr. Dark no sabe lo que dice) un muy feliz cumpleaños aunque no sea su cumpleaños.
St. Vincent (Theodore Melfi, 2014)
Cuando se trata de hablar de inadaptados en el cine hay diez letras que se repiten continuamente B I L L M U R R A Y.
Bill Murray siempre anda de pleito con la sociedad, con el concepto “mentalmente sano” de la psiquiatría y hasta con el clima; cada vez que veo una película de él, me quedo con la impresión de que éste hombre no actúa. Se representa a sí mismo.
Tal vez voy a hablar de su papel menos sobresaliente, porque St. Vincent no hizo mucho ruido, pero para hacer honor al inadaptado que está cumpliendo años, “o séase” el puberto insolente de Ernesto, la opera prima de Theodore Melfi le queda más que bien, por aquello de que “las cosas no son lo que parecen”.
Así que ándese con cuidado con Ernestito porque puede ser un verdadero dolor de cabeza, y no juzgue a St. Vincet como una comedia rosa porque no lo es. Podrá tener a una Melissa McCarthy, que gracias a Dios no hace gala de las actuaciones que la caracterizan. También tiene una Naomi Watts simpática y despreocupada por su apariencia, pero lo que más tiene, y bastante, es el toque Bill Murray.
Oliver (Jaeden LIeberher) está viviendo la separación de sus padres, Maggie (Melissa McCarthy) su madre, lo ha llevado a vivir con ella, corriendo con la suerte de instalarse justo al lado de la desvencijada casa de Vincent (Bill Murray). Maggie debe aumentar sus horarios de trabajo por lo que no le queda más remedio que dejar a Oliver al cuidado de Vincent quien incluirá al niño de 11 años en sus visitas al hipódromo, al bar y hasta a su relación con Daka (Naomi Watts) una stripper rusa embarazada.
Después de Lost in translation Murray no había lucido lo que se debe. Al tejano Wes Anderson le encanta incluirlo en sus películas con personajes memorables, pero a dosis muy bajas (Rushmore, The Royal Tenenbaums, Fantastic Mr. Fox, El Gran Hotel Budapest); sin embargo, Melfi puso todo el peso de St. Vincent en los hombros del Cazafantasmas. Por fortuna la química entre su pequeño co-protagonista fue buena, Jaeden Lieberher se ve como pez en el agua hablando al tú por tú al viejo cascarrabias.
Otro buen acierto del director fue la música, que estuvo a cargo de Theodore Shapiro. El soundtrack incluye dos o tres canciones memorables, ver a Murray cantando a Bob Dylan es un regalazo, casi podría decir que St. Vincent como película es un excelente videoclip (terminología de ruca ya sé).
St. Vincent no es la consagración de Murray, tampoco le dio los grandes premios, pero para los seguidores del inadaptado por excelencia como yo, nos queda el consuelo de decir que St. Vincent es Bill Murray, y Murray es ácido, grosero, desaliñado, gruñón y antipático. ¡Qué casualidad, Ernesto también!
La Dolce Vita (Federico Fellini, 1960)
Un corazón enamorado, un hombre con instintos ardientes, un apasionado de la vida, un cansado de tanto andar por laberintos de fiestas, excesos y soledades unas veces compartidas y otras menos… así es Marcello, un hombre de espejos y personalidades llenas de altibajos que de cualquier forma fascinan. Ya sea admirando la belleza de una mujer mojada en la Fontana di Trevi (bellísima metáfora del erotismo al más puro estilo italiano), salvando putas, redimiendo paternidades, mandando el mundo a la mierda o renunciando voluntariamente a un sendero de paz y bienestar.
Diríase que Marcello representa para muchos (me incluyo), ese personaje que quiere y no puede, que intenta pero la vida le alcanza sólo para eso, para ser un mal chiste lleno de contrastes que a veces se sufren y otras tantas se padecen; la clave es que nadie lo note, que no se sepa cuál es el verdadero yo de nuestras entrañas. Ahí radica el encanto, el desprecio y la incomprensión total de un hombre que en su renuncia a los convencionalismos de lo cotidiano, reafirma la visión de su director, de una época convulsa y de toda una generación de Marcellos al rededor del orbe, cuyo único pecado (si es que hay tal) es querer tomar una opción distinta, que sí bien parece fácil, a menudo suele ser una de las más complicadas.
Estimado Ernesto, habitante de tierras sureñas y enigmas psicológicos, que sirva este pequeño homenaje para desearle un feliz día (aunque sigamos sin saber si efectivamente es éste el de su natalicio, qué más da). Gracias por su duda, su cinismo, su misterio y su toque de humor que llega cálido y entra como mantequilla a este país lleno de picante, limón y sal, que en combinación con sus letras, resultan en todo un agridulce cóctel que mata sedes y deja siempre con la sensación de querer más. No nos deje sin su dosis
Juno (Jason Reitman, 2007)
Y no podría faltar el inadaptado femenino en esta lista de recomendaciones para Ernesto. En este caso una chica adolescente con una personalidad no muy mainstream pero que se enfrenta con una de las situaciones/problemáticas más comunes de esa etapa: el embarazo no deseado. Entonces tenemos esta interesante propuesta en la que incluye comedia, drama y muchos issues, además claro, nuestra inadaptada social que no es tanto que sea una antisocial, sino que tanto su carácter como sus ideales no son precisamente de la madurez de alguien de su edad. Y es que esta chica se encuentra ante el dilema de estar embarazada de su mejor amigo y el de tomar la decisión de no abortar y dar en adopción a su futuro bebé, así como todos los comentarios y críticas que recibirá por su posición.
El carisma de Juno lejos de molestar crea una empatía hacia el espectador que hace esta cinta un poco distinta de sus compañeras de temática, además que cuenta con ese toque de sentimentalismo justo que no empalaga y que junto con la comedia da en el clavo a la fórmula para que la situación cliché de la historia no pase desapercibida dentro del género. “No es otra típica chica adolescente”…
Girl With The Dragon Tatto ( David Fincher, 2011)
¡Ya se, ya se! Se supone que la versión sueca de la misma novela, Los Hombres Que No Aman a las Mujeres (Steig Larson, 2005), es mucho mejor, pero ¿saben qué? No la vi y la verdad no me importa, solo vi la versión gringa y la disfrute…
Hacker con habilidades excepcionales, memoria fotografía y un pasado y presente dolorosos, Lisbeth Salander es sin duda un personaje arquetípico del inadaptado social que no es muy popular.
Magistralmente interpretada por la “mega cute” Rooney Mara, quien abandonó su aspecto de princesita de Disney desvelada para convertirse en la imponente e intimidante Salander, en la citada película nos da una cátedra de cómo dar su merecido a patanes misóginos despreciables sin perder el estilo y de paso merendarse a Daniel Craig… Aquello de “you need to stop talking” antes de fornicarlo es de antología.
Felicidades, bien Ernesto, y sigue tan impopular como siempre!
A Clockwork Orange (Stanley Kubrick, 1971)
Ya aterrizado en tierras mexicanas, éste es mi primer post escrito desde este lado del Atlántico. Estimado Ernesto, cuando me dijeron que la temática para homenajearle en su cumpleaños, era la inadaptación social, al momento me vino a la mente la clásica cinta del gran Stanley Kubrick, A Clockwork Orange (1971).
Sin duda alguna mi cinéfilo inadaptado social favorito es Alex DeLarge, psicópata, ultraviolento, adicto al sexo, enamorado de la música Beethoven y de su banda de amigos “Los Drugos”
Alex disfruta usando la violencia porque lo necesita para vivir, no está integrado en la sociedad porque le resulta imposible acatar las reglas que se le imponen. Él se rebela contra la sociedad pero no por algo moral o por sus ideas políticas, de hecho ni tiene ideales. Se ha criado en un ambiente familiar carente de afectividad y sólo siente pura agresividad en su interior. Obviamente es una conclusión de la sociedad donde vive, donde empieza siendo un verdugo para terminar siendo un ejecutado. Ahí la sociedad le hace entrar en razón a base de violencia; es como la ley del Talión, la conocida fórmula del ojo por el ojo y diente por diente.
Por lo tanto, es la misma sociedad la que genera violencia. Todos y cada uno de nosotros somos, en parte, inadaptados sociales porque no siempre acataremos las normas que se nos imponen y siempre trataremos de manifestar nuestro malestar. Lo que ocurre es que unos usan caminos más violentos y otros somos más reivindicativos.
Desconozco si usted, estimado Ernesto, sea un inadaptado social o no. Lo que sí le puedo decir es que manifieste siempre su malestar pero sin usar la violencia. Le deseo un feliz cumpleaños y que cumpla muchos más (y que yo lo vea) Un saludo desde mi exilio tapatío.
The Big Lebowski (Joel Coen, 1998)
Después de colaborar unos meses con esta finísima persona, uno pensaría que tengo una clara idea de cómo es este señor y que incluso he llegado a apreciar su personalidad tan propia de él.
Pero ni una ni otra, esa incapacidad de Ernesto por pertenecer a algo le da una libertad de andar por todos lados, cuando parece que busca cuando el realidad solo está pasando el rato.
Esa actitud tan desenfadada sólo podría ser equiparada al mítico personaje que encarna Jeff Bridges en los noventas conocido como The Big Lebowsky, a quien sin embargo no le gustaba ser llamado por su apellido, sino por su apodo “The Dude”.
Al igual que de The Dude, posee la habilidad para resolver cualquier disputa al hacer énfasis en que lo que dices o argumentas como algo establecido no es más que tu simple, vana y subjetiva opinión.
Así que para festejar a este impopular observador de la naturaleza, nada como divertirse de nuevo con esta cinta y su desfile de personalidades excéntricas en situaciones no menos bizarras que estos.
Que pases un feliz cumpleaños y que sigamos ilustrando tus ocurrencias muchos años más.
Frank (2014, Lenny Abrahamson)
Si bien no considero esta película el mejor ejemplo de su categoría bajo méritos puramente cinematográficos, si nos centramos en el aspecto bizarro de caracterización que pudiera considerarse “anormal”, los pocos méritos de la película, ya sean interpretativos o temáticos, giran fantásticamente en torno a esto. Curiosamente, no por medio del personaje protagonista, si no el personaje bajo el cual está centrada toda la película, un Michael Fassbender que cómo “Frank” (líder de una banda de música indie-experimental) nos recuerda mucho a inadaptados reales como Captain Beefheart, especialmente debido a que esa caracterización está presente desde su ya emblemático diseño hasta su complejidad en torno a sí realmente esta personalidad representa el núcleo de quien es o es solamente una fachada bajo la cual expresar ideas que de otro modo no encajarían. Algo que en cierta forma puede asemejar lo que nuestro compañero autor de Cinescopia hace con su Ernesto.
Scott Pilgrim vs The World (Edgar Wright, 2010)
Ni siquiera me gusta mucho esta película ¡Vamos! No la considero digna de ocupar espacio en mi videoteca selecta, pero hay algo en la obra juvenil de Edgar Wright que me hace verla cada vez que me la topo en la televisión. Quizá es ese humor geek desvergonzado que se asemeja mucho a cuando los personajes expresan sus emociones en el manga y/o animación oriental; quizá sea ese tono infantiloide y despreocupado que la hace tan entretenida y agradable; quizá sean esos elementos de consola de videojuego que la convierten en un himno a la añoranza; quizá sean sus personajes caricaturizados que en su claro aire de geeks o raritos inadaptados, convierten su mundo en una especie de escape mental proyectando el “cómo sería” en lugar del “que real”; quizá sea Ramona, esa chica cachetona sexy de cabellos de color; quizá sean las coreografías, las espadas, las artes marciales, la música punk y la unión de todos estos elementos que causan el nerdgasmo visual a mas que uno ¡O ya se! Quizá sea el retrato de la psique de cualquiera de nosotros en nuestra juventud al estar inmiscuido en el mundo de la música, videojuegos, noviazgo y/o conflictos de cualquier universitario ¡Sí! Es eso, Scott Pilgrim no era tan popular tampoco
Original, fresca y alejada de todo cliché, Scott en cierta manera me recuerda a Ernesto su frescura y humor negro, por su manera despreocupada de afrontar los conflictos y por ese tono ácido del que me declaro fan que lo hace incluso ser un adicto al cine serie b, alejado de toda mundanidad socio cultural que pueda afectar su balance, si es que tiene alguno ¿O me equivoco?
Feliz cumpleaños estimado