A Simple Favor: Entre la sátira y el thriller
Enigmática desde sus avances, A Simple Favor es la nueva película protagonizada por Blake Lively y Anna Kendrick, dos actrices que poseen un encanto particular que no siempre encontramos en pantalla. La dupla suena por demás interesante, además de una primicia que sugiere una misteriosa desaparición, ¿son estos elementos suficientes para hacerla la recomendación de la temporada?
Un pequeño favor, está basada en la novela homónima de Darcey Bell y cuenta la historia de Stephanie (Anna Kendrick), una joven madre y bloguera que se hace amiga de la sofisticada y misteriosa Emily (Blake Lively). Cuando esta desaperece de manera repentina, Stephanie comenzará a buscarla con ayuda del marido de Emily, Sean (Henry Golding). Su objetivo será descubrir la verdad en una trama llena de traiciones, secretos y revelaciones, amor y lealtad, asesinato y venganza.
Leído esto (y si es que han visto el trailer), es imposible no comenzar por comparar esta película con Gone Girl (Perdida, 2014), por supuesto no en narrativa pero sí en la creación de un personaje que nos deja ver desde sus primeros momentos en pantalla su verdadera naturaleza. Lo dispar aquí se nota en su tratamiento, pues A Simple Favor se deja llevar totalmente por un juego satírico en el que las situaciones absurdas y ácidas son el mayor protagonista.
Esto no es precisamente algo negativo, no apto para todo mundo y sin ser la obra perfecta, la película logra el cometido de ser una propuesta poco común que se agradece entre lo que parece una fábrica monótona para la industria actual del séptimo arte, creando una especie de thriller cómico que nunca deja de lado el humor negro para complacer a la audiencia.
Aunque predecible entre sus tantos giros de tuerca, también es fácil notar la química entre Blake Lively y Anna Kendrick en pantalla, quienes crean personajes bastante amenos y carismáticos que consiguen generar ese halo de misterio que la historia promete.
A Simple Favor es una propuesta interesante para salir de los rutinarios blockbusters en cartelera, una cinta que raya en la absurdez pero que al mismo tiempo resulta su característica más fuerte: ¿una cualidad buena o exageradamente diferente? Eso lo decide cada quien al salir de la sala.