Aftersun: Mucho corazón y poco cerebro

El distintivo del cine

¿Cuál es el distintivo de cine cómo arte o lo que lo hace diferente a otras disciplinas?

Tal pregunta puede tener una respuesta compleja, pero para efectos prácticos, daremos la siguiente definición: es la combinación de varias artes y materias, teniendo como base la fotografía, el histrionismo y la literatura, siendo articuladas todas ellas por el montaje.

Haciendo una analogía al cuerpo humano, la fotografía es el corazón, las actuaciones los movimientos corporales, la edición venas, huesos y articulaciones, y la literatura (o narrativa) es el cerebro.

La gripe del cine del siglo XXI

El cine en los últimos tiempos ha estado apostando por un estilismo más sobrio (especialmente el que proviene del cine indie y que se etiqueta como alternativo), una forma de hacer séptimo arte que, aunque no agrade a algunos, es válida siempre cuando no se olvide el principio básico de contar una narrativa y no base su manufactura únicamente en la parte visual (sino sería como un cuerpo humano que solo utilizara el corazón y no el cerebro).

Por desgracia, y en reflejo de lo que es el arte postmoderno, que se preocupa más por la subjetividad del espectador que en la técnica, han surgido un pastiche de cintas “de más estilo que sustancia”, dónde contar una historia ya no parece el objetivo principal de los realizadores, sino en crear experiencias visuales y sensoriales sin una pizca de narrativa, haciendo que las películas se sientan vacías.

Impulsadas por un sector del público que, en búsqueda de no consumir lo “mainstream” aplaudirían hasta un “pedazo de caca”, justificándolo todo con las frases cliché: “es que si no conectas no le vas a entender” o el clásico “esta obra no es para cualquiera, sino le entiendes mejor vete a ver Marvel o DC que para eso te alcanza el cerebro “, cada año tenemos una película de esta clase (unas más elaboradas cómo otras), y como las enfermedades respiratorias, suelen ser estacionales e infectar a gran parte de la población o a un sector específico, y al final pueden dejar secuelas en algunas personas.

Y la nueva gripe de la temporada cinematográfica es Aftersun, una cinta que repite todos los tropos de este tipo de películas contemplativas, y que está siendo elevada como “la nueva obra maestra”, pero que sigue siendo la típica cinta festivalera con todos los estereotipos muy mal encausados alrededor de los “daddy issues”.

¿Y eso es todo?

La trama de Aftersun cuenta la historia de Sophie, que tras el nacimiento de su primer hijo, comienza a recordar las vacaciones que tuvo con su padre en Turquía, quien comenzaba mostrarse distante por los problemas económicos y laborales. Todo este viaje al pasado desembocó en una tragedia que ocurre derivada de la depresión del padre de Sophie, y que hace que esas vacaciones hayan sido la última vez que la protagonista estuvo con su papá, concluyendo con el perdón de ella por “haberla abandonado”.

Y ya, esto es toda la trama a “grosso moddo”, que transcurre durante 101 minutos, de los cuales 95 (salvó dos escenas interesantes) se desenvuelven entre fotogramas con textura DVR de Sophie en versión niña corriendo alrededor del resort con su padre, haciendo una elipsis (pésima en la mayoría del tiempo) con la Sophie adulta (cabe decir que estos momentos no aportan nada el desarrollo de la trama, y son pocos o nulos los que dan un aporte biográfico alrededor de sus protagonistas, dando un desarrollo o exploración inexistente). Cuando verdaderamente la cinta alcanza su tono dramático en los últimos minutos, se nos revela una parte interesante con respecto a la historia del padre, con lo cual uno se hace la pregunta ¿Valen la pena 95 minutos de metraje para llegar a una sola conclusión narrativa?

Básicamente es como si la directora hubiera encontrado un casette de una cinta DVR de las vacaciones de cualquier familia con el poder adquisitivo para irse a Turquía, le hubiera metido algo de trabajo de edición con algunas escenas de su cosecha, e intentara contar una historia con lo que encontró de esa grabación, sin embargo, como no existe ni una exploración de personajes, ni de la trama, se brinca la introducción, el desarrollo, el nudo y llega a una especie de “conclusión” sobre lo más interesante que encontró en el casette, tratando de unir las piezas de un rompecabezas que en sentido ni siquiera tiene esquinas para unirse.

“Al diablo la narrativa” dijo la directora ¿Quién necesita de eso? Cuando con una grabación DVR puedo intentar hacer una película, la vendo como única y diferente, y que sea el público quien rellena los huecos argumentales que yo no puede tapar.

Y aunque tiene una buena fotografía, la ambigüedad con la que maneja su historia, quitando axiomas básicos de una trama tan siquiera decente, es lo que termina por hacerla un producto superficial, vacío y hasta insulso.

Y ojo, las narrativas lentas no son malas y tampoco este estilismo contemplativo es el demonio. Ejemplificando, hay dos películas de este 2022 que se encuentran en el mismo tono, y que a pesar de utilizar este recurso tienen excelentes narrativas: Tar y The Quiet Girl, esta última en especial con una historia similar acerca de “daddy issues”. Ambas infinitamente mejores a Aftersun.

El hype “Mescal”

Quizás lo más destacado es la actuación de Paul Mesca. Es muy común que estos actores se luzcan en este tipo de escenarios dada la ambigüedad narrativa, la cual les da un poco más de libertad en sus personajes y por lo que consecuentemente se les tilda como “que otorgan un plus”. Mescal entiende el personaje va más allá de lo que le pide el guion y director. Buen trabajo.

Calificaciones

Guion: 1.0 – Hay más mares en Bolivia que guion en Aftersun.

Dirección: 2.2 – Fotografía decente, edición mediocre.

Actuaciones: 1.8 – Paul Mescal es lo poco que sostiene la cinta

Extras: 0.4 – El estilo DVR no está mal

Calificación: 5.4 – Mediocre

El gusto por el cine o una película puede ser subjetivo, lo que no es subjetivo es el cine como técnica artística; en ese sentido podrá haberles gustado mucho Aftersun y habrán llorado con esta “historia paternalista “, pero siendo objetivos en cuanto al arte básico de la narrativa (con estructura de introducción, desarrollo y desenlace, incluso en una presentación lineal o no lineal), la película no tiene sentido, y solo es un pastiche de secuencias y fotografías más o menos bien montadas, pero sin ningún significado propio y trascendental entre su unión.

Por lo que, volviendo a la analogía del cuerpo, Aftersun está lejos de ser considerada una consistencia cinematográfica, pues tendrá corazón, pero le falta cerebro. Júzguenlo ustedes.

¿No será que en el fondo todas estas personas que se dicen promover un cine más alternativo y se quejan de un Cameron o de Marvel por ser un vendehumo por crear experiencias audiovisuales superficiales están cayendo en en el mismo error de crear con medios más modestos obras igualmente vacías y vendehumo porque no han comprendido que la esencia completa del séptimo arte es la narrativa por encima de cualquier mensaje o experiencia sensorial y emotiva (y como complemento de estas dos últimas)?

PD 1: He leído varias quejas de que probablemente sino te gusta Aftersun, es porque como hombre te sientes acomplejado con el personaje del padre. Sobra decir que ejemplos de retratar la masculinidad tóxica en el mundo del cine y como afecta a las relaciones padre-hija hay de sobra en el cine. Pero por el momento les recomendare la cinta, Tony Erdman, que retrata el tema y es todo lo contrario a Aftersun, con buena narrativa y un excelente desarrollo de personajes.

PD 2: La cinta no es popular, fuera del círculo de cinéfilos, a la gente de a pie le importa un carajo está historia y están más ocupados hablando del Gato Con Botas y llenándole los bolsillos a Cameron , así que no digan que algo es popular solamente porque en Twitter (y ni siquiera en todo sino en una parte) se habla de eso.

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


5 Comments

  • “ ¿Valen la pena 95 minutos de metraje para llegar a una sola conclusión narrativa?” tienes la osadía de escribir frases tan hirientes como la anterior, pero yo le dediqué 6 minutos a leer tu crítica y ya me siento estafado. Aftersun no es “la nueva obra maestra” pero ponerle un 5 es pasar de noche en un día soleado. Y por cierto, si te dignaras a conocer Bolivia te darías cuenta que el lago Titicaca bien podría parecer un mar.

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  • Escribir de cine no es lo tuyo. Mucho menos saber interpretar.

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  • Creo que todos tendrán sentimientos diferentes.

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  • ¿A quién le ha sorprendido que desde el autodenominado “el mejor blog de cine” (boom) se escriban estos textos –porque, ay, amigo, esto no es una crítica– en manos de un frustradito con pretensiones?

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  • ¡ALERTA!

    El autor del blog defiende que “la esencia completa del séptimo arte es la narrativa por encima de cualquier mensaje o experiencia sensorial y emotiva.”

    Creo que no hace faltar reseñar nada más. O quizás sí. Para el autor, el arte (en genérico) no debe generar emoción ni sensación ninguna, solo debe narrar, contar, explicar, nada más. Menos aun el cine. No hay vida más allá de la fórmula planteamiento, nudo y desenlace.

    En fin. Con tamaño presupuesto de partida, apaga y vámonos.

    P.D. Si les gusta que les cuenten historias masticaditas y desmenuzadas, que no requieran del menor esfuerzo para comprenderlas y que, una vez consumidas, no les dejen ningún pósito sensitivo ni de reflexión, sigan las recomendaciones del autor.

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