All Fun and Games: Incrementar la lista del terror, pero no aportarle nada.

El terror como género dentro de la cinematografía se ha ramificado de tal manera que, conforme avanzan los tiempos y emergen nuevos realizadores, se vuelve más intrincado y llamativo. Puede permitirse las risas con una comedia, lo extraterrestre a través de lo cósmico, las tradiciones exhibidas en un folk… hay tanto por mezclar con su esencia, que las posibilidades se han vuelto variopintas, una más apetitosa que la anterior.

Esto no necesariamente demerita aquellas hechuras que se ciñen a los básicos con los que el terror fue erigido, pero sí nos hacen observar con otros ojos los productos que no terminan por cuajar. ‘Juega o Muere’ llega a la cartelera en México para contarnos de los Fletcher, quienes habitan en el frío Salem, Massachusetts. La historia se desenvuelve a partir de que Jo, el más pequeño de los hermanos, encuentra un cuchillo forjado de hueso abandonado junto a un diario. Después de quitarle la mugre y leer las palabras que tiene acuñadas, se verá obligado por fuerzas superiores a instigar a sus hermanos (Asa Butterfield, Natalia Dyer) y el resto de las personas que se encuentran en la casa a jugar con él. Intentando evadir esas mortales diversiones, los Fletcher buscarán la raíz del espíritu que los aqueja, queriendo detener la tragedia.

Como se puede apreciar en la sinopsis, ‘Juega o Muere’ se estructura en forma de slasher para atraer a la audiencia. Su problema, sin embargo, radica en que pareciera más un filme manufacturado para marcar las casillas de los clichés, sin intentar ofrecer una visión que aporte algo más. Así es como se va componiendo, cual si fuera rompecabezas, de características conocidas y sobreexplotadas del tema: un objeto maldito, una familia rota o disfuncional, un demonio – y la casi inevitable posesión -, un grupo de adolescentes… la lista se incrementa mientras disminuye su atractivo y, por ende, nuestro interés.

A los puntos negativos de ‘Juega o Muere’ habría que añadirles el hecho de que la dirección y el guion de la cinta, ambos llevados a cabo por Ari Costa y Eren Celeboglu (conocidos por ser productores del MCU), jamás confían en la inteligencia del espectador, y reiteran una y otra vez las razones que convirtieron a los hermanos protagonistas en jugadores. La trama se desarrolla tropezando frecuentemente con flashback tras flashback que, además de volverse cansino, se utiliza de modo desmedido para provocar jumpscares, transformando al largometraje en un menjunje atascado de éstos.

Si bien pueden ser las actuaciones un elemento que intenta salvar a ‘Juega o Muere’, también éstas carecen de fuerza para lograrlo al final. Natalia Dyer tiene ciertos momentos de relevancia, pero se opacan a medida que el cierre aflora inminente y apresura su participación; y, aunque se nota que Butterfield goza su papel y desea exprimirlo al máximo, poco puede hacer con diálogos huecos y víctimas de cartón (que, por si fuera poco, se sienten como elegidas para dar lecciones de moral al público).

Presumiéndose como la ópera prima de sus directores, ‘Juega o Muere’ probablemente se recordará a la postre como una película más dentro del subgénero, arrasada por propuestas que se arriesguen más o propongan algo de verdad memorable. Pálida y acelerada, deja un sabor tan insípido como el nombre genérico con el que la titularon en nuestro país.

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Acerca del autor

Ale Vega    

Fan del cine, la lectura y el fútbol, y siempre a favor de las propuestas que incomoden y cuestionen. Fiel creyente de que el arte no debería calificarse con estrellitas ni medirse a través de la taquilla. Todo lo vivo como un tiro al travesaño.


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