Bandersnatch Black Mirror volviendo a sus orígenes

La serie británica Black Mirror desde sus inicios se ha caracterizado por tocar temas de actualidad haciendo una crítica social o simplemente mostrando de qué manera ha o puede evolucionar el siglo 21. Sus primeras 3 temporadas fueron muy buenas, los relatos eran contundentes, la producción impecable y siempre han procurado tener muy buenos actores para desarrollar muy bien sus tramas. La cuarta temporada llegó asociada con Netflix y si se notó el cambio; hay más juicios morales, está más “políticamente cuidada” pero aun así fue mantuvo su calidad.

A finales de este 2018 lanzan, tal vez, la apuesta más grande de la serie y del mismo Netflix, un episodio interactivo llamado Bandersnatch. La historia es simple, en 1984 un joven programador de videojuegos de 19 años llamado Stefan Butler (Fionn Whitehead), está creando un juego interactivo llamado Bandersnatch basado en un libro del mismo nombre. Este libro tiene la misma particularidad de ser interactivo (escoge tu propia aventura), además de que su autor enloqueció y mató a su esposa, por lo tanto hay toda una leyenda alrededor de este. Nuestro protagonista ya tiene un demo listo para presentar a una empresa de videojuegos, donde además trabaja su ídolo Colín Ritman (Will Poulter), otro joven creador de varios videojuegos muy exitosos de la compañía.

Todo empieza el día de la presentación de Bandersnatch a la empresa. Lo interesante de este capítulo es que nosotros, los espectadores, tenemos la facultad de tomar decisiones por el protagonista, las decisiones empiezan desde algo muy simple como escoger que marca de cereal desayunar y van escalando de manera que se puede alterar el final del protagonista. Cada decisión cuenta y se va viendo a lo largo de la trama. Sin embargo, hay decisiones que te meten en un agujero donde tienes que regresar y tomar el otro camino.

No quiero arruinarles la experiencia, pero si se pone atención te das cuenta que el capítulo juega con los espectadores y caemos presas de su juego. Hay muchos caminos por los que se puede llevar la trama y se dice que existen cinco finales. La experiencia puede durar el tiempo que cada quien decida y repetirla las veces que uno quiera. Para mí fue un muy buen momento de entretenimiento, hice varios caminos, y llegue a varios finales, aunque hay uno que, de diferente forma, siempre termina en lo mismo.

Vale la pena tomarse el tiempo de vivir una experiencia diferente de ver televisión, además de que tiene una excelente producción, muy buenos actores, está muy bien ambientada y, si, te puedes engolosinar fácilmente unas dos horas manejando al protagonista, para después darte cuenta que Black Mirror ha vuelto a sus orígenes y te está hablando directamente a ti, a la cara

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