Capitana Marvel llega años tarde

Al fin, después de 10 años de iniciado el universo cinematográfico Marvel, llega su primera película protagonizada por una heroína (y co-dirigida por una directora). El momento pareciera ser el “adecuado”: las protestas feministas tomaron un nuevo respiro y llevan varios años reformulando el presente, hay una nueva apreciación cultural por los trabajos artísticos de las mujeres y vemos más historias femeninas en nuestros medios de entretenimiento. El problema de Captain Marvel, dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, y protagonizada por Brie Larson, Annette Bening, Samuel L. Jackson y Jude Law, es que no basta presentar un nuevo personaje femenino fuerte: hay que desarrollarlo y mostrar su lado humano y en qué se basa su fuerza.

Vers es una soldado, con severo problema de amnesia, que pertenece a un grupo militar galáctico, el cual se enfrenta a oscuras y peligrosas fuerzas alienígenas. Cuando una misión sale mal, Vers cae en la Tierra y comienza una búsqueda para hallar respuestas. El guion de Boden, Fleck y Geneva Robertson-Dworet sigue la fórmula Marvel para presentar un nuevo personaje pero, a diferencia de otras cintas del MCU con personajes menos interesantes, no se preocupan por desarrollar y darle dimensión a Vers/Carol Danvers/Capitana Marvel, de tal forma que, como audiencia, sepamos por qué es única y qué es lo que la hace diferente de los demás superhéroes. El desarrollo de la historia es predecible, hay una alarmante ausencia de villanos (¿o quizás es el sexismo noventero el verdadero mal a vencer? ¡Nunca lo sabremos!), y pareciera que esta película en particular sólo llega para complementar los huecos narrativos del MCU -presentando a un Nick Fury joven y cuál era su motivación para formar la iniciativa Avengers- y preparar el terreno para la siguiente secuela colectiva más que desarrollar al personaje principal.

Y es ahí donde está la mayor falla de la cinta: en lugar de enfocarse en el desarrollo y consolidación del personaje, mostrando cuáles son sus puntos vulnerables y por qué, utilizan flashbacks para dejar que la audiencia “complete” y asuma esta información, cayendo en clichés repetitivos. Sí, es una mujer fuerte que, como todas las mujeres, ha enfrentado sexismo desde niña, pero nunca nos presentan qué es ese ~algo~ que la hace y la vuelve extraordinaria. En un presente donde abundan personajes femeninos fuertes, débiles, fallidos y perfectos, que no temen mostrar matices más oscuras, es hasta cierto punto risible que la película Captain Marvel se resista y se niega a siquiera sugerir que su heroína puede ser vulnerable. Es así que momentos que deberían ser significativos se sienten vacíos, a tal punto que no importa quién es Carol Danvers: lo único que necesitas saber es que es la superheroína más poderosa del universo porque sí, y el motivo detrás de por qué nunca la habíamos visto antes.

La película brilla gracias a sus efectos especiales, referencias a cómo era la vida común hace 25 años, buenas secuencias al ritmo de la música de Lita Ford, Garbage, Hole y No Doubt, y con la carismática interpretación de Larson y sus interacciones con el reparto, en particular con Jackson y Goose, el gato que se roba la atención de la audiencia tan pronto se aparece. Es una lástima que una película con tanto potencial sea tan olvidable y repetitiva, y siga esta lamentable tendencia de películas de acción protagonizadas por mujeres que, a lo mucho, son entretenidas pero no sorprenden ni maravillan.

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