Castillos de Arena: ¡Coimbra y Netflix quedan a deber emoción!
Sand Castle dirigida por Fernando Coimbra (A Wolf at the Door) es la película más reciente que Netflix ha sacado en conjunto con las productoras 42’s Ben Pugh y Treehouse Pictures. Nos cuenta la historia de Matt Ocre (Nicholas Hoult), quien se enlistó en el ejército esperando ahorrar para pagar sus estudios universitarios en julio de 2001, pero nada de lo que se planea puede salir bien en medio de la guerra.
La película trata como muchas otras de los cambios que se presentan en los jóvenes novatos que son enviados sin estar preparados emocionalmente para ver las porquerías de una guerra. Ocre sabe que no pertenece al lugar e intenta desesperadamente ser enviado de regreso a casa sin éxito.
Es asignado con su unidad a la reparación de una bomba de agua en un pueblo no controlado por el ejército americano, pero son enviados debido a que la misma bomba fue destruida por un bombardeo americano y de esta forma el ejército planea tener la confianza del pueblo para posibles nuevas incursiones armadas e información.
La película muestra los esfuerzos de la unidad por ganarse la simpatía de la gente del pueblo, uno golpeado por la guerra, no solo de EU vs Irak y el régimen de Sadam, sino una guerra anterior que se tenía por el control del agua entre sunitas y chiitas. La unidad deberá ganarse la confianza de los hombres para conseguir mano de obra que les permita acabar la reparación lo antes posible para poder ganarse el boleto de regreso a casa.
En Baqubah tendrán que lidiar con el capitán Syverson (Henry Cavill) de las fuerzas especiales, quien dirige el lugar y en quien la gente no confía y tener sus espaldas vigiladas todo el tiempo ya que el enemigo está por todas partes.
El reparto lo complementan:
Logan Marshal-Green (Prometheus) como el sargento Harper
Glen Powell como el Sargento Dylan Chutsky
Beau Knapp como el Sargento Burton
Neil Brown Jr. como el Cabo Enzo
Tommy Flanagan como el Sargento Mayor McGregor
Hemos visto muchas películas sobre la guerra y en su mayoría sobre lo heroico de los soldados, pero tal vez sobre la futilidad de hemos visto pocas. Probablemente una de las mejores sea “The Reign”, y eso es lo que nos lleva a que la película de Coimbra no logra arrancar. Si bien tiene un buen elenco, Nicholas Hoult no logra transmitirnos los sentimientos del escritor Chris Roessner, quien basó el guion en sus experiencias personales en Irak. Y básicamente la película es una hora y media sin emoción ni nada relevante para los estándares que Netflix nos ha acostumbrado.
Ni siquiera un Henry Cavill en pantalla logra movernos una pizca de emoción. No que la película sea mala pero básicamente no pasa nada. Y al final nos quedamos justamente como el nombre de la película lo describe, como si hubiéramos tardado 2 horas en hacer un castillo de arena en la playa y la marea hubiera venido y se lo hubiera llevado, junto con nuestro tiempo que no va a regresar.
Solo para fans de Hoult y Cavill, porque del resto de los actores no ahonda casi nada y la emoción se resume a un iraquí calcinado. Fuera de ahí no hay emoción ni intriga ni suspenso, nada que nos mueva a decir si incluso fue interesante o no. El director se queda corto y salvo algunos chispazos de la fotografía la película va a pasar al olvido más rápido de lo que la misma serie de Narcos de Netflix lo hará.