Castlevania de Netflix: La lucha entre lo posmo y lo entretenido

¡Saludos mi valientes! Decidí dejar que el Dr Dark sacara primero su crítica porque como es afrodescendiente, lo último que necesito es ser criticado por ser un mestizo norteño que abusa de sus privilegios chichimecas sobre los menos agraciados. Pero ya fuera de bromas, a esta temporada yo lo hubiera llamado Castlevania los dos tronos, porque por un lado tenemos a los productores de Netflix queriendo imponer su posmodernidad tóxica y por el otro lado a los escritores de la serie preocupados por que esta tenga sentido y sea un digno homenaje a la franquicia.

Les voy a advertir de una buena vez, para diseccionar adecuadamente esta serie tendré que aventar spoilers (o destripar la serie según la RAE) para una mejor comprensión de esta.

Un buen arranque

La serie inicia de manera más que adecuada, Belmont (Richard Armitage) Y Sypha (Alejandra Reynoso) no dejan de toparse con nidos de vampiros que tienen una sola idea en mente: traer a Vlad Tepes Drácula de vuelta y darle rienda suelta a su maldad y sed de sangre. El capítulo es muy bueno porque logra transmitirte la premura que experimentan los personajes al encontrar cada vez más y más seres de la noche, escondidos en las sombras, ideando maneras para revivir al temible Drácula (Graham McTavish) y lo peor es que cada vez están más cerca. Es aquí donde pasan dos cosas que para mi salvarían la serie: dejan un caminos de migajas para una revelación mayor casi al final y experimentas cierta familiaridad con el juego cuando estás buscando detener al Rey de los Vampiros.

Empiezan los tropiezos

Si hay dos cosas que pueden llegar a arruinarte la experiencia en esta saga son las siguientes: lo forzada que es la inclusión y diversidad étnica en una Europa del Este entre medieval y renacentista y la más grave de todas, arcos argumentales que no te llevan a ningún sitio ya sea por que quieres subvertir las expectativas o dar una lección de moral que nadie solicitó.

Vamos con el menos grave de estos, que es la carta fuerte de Netflix y es querer meter afrodescendientes donde puedan y quepan solo por que se les antoja, si bien las fronteras de Valaquia en esos años estaban muy cercanas al imperio Otomano, hay que recordar que hay una gran diferencia entre un africano del mediterráneo y otro subsahariano. Incluso llegan al punto de tener personajes con looks que gritan 2021 a todo lo que da y como que medio te arruinan el ambiente de la época que buscas transmitir. Igual para uno, que está medio obsesionado con la historia y la forma en la que Hollywood y sus compinches la destripan tampoco me emociona mucho. Pero igual, usted mi sabio lector, podrá hacer ojo de hormiga ante estas cosillas pillas.

Pero lo que si no tiene madre son los arcos de Carmilla (Jaime Murray) y sus hermanas, así como el Héctor (Theo James) e Isaac (Adetokumboh M’Cormack ), los cuales venían haciéndonos ojitos desde la temporada pasada, en donde se desataría una gran batalla y probablemente se entrelazaría con los eventos que atañen a Belmont, Sypha y Alucard (James Callis); pero la verdad es que no, el conflicto no pasa de ser un evento para ser el relleno de mitad de temporada sin ninguna consecuencia visible para los sucesos principales de la serie y uno de los desenlaces más anticlimáticos que se puedan apreciar.

Dos ejemplos, en la temporada pasada, las hermanas vampiresas estaban más que puestas y dispuestas para iniciar sus conquistas sobre otros territorios y al iniciar el arco en esta nueva temporada, todas se oponen a Carmilla porque se dieron cuenta que las conquistas son malas, desde ahí empecé a sospechar que algo malo estaba pasando. Pero la cosa empeora cuando Hector e Isaac se encuentran y no pasa nada, la venganza que te venían anunciando desde hace meses se queda en un te perdono porque ya no soy así y de paso cuando Héctor le revela a su BFF que va a revivir a Drácula, este le dice que no porque esas son cosas del diablo (bueno no, pero casi). Todo esto para que el personaje diera un ejemplo estilo rueda de la moraleja de que la venganza es mala. Una total perdida de tiempo.

Pero la estrella del show es Belmont

Cuando estaba muy cerca a perder las esperanzas con esta temporada, habían ciertos detalles con el personaje principal, quien no paraba de recolectar objetos curiosos y hacer algunas cuantas referencias a hechos y cosas que incluso la escolar desconocía, algo se estaba cocinando y daba señales de algo prometedor. Al mismo tiempo, la saga se acuerda que Alucard también existe y empieza a tomar un rol cada vez más activo, cosa que se agradece y mucho. Uno de los detalles que debo agradecer al escritor Warren Ellis son los tamaños de sus “arrestos” para tocar temas como la alquimia y rituales medio oscuros a los que Hollywood casi siempre le saca la vuelta. Muy bien ahí muchachos.

Para no hacerles el cuento largo, a finales del capítulo 8 se revela que el verdadero villano de esta serie es nada más y nada menos que Muerte, a quien hacen alusión de manera muy inteligente a lo largo del arco de Belmont y la verdad se siente tan satisfactorio ver un desarrollo argumental tan correcto como este, en especial después de toda la tortura que fue ver los capítulos intermedios de la serie.

Aquí no hay mucho que decir, Alucard, Belmont y Sypha están juntos de nuevo y la acción explota de manera catártica, aquí el director Sam Deats en conjunto de Frederator Studios y Powerhouse Animation Studios liberan todo su poder de pelea sin ningún resguardo y no solo logran adaptar el hermoso estilo de la artista Ayami Kojima, sino que nos entregan una de las secuencias de combates más geniales de toda la saga, combinando hábilmente las características de combate de nuestros protagonistas en un mortal y frenético vals que culmina entre el enfrentamiento entre Trevor “The Chadest Chad” Belmont contra Muerte. Un verdadero poema y homenaje a los videojuegos y los gamers que nos deleitamos jugando este gran juego.

El final es todo lo lindo y positivo que se puedan imaginar, dejan los cimientos para una posible nueva serie con una nueva generación de cazadores de vampiros. Si bien hay un detallito que te deja la espinita clavada, simplemente lo ignoras (bueno en mi caso).

En resumidas cuentas

Creo que este final es apropiado porque en cierta manera refleja mi manera de pensar, de que al final el buen entretenimiento se impondrá ante lo posmoderno, de la misma manera en la que la luz del sol se impone ante los sombras cada amanecer. Y para esas noches largas, sabe que siempre pueden contar con sus cazadores, para protegerlos de todo tipo de bodrio despreciable.

¡Hasta la próxima!

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Acerca del autor

Arquicruz   @DunedainX   dunadanx.deviantart.com/

Arquitecto, diseñador, artista digital, crítico de cine, instructor y lo que sea que ponga alimento en el plato de mis perros y gatos.


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