Club Zero: Un vómito de película
De vez en cuando, la selección oficial de Cannes tiene títulos polémicos que, desafortunadamente, llevan la marca de una escuela que ha generado una mala costumbre en buscar generar shock o morbo sin ningún contexto. Club Zero se une a la larga lista de cintas con esta tendencia, donde apelando a lo soez y a la dicotomía del gusto por lo escatológico, buscará salirse con la suya.
La cinta nos cuenta la historia de la señorita Novak, una “coach” nutricionista que, a través de un programa llamado “Alimentación Consciente” el cual utiliza la autofagia como técnica principal, comienza a formar un club con cinco alumnos en una escuela élite.
La película es un conjunto de ideas mal aprovechadas; el papel de Novak (interpretado por Mia Wasikowska) intenta ser una burla del “coaching” con tendencias sectarias. Por desgracia, al guionista le da pereza construir un arco detrás de su personalidad, por lo que queda en la superficialidad. Los estudiantes también están mal desarrollados. Lo curioso es que los elementos visuales estaban allí, a través de planos simétricos y de ciertos detalles estéticos, como el hecho de que se vestían de manera idéntica. También el contexto de los clichés burgueses y de los padres desatentos estaba presente. Sin embargo, los guionistas nunca profundizan en sus personalidades, por lo que terminan siendo hojas en blanco al punto de que ni siquiera se distingue quien es quien.
Consecuentemente, como ningún personaje está bien escrito, nunca se sabe hacia dónde va el mensaje. ¿Quiere ser un retrato de la manipulación de este tipo de coaches o grupos? ¿Es una película que habla de los trastornos alimenticios? ¿Por qué los estudiantes deciden unirse a esta especie de club? Nunca hay un trasfondo psicológico, un contexto o una explicación de por qué una persona hace A o B. El guion está tan mal, que puedes llegar a pensar que se está burlando de las personas que padecen trastornos como la bulimia, la gula o la anorexia.
La cereza en el pastel (o el vómito) son un par de secuencias asquerosas (que incluyen a una chica vomitando y comiéndose su propio vómito) y una banda sonora espantosa que terminan por crear una película fastidiosa.
Calificaciones
Guión: 1.5 – Sobrevive por un par de ideas interesantes que nunca llega a desarrollar.
Dirección: 2.3 – Una fotografía bien elaborada y un diseño de producción cuidado no hacen automáticamente una buena película. Se agradece la excelencia técnica, pero si del lado visual el discurso es vacío, no importa lo bien cuidado que esté, especialmente cuando la falta de sutileza y el ansia de morbo manchan la puesta en escena. –
Actuaciones: 1.5 – Mia Wasikowska es lo más decente.
Extras: 0.3 – La banda sonora es espantosa.
Calificación final: 5.6 – Mala
Club Zero es otra de esas películas con un batiburrillo de ideas interesantes, pero mal desarrolladas, lo que genera una visión superficial de los temas que maneja y que empeora el resultado introduciendo escenas polémicas que terminan por hacer aún más banal la propuesta. Probablemente causará controversia y morbo (como en su momento Titane y Triangle of Sadness), pero si buscas un mensaje alrededor de los problemas alimenticios o de la forma de manipulación del “coaching” será como buscar a un dodo.
Gracias a Dios, ni Spike Lee ni Vincent Lindon fueron presidentes del jurado, son capaces de regalarle la Palma de Oro a esta “joya” del séptimo arte cuyo nivel profundidad y discurso es el equivalente al de ver a tu amigo vomitando en el excusado después de la peda del sábado. Consuma bajo su propio riesgo.