Color me Kubrick 3ª Parte
Falta un año para que el hombre domine la Luna y 1968 es el año en que el mundo cinematográfico se rendirá ante el Maestro.
El “Artista” dirige un proyecto que inmiscuye a potencias en el rubro: el escritor Arthur C. Clark y el músico rumano Gyorgy Ligeti, a la orden de su más pretenciosa sinfonía y de la que solo se puede esperar la excelencia.
La industria no la comprende; pareciera que el impacto a la mente humana es demasiado para ese 68. Los críticos auguran su perdición, ya que la conquista del espacio es inaudita un año antes de que Armstrong coloque la bandera americana en la superficie lunar; pero el público, verdadero amante del cine, saben que están en presencia de algo inaudito e histérico. El entendimiento no logra captar toda la belleza y el intelecto de la obra en su primera proyección y es esa sensación de ansiedad es la que provoca el miedo a los desconocido por parte de los “estándares”, los cuales ignoran que están ante una obra que prevalecerá por mucho tiempo después de este 1968, una verdadera “Odisea” auditiva, visual y sensorial: “2001: A Space Odissey (1968)”
Inigualable manejo de las artes audiovisuales en esta obra de 3 actos, donde Kubrick y C. Clark plasman desde el amanecer del hombre hasta el punto máximo de su evolución, teniendo como figura un “monolito” y como herramienta la tecnología, maestra del humano. Antes que Lucas, Scott, Spielberg y de “The Dark Side of the Moon” existe HAL 9000 y su ruptura con la raza humana, el viaje en el espacio bajo la batuta de Strauss, la conversión del arma prehistórica en el satélite lunar y la odisea del astronauta Bowman para adentrarse en la parábola de lo infinito.
Los críticos verán su error y la cinematografía acogerá a esta como la mayor obra del Cineasta Neoyorquino el cual, como la oruga en mariposa, se transforma en el ente perfeccionista mas grande del Séptimo Arte, a punto de crear dos obras situadas en la excelencia. La primera de ellas en mancuerna con Ludwing Van Beethoven y la novela de Anthony Burges: “A Clockwork Orange (1971)”
A tres años de “2001” y después de venirse abajo un proyecto sobre la figura a la que el Maestro mas admira: Napoleón, Kubrick retoma la polémica, pero lo mas importante, forja y concluye los aspectos de su filmografía, al adaptar y relatar un cuento ultraviolento y lleno de erotismo, vehiculo para la critica y sátira de los sistemas políticos y de los medios. Con este film, el Maestro toma control absoluto de hoy en adelante de sus obras: Warner Brothers honra la genialidad.
“A Clockwork Orange” es una perfecta sinfonía en armonía con los planos y la fotografía simétrica del autor (es en estos momentos cuando la frase que introduce este especial de su servidor toma forma). Alex toma leche y esta preparado para un poco de ultra violencia todas las noches junto a sus droogies, los cuales lo traicionan, convirtiéndolo en la primera victima del sistema político al introducir un nuevo tratamiento para los criminales el cual, convertirá a Alex en un ser mecánico carente de voluntad al servicio de los partidos y medios publicitarios. Todo esto al compás de la Novena Sinfonía de Beethoven.
La relación entre el Cineasta y su protagonista llevan al rubro de la actuación a una exquisita experiencia que completa este relato de ficción especulativa que mas adelante el mismo Maestro cancelará su proyección, ya que para la Sociedad del año, le es imposible comprender la complejidad del film, convirtiéndolo injustamente en solo un motif de pandillerismo en el Reino Unido.
El año de 1975 desplegara su obra más hermosamente retratada, donde la pintura y las artes plásticas juegan un papel protagónico en la trama y se unen a los medios audio – visuales para procrear junto a la inteligencia del Cineasta una simetría en planos y una trama excelsa y maravillosamente perfecta. De nuevo no será comprendida, pero esta vez el golpe vendrá del mismo amante: el espectador.
“Barry Lyndon (1975)” revoluciona la industria fílmica, al captar imágenes a la luz de solamente los candelabros, gracias a la adaptación que Kubrick hace de cámaras compradas a “Warner Brothers” y las adaptación de los lentes, que el mismo creo. Su inteligencia lo lleva a perfeccionar su cinta, convirtiendo cada escena, plano y secuencia en un cuadro de la época, para narrar la historia de Redmond Barry, su ascenso y caída de la Sociedad Inglesa en el Siglo XVIII.
Este film será el mas galardonado de su carrera, pero Kubrick caerá en la depresión, causa del estrés y el mismo perfeccionismo que lo orillan a descansar y pensar el porque su obra no ha sido comprendida por los ignorantes de la época. El Maestro quiere complacerlos y se prepara para su producto más comercial….