Doctor Sueño: Un pequeño destello.

Hay una nueva ola de popularidad en adaptaciones de historias de Stephen King, este fin de semana es el turno de Doctor Sueño, la secuela del clásico El Resplandor que al pretender ser todo, su impacto queda en un destello.

Ewan McGregor encarna a Danny, a quien el terror proveniente del hotel Overlook lo persigue hasta su adultez orillándolo al alcoholismo y a básicamente ser un desastre. Más adelante entra en contacto con una niña llamada Abra (Kyliegh Curran) por medio del resplandor de ambos. ¿El enemigo? Un grupo de ex-humanos que se alimentan del resplandor – ellos lo llaman vapor–, quienes han notado el gran poder de Abra y no se detendrán hasta tenerla.

Si esa sinopsis suena alejada del terror y más cerca de la acción, es porque lo es, a ratos se nota el esfuerzo por traer esa atmósfera inquietante que ponía los pelos de punta pero pronto se pierde el interés y regresamos a persecuciones con elementos paranormales que rayan en super poderes.

Como thriller de hecho al menos funciona, pero eso no es lo que prometieron al poner todas las referencias a la obra de Kubrick que podían meter en la publicidad. La principal decepción de la película viene de que no sabe que quiere ser, considerársele un spin-off alejado de El Resplandor más que una secuela le haría un favor a la recepción por el público.

Los efectos de rejuvenecimiento son increíbles; los actores y en especial Rose, la líder de El Nudo, interpretada por Rebecca Ferguson dan lo mejor de sí. En el departamento de desarrollo de personajes la verdad es que sí se sienten lo suficientemente completos y reales para que el final nos provoque una reacción sentimental.

Tal vez compararla con El Resplandor no sea enteramente justo, pero Flanagan mismo se lo busco al descansar visualmente tanto en ella, ya había probado su fines visual con The Haunting of Hill House; es extraño que decidiera andar con cuidado en esta. Por separado, Doctor Sueño es una cinta que entretiene, sostiene y entrega una historia interesante pero no causa ninguna impresión que perdure.

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Acerca del autor

Glen   @sahury   letterboxd.com/sahury/

Acumulando sentimientos sobre películas desde los 90s. El cine es arte para los romanticos y negocio para los optimistas. Difícil que odie una película, pero no imposible.


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