El CINE en tiempos de COVID: ¿Qué tanto ha cambiado?

Cine en casa - ilustración

A un año del inicio de la pandemia en occidente (o mejor dicho, del comienzo de ‘la cuarentena’ en México), cada vez se vuelve más evidente cómo ésta ha transformado nuestra vida diaria, desde el uso obligatorio de cubrebocas en exteriores hasta la transformación de una experiencia que parecía tan cotidiana como ir al cine.

No es un secreto que la industria del entretenimiento se ha visto particularmente afectada por esta gran crisis mundial; primero con el retraso de estrenos que suponían ser un gran fenómeno, como el live-action de Mulán (que tuvo que conformarse con un tumultuoso paso por Disney+); el aplazamiento del rodaje de grandes producciones; el cambio de formato de Festivales e incluso algunos filmes aún pendientes de estrenar, en espera de de la oportunidad de tener un digno recibimiento en cines, ¿verdad James Bond?

Pero el cambio más grande ha sido la evidente aceleración a la que nos hemos visto forzados a adaptarnos, de ser una generación acostumbrada a pagar precios que cada vez nos parecían más exorbitantes para disfrutar de una película en la pantalla grande (golosinas incluidas), pasamos a disfrutar nuevas películas en un formato 100% de streaming, en el que incluso algunas plataformas optan por cargar un costo extra por sus estrenos, algo que parece ofensivo considerando no solo que ya pagamos una cuota mensual por el servicio, sino este precio está por encima de lo que gastaría un par de personas promedio al asistir a una sala común.

Si nos remontamos a datos históricos, podremos darnos cuenta que, aunque el cine ha sufrido grandes cambios desde su creación, la manera en la que vivimos nuevos filmes ha sido prácticamente la misma durante los últimos 70 años. Desde ser proyectado por medio de un pantoscopio a finales del siglo XIX, pasando por el autocinema hasta llegar a ser completamente digital a finales de los noventas.

Esta transición de cines a streaming no debería sorprendernos tanto, pues era una situación que estaba ya anticipada, solo que el COVID se encargó de acelerar este proceso. El cine estrenado únicamente en plataformas era algo a lo que la industria se negaba “en sus inicios”, recordando que tan solo en 2018, el prestigioso Festival de Cannes se opuso a incluir en la competencia cualquier cinta que no fuera estrenada en salas. 

Servicios de Streaming 2021

La televisión, por su parte, ha experimentado su máxima evolución en los últimos años: de ser un medio caracterizado por horarios establecidos y pausas comerciales, ha visto en el streaming la cumbre de su éxito al remover su característica más incómoda. Ha tomado menos de una década para que la audiencia se adaptara a este modelo, ya prácticamente cada distribuidora tiene su propio servicio de streaming, hay contenido nuevo practicamente semana (aunque esto no signifique buen contenido), y aunque los precios no son necesariamente accesibles, la estadística no podrá negar que la demanda de estos servicios continúa en ascenso. 

Los cines han tenido que cerrar debido al confinamiento obligatorio y cuando están abiertos hay pocos estrenos, pues las grandes distribuidoras no se quieren arriesgar a grandes pérdidas cuando es evidente que la gente no está asistiendo, no cuando hay una emergencia tan grande y las salas son un potencial foco de contagio. 

El fin del cine como lo conocimos cada vez se siente más real. No podemos asegurar que todo volverá a ser como antes, si las productoras seguirán apostando por los estrenos en salas tradicionales, por el streaming o en ambas simultáneamente. El desconcierto se siente desesperanzador para quienes hemos crecido con este hábito, pero tal vez no sea lo mismo para las generaciones siguientes, quienes se harán cargo de permanecer o desaparecer este mercado.

Muchas son las suposiciones de cómo cambiará la vida post-pandemia. Lo cierto es que ver una película en la llamada ‘pantalla grande’ es una experiencia única que no podrá ser igualada por la de quedarse en casa. Ya fuera solo o acompañado, visitar una sala de cine implicaba un compromiso: estar ahí en todos los sentidos, sin pausas, sin distracciones, incitando a ser parte de una historia ajena por más de 90 minutos. En todo, un arte que sigue significado un escape, pero que tal vez nunca se vuelva a sentir como antes.

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Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


2 Comments

  • Los estudios deberian considerar al Streaming como algo mas que el patio de atras de las peliculas que graban. Es cierto, es un lugar adecuado cuando saben que sus peliculas no van a ser rentables y seguramente ahi cabrian muchas cintas Oscareables que el publico va a ignorar a favor de los Blockbusters. Pero como dices, no todas las peliculas se disfrutan igual en una pantalla de 30 o 40 pulgadas y en casa, hay otras que si merecen la superpantallota y las bocinas, esa experiencia de entretenimiento no merece ser reemplazada, pero de algo servira para que los estudios distribuyan mejor sus productos.

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    • A final de cuentas siempre les va a convenir vender muchos boletos de cine antes que solo subirlas a una plataforma (cobren o no extra); la situación será que tal vez la audiencia ya se la piense dos veces antes de ir al cine, seleccionando más las películas que “valgan la pena” para ser apreciadas en las salas y cambiando todo este concepto del box office. Lo malo, para los que queremos seguir yendo al cine, es que probablemente esto cause que se convierta en algo más exclusivo, y por lo tanto, más caro.

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