El Guardián Invisible: Buen suspenso y drama familiar con toques de superstición

Hace unos días me topé en Netflix la película El Guardián Invisible del director español Fernando González Molina, que es la adaptación de la primera novela de Dolores Redondo de su Trilogía del Baztán.

Yo sinceramente no he tenido la fortuna de leer esas novelas, pero los comentarios dicen que es una de las mejores adaptaciones. Y es que cuando uno ha disfrutado de un buen libro que luego es llevado al cine o la pantalla chica, uno siempre extraña escenas, personajes, comportamientos y demás. Según dicen, en este caso la adaptación es redonda… No me crea, apenas voy a buscar las novelas para leerlas, y es que créame, una vez que uno ve esta película y se entera de que es adaptación de un libro, no puede más que correr a la librería y devorárselos, si, así de buena es esta película.

Situada en Navarra (disculpe que no sepa nada de la geografía española) en la localidad de Elizondo ha aparecido el cuerpo desnudo de una adolescente en una escena que asemeja a lo visto en otro asesinato un mes atrás. Un asesino en serie en un pueblo pequeño. El horror.

El trabajo del director González Molina creando la atmósfera asfixiante para desarrollar la trama es estupendo, básicamente llueve a diario en este lugar por lo que las pistas no duran mucho y los investigadores trabajan casi a contrareloj.

Esta investigación lleva a la detective Amaia Salazar (Martha Etura) de vuelta a Elizondo, su pueblo natal, del que toda la vida ha tratado de escapar.

El desarrollo es tan bueno que entre flashbacks, asesinatos, brujería y supersticiones locales así como dramas familiares, uno simplemente no se aburre.

Las actuaciones son fenomenales, Marta Etura y Elvira Mínguez están fenomenales, el drama familiar es bastante interesante a pesar de tener algunos huecos y no lograr explicarlo del todo, sin embargo es suficiente para que uno no quiera ni parpadear.

La ambientación no pudo ser mejor, con bosques densos donde la lluvia se presenta todos los días y que son el marco perfecto para desarrollar la superstición local que dice que existe un monstruo en los alrededores del bosque a quien la comisaria no puede culpar de los asesinatos.

El resto del elenco lo complementan Francesc Orella, Itziar Aizpuru, Carlos Librado, Miquel Fernández, Pedro Casablanc, Benn Northover, entre otros.

 

Es de destacar el estupendo guión de Luiso Berdejo en conjunto con la escritora de la novela, Dolores Redondo, se encargan de desarrollar a cuenta gotas el drama familiar a base de flashbacks, lo que permite que el público conozca y entienda de a poco al personaje de la comisaria Amaia y su familia.

Aunque bien es cierto que el ritmo, la ambientación y la fotografía son muy buenos y redondean perfecto una historia muy bien llevaba, hay que aclarar que no todo es perfecto y si se fija uno bien hay alguno que otro cabo suelto que no se explica. Pero en general la cinta es buena y mantiene al cinéfilo atento a lo que pasa en el desarrollo hasta llegar a un climax que uno más o menos diría que es predecible si se puso atención para luego tener ese giro que lo deja a uno sorprendido.

Una buena película para ver en fin de semana en estos días lluviosos de verano y disfrutar del buen suspenso que nos regala el cine español.

¡Hasta pronto!

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