Fuga de Reinas: Chichis y Pompis Dolorosas.

Buscando consuelo para mis horas bajas con una película desenfadada, solo logré hundirme en los más dolorosos abismos de la locura, al exponerme a un filme que resume todos y cada uno de los puntos por los cuales el cine mexicano se encuentra en permanente decadencia.

Lo he admitido ya. Soy churrero. Disfruto del cine sin pretensiones, pero hasta en los gustos menos selectos existen niveles y difícilmente el taco de ojo que he degustado gracias a mi amor platónico, Martha Higareda, compensará la tortura que acabo de experimentar.

¿De qué va?

Paty (Martha Higareda), Marilú (Alejandra Ambrosi), Famela (Paola Nuñez, sí, con “F”) y Estrella (Valeria Vera) son cuatro amigas de treinta y muchos o cuarenta y pocos sufriendo sus consabidas insatisfacciones con la vida, las cuales buscarán aliviar con el “roadtrip” que no pudieron hacer en su juventud. Por supuesto, todo se vendrá abajo y se meterán en toda clase de absurdos problemas.

Licuado de fantasía y clichés sin pudor.

Las situaciones en las que las protagonistas se involucran resultan inverosímiles aún en una película de humor absurdo. Básicamente mezclaron la saga “The Hangover” y “Harley Quinn: Birds Of Prey” con películas sobre los whitexicans, sin el menor ingenio ni creatividad.

Sin el menor disimulo, el guión recurre a todos y cada uno de los elementos esperados para una película como esta. “Girl-Power”, lo doloroso que es ya no estar en los veintes, maridos estúpidos, el automóvil convertible rojo, el narco (obviamente, estamos en México), el innecesario viaje en carretera, humor basado en secreciones corporales, chichis al aire y demás linduras.

Además, está metido con calzador el clásico discurso de empoderamiento femenino que se empeña en escupirnos en la cara lo patéticos que somos los hombres al pasar los 40 años y lo miserable que es la vida marital en pos de la “libertad”, la “autodeterminacion” y demás payasadas .

… Pero con muchas chichis, chichis, chichis.

Imposible separar el nombre Martha Higareda de las glándulas mamarias y por supuesto el asunto a tratar con su personaje (que no tiene arco argumental, eso sería pretencioso) tiene que ver con sus archifamosas chichis… Y no menos lindas pompis.

El taco de ojo se agradece. Paola Nuñez y Martha Higareda lucen bellísimas y sexies. Alejandra Ambrosi se luce como una belleza más bien recatada. No podemos decir lo mismo del personaje de Valeria Vera, que desentona con su aspecto andrógino y desaliñado (digo, es obvio que en este contradictorio empoderamiento femenino, la propositiva exposición de chichis y nalgas sea el elemento clave del argumento)

Pero ¿entretiene?

Se los pongo así: estaba triste antes de verla. Después, caí en profunda depresión. Martha Higareda demuestra su estancamiento en papeles auto parodicos y Paola Nuñez difícilmente se recuperará de sus últimas humillaciones en Netflix (si, la de Resident Evil).

No hay chichis que valgan tan dolorosa experiencia. Fans de Marthita, mejor vean la primera temporada de Altered Carbon en la cual se muestra en todo su esplendor. El resto, hagan como que esto jamás sucedió.

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Acerca del autor

Dr. Dark    

Médico de profesión y cinéfilo de corazón. Amante del buen cine y destructor del que no lo es.


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