Ghosbusters Afterlife: Una hamburguesa con sabor ochentero.
Hemos repetido hasta el cansancio que la mayoría de los remakes, reboots y/o secuelas tardías producidos por Hollywood tienden a fracasar derivado de que los realizadores no entienden la esencia del producto original; sin embargo, hay “excepciones a la regla”, y una de ellas ha terminado siendo Ghostbusters: Afterlife, que siendo bastante sencilla, podríamos considerarlo lo más decente entre este universo de intentos por traer glorias pasadas al presente.
Nostalgia pura
Seamos sinceros. Ghostbusters (l original) está lejos de ser obra maestra del estilo comercial, sin embargo es una película carismática, icónica y efectiva por dos razones:
- Sigue una formula clásica de blockbusters de 1980, el cual se rige por el desarrollo de personajes carismáticos, conceptos creativos, humor bien elaborado e historias simples, pero decentemente escritas.
- Es una sátira interesante acerca del mundo de lo paranormal.
Afterlife ha entendido perfecto que no tiene que elaborar mucho más o salirse de ese “plan de juego” y replica esta fórmula (incluso puede haber cierta similitud con la 1), por lo que a diferencia de muchas cintas comerciales que intentan ser una adaptación, reboot, o secuela de un material del pasado, no solo intenta atraer la nostalgia a través de referencias o cameos, sino también desde la esencia del concepto original, base para que el filme se sienta efectivo.
Y si a esto le agregas que cada referencia a las dos películas está perfectamente articulada en la narrativa de la historia (desde personajes hasta elementos ya conocidos), todo termina siendo un golpe al corazón de cada fanático que probablemente los dejará con esa sensación nostálgica. Es por eso que al terminar de presenciar esta cinta, se siente un producto que aunque no encaja con el espíritu de la franquicia original, por la combinación de esa atmosfera vintage tipo 80’s hace que uno quede conforme con el resultado porque el espectador se siente en un lugar cálido y conocido.
Introducción ágil y Dos personajes
Una de las características positivas es que, a pesar de hacerlo de una manera sencilla, la cinta desarrolla adecuadamente su introducción y nudo al presentar a sus personajes y el conflicto de esta la historia: el arco de Phoebe y Podcast, quienes se roban completamente el filme. La primera se siente como una extensión de Egon, pero sin que su personalidad dependa de Spengler; el segundo es un “comic relief”, pero no es molesto o inútil sino al contrario, sus chistes se sienten tan orgánicos y contribuye a la narrativa (su participación dejan el terreno para una secuela que con este par siendo el corazón no estaría mal).
Respetando la esencia, pero cayendo en los mismos vicios.
Por desgracia la película tiene sus defectos. El primero es lo limitada que se sienta, ya que al anclarse en una formula sacrifica el sentido de innovación, por lo que el resultado a pesar de ser efectivo se siente cuadrado.
No todos los nuevos personajes funcionan, especialmente quienes vendrían siendo los últimos “dos nuevos Cazafantasmas” y que complementan el cuarteto con Phoebe y Podcast: Trevor y Lucky, cuyas personalidades se sienten poco elaborados y desarrollados, teniendo poca aportación a la trama (si se está pensando en una secuela necesitan trabajar más en ellos o de plano eliminarlos para la siguiente parte).
El final se siente demasiado apresurado para la construcción progresiva que se le dio a la historia.
Calificación
Guion: 2.0 – Aunque aplaudo respetar la esencia original, esa virtud termina siendo su mayor limitación
Dirección: 2.9 – Reitman sigue siendo como su padre, un director no espectacular pero efectivo en el manejo de la cámara, en la creación de algunas secuencias y la articulación entre el estilo de oscuridad y comedia
Actuaciones: 1.6 – No son espectaculares, pero se anclan mucho su carisma y eso les da un plus.
Extras: 0.5 – Cada referencia esta insertada de manera natural, creando buenos momentos en la cinta.
Calificación: 7.0 – BUENA A SECAS
Ghostbuster: Afterlife es como cualquier blockbuster, una hamburguesa genérica, con la diferencia de que tiene un sabor que la hace distinta por encima de otras propuestas y ese es el sazón 80’s, conocido pero bastante cálido y familiar para cierta parte del público. Sintiéndose bastante frescA en un mundo dominado por blockbuster de superhéroes, remakes, refritos que acaban con su esencia queriendo encajar en la modernidad, incluso la película se da el lujo de exorcizar los demonios causados por un nefasto reboot del 2016.
Pero lo más importante es que representa el adiós nostálgico de un actor tan carismático que hará que incluso el más duro fanático de la saga y del cine norteamericano suelta la lágrima (Gracias por todo Harold, que la fuerza te acompañe)