Halloween Kills: Para matar el tiempo

La noche apenas empieza. Esta nueva entrega que, como la pasada, no tiene nada que ver con todas las que se hicieron a lo largo de los años, empieza justo donde termina la anterior. Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) va gravemente herida rumbo al hospital mientras ve como pasan los bomberos hacia su casa incendiándose con Michael Myers atrapado en el sótano.

Hay que decirlo, arranca muy bien. Tiene todos los elementos de la primera de 1978, la misma música, escenas con tomas de aquella época y hace planteamiento de otros personajes de los que estuvieron alrededor de los hechos. Pero de regreso al presente es donde se pierde todo su valor cayendo en un montón de situaciones que no tienen sentido, y que si bien hay algunos asesinatos por parte de Myers que son lo único entretenido de toda la historia, comienzan a haber subtramas que se llevan la mitad de la película y que no aportan en nada al desarrollo de la misma (ejemplo puntual la del loco que escapó de un manicomio).

Dentro de la línea del slasher (porque no nos engañemos, sabemos a lo vamos, queremos ver mucha sangre) de alguna manera cumple, el problema es que hay muchas cosas de relleno que no nos llevan a nada, solo para matar el tiempo ¡Literal!

Por algún motivo que no queda muy claro, Michael anda rondando su antigua casa y ahora está ocupada por una pareja gay que resulta lo más simpático de la película. Hay muchas cuestiones incluyentes para estas nuevas generaciones, incluso Myers se ve un poco mas contenido a la hora de matar, escoge mejor a sus victimas, pero sigue siendo el mismo personaje de siempre. Con su paso lento pero decidido logra atrapar a todos los que van corriendo, siempre encuentra con que matar, no da ni media explicación, es invencible e inmortal… hasta que la taquilla lo decida.