Ingobernable, el México de Kate del Castillo
Ya es viernes, quincena y gracias a los trabajadores de todo el mundo, puente… paradojas de la vida celebrar el día del trabajo y descansarlo. Pero piénselo bien, somos uno de los países con mayor cantidad de días trabajados por año y por tanto, con menos vacaciones. E increíblemente, eso no beneficia nuestro crecimiento como nación. Eso también es una paradoja.
Pero dejemos de lado la historia y los recursos humanos y vayámonos de lleno con lo que nos interesa.
¿Se acuerda que la semana pasada le dije que iba a ver INGOBERNABLE? Pues ya vi todos los 15 capítulos y aquí mi veredicto.
Mire, la producción no es mala, hay harto recurso, pero sabe qué, como que la imagen de Kate del Castillo como esta mujer poderosa y luchona que es capaz de correr en unos taconazos por toda la Ciudad de México sin cansarse, a mí en lo particular me empieza a cansar.
Vamos a ver… yo entendí (o por lo menos eso creí con el taster que se lanzó) que la serie estaba dedicada a criticar la figura del nuestro actual presidente, pero sabe qué, que al final todo gira en torno a la primera dama Emilia Urquiza y su lucha incansable por hacer de México una nación de bien, mientras que la figura de él, Diego Nava, queda totalmente en un segundo plano desde el principio, pues es asesinado y de ahí, se desprende todo el merequetengue.
¿A rescatar? El tema de los 43, que en la serie son 39 y su relación con el barrio bravo de Tepito. Todos sabemos que tal como se refleja en esta serie-telenovela, existen centros de detención clandestinos controlados por el gobierno y el ejército. Eso está muy bien, el problema empieza cuando uno se da cuenta que los chingadamadres y todas las groserías que usted y yo podamos tener en nuestro trompabulario, suenan acartonadas, sin alma… como si de veras no fueran las Cabronas de Tepito, los maleantes más chacalosos, la raza, el pueblo. ¿No le parece?
Ovni, interpretado por el guapísimo español Maxi Iglesias, es una cosa impresionante, un hacker que ya lo quisieran en la CIA o la DEA o cualquier institución que se le ocurra. ¡No mamen!
Fernando Luján y Álvaro Guerrero, como el papá de Emilia y como el Presidente Barquet, están correctos, tienen experiencia y se saben cómodos en el mundo de Argos.
Tamara Mazarrasa y Aída López como parte de las mujeres tepiteñas, se sienten acartonadas, aunque con algunos destellos.Por su parte, Alberto Guerra y su papel de Canek, el enamorado de Kate, está correcto pero hasta ahí.
¿Sabe quién sí me sorprendió gratamente? Eréndira Ibarra en su papel de Ana Vargas-West, perra asistente de presidencia y con un poder de actuar tremendo, de lo mejorcito en cuanto interpretaciones.
El sello de Epigmenio Ibarra y Argos se nota desde el primer momento. Hace recordad a aquellas telenovelas que le empezaron a cambiar la cara al género, aquellas que se veían en los 90s, como “Demasiado corazón” “Nada personal” o “Mirada de mujer.”
En pocas palabras, Ingobernable es un intento de crítica al gobierno, pero se queda en eso, en un intento que simula pero no logra su cometido. ¿Por qué? Porque hay muchas inconsistencias en la trama, en las actuaciones y en que la mayor tiempo, todo resulta inverosímil.
¿Vale la pena? Habrá que ver hasta dónde llega, por lo pronto se sabe que ya se está grabando la segunda temporada y sería un error de mi parte darle un veredicto cuando aún no termina. Eso sí, al público telenovelero le va a encantar. Si usted es de esos, adelante, le juro que le va a gustar. Mientras que si usted no se conforma con dicho género, habrá que esperar a ver hasta dónde para todo.