Isla Calaca: Mucho colorido, poco chiste
Ánima Estudios se ha convertido en el estudio de animación más grande e importante de América Latina, en sus producciones se encuentran no solo largometrajes como: “Don Gato y su Pandilla”, “La Leyenda del Chupacabras” y “Guardianes de Oz”, sino que además está produciendo series para TV y Streaming. Su última entrega para gran pantalla lleva el nombre de: Isla Calaca
Lucas (Memo Aponte) es un adolescente que descubre ser un monstruo en plena adolescencia y en el peor momento. Tratando de encontrar sentido a su transformación decide ir a buscar información sobre su origen y sobre quiénes son sus verdaderos familiares, algo que Nicolás (Octavio Rojas), su padre sobreprotector, no le quiere decir.
De “La Leyenda de la Llorona” (2011) a “Don Gato y su Pandilla” (2015) esta casa de animación mexicana (al menos en parte) evolucionó en sus gráficos definiendo un estilo propio. En Isla Calaca su marca salta a la vista, y aunque ya no es novedosa, no deja de ser agradable. Tienen un mejor y más variado diseño de personajes y en general la animación luce bien en la pantalla. Sus tonos intensos y chillantes llenan de vida a una película de monstruos.
Aunque no hay nada novedoso en la cinta, salvo el estilo propio de ella, me gustó esa transformación en monstruo ligada a la adolescencia, seguro las mamás me entenderán; pero el resto de los “ingredientes” son repetitivos. Los nerds vs opresores, bullying, cambios hormonales, amigos, novias, relación padre-hijo y todo el combo de la “edad de la punzada”. Y no es que todo esto esté prohibido en una película, seguro será un tema eterno, sin embargo la manera de abordarlo no fue la ideal.
Está dirigida por Leopoldo Aguilar (El secreto del medallón de jade) con guion de Billy Frolick (Madagascar) y Alicia Núñez. La colaboración de Frolick se siente, mas no para bien, porque resulta en un humor ajeno a nosotros, es decir, no hay nada de mexicano en él y para ser una película animada dirigida a los niños resulta un guion muy elaborado con un humor que da trabajo entender. Así que los momentos que traen consigo una carcajada, se pueden contar con los dedos de una mano y sobran dos.
Como cosa rara, me sorprendió el uso de dos canciones pop muy conocidas en el soundtrack la cinta, pero por alguna extraña razón se sienten no solo forzadas, sino que la edición de las mismas no está bien hecha. El resto de la música que se utilizó en la ambientación, responsabilidad de Kevin Smithers, logró dar el toque de misterio. El doblaje sin queja alguna, la vasta experiencia de los actores de doblaje mexicano se nota, fue una lástima que su trabajo no luciera con lo acartonado del guion.
Tal vez en su intención de abarcar tanto, Ánima Estudios restó dedicación a este proyecto, la colaboración de talento extranjero no siempre resulta la mejor opción para una producción local, pese a que se considere la proyección internacional, porque al menos aquí en casa (México), al momento de traducir los chistes… pierden su chiste.